domingo, 7 de octubre de 2007

La vida de Milarepa. Parte II.


La vida de Milarepa. Parte II.Por: Brooke Webb
De todas las historias escritas, ninguna se acerca tanto a sonar como ficción que la verdadera historia de Milarepa, que trae consigo las poderosas condiciones humanas arquetípicas empleadas en el mito, amor, odio, magia, celos, trascendencia e iluminación.


Esta es la segunda mitad de la historia de Milarepa. El siguiente párrafo provee una breve sinopsis de la primera parte de la extraordinaria vida de este gran yogui que fue presentada en el número anterior.
Fue para vengarse de las estafas de sus parientes que Milarepa aprendió magia negra y llevó a la muerte a los enemigos de su madre. Luego actuando con intenso remordimiento se decidió buscar un maestro completamente iluminado para revertir las consecuencias kármicas de los daños ocasionados. Bajo la dura tutela de su Lama, Milarepa se fortaleció a través de la humillación y la dificultad constante. Finalmente luego de recibir las bendiciones de Marpa para practicar el Dharma budista, Milarepa aplicó su tenacidad inquebrantable hacia la meditación para lograr la iluminación.
Fue durante un largo período de meditación que Milarepa tuvo un sueño en el cual vio que su amada madre había muerto. El sueño provocó un casi irresistible deseo de ver su tierra natal de nuevo. Atravesando las paredes de la cueva de su retiro Mila fue a ver inmediatamente a Marpa. El Lama, habiendo despertado de su sueño se sorprendió de ver que su estudiante había roto su estricto retiro. Viendo el estado emocional de Mila y el deseo de ver a su familia, le permitió a su hijo pródigo abandonar las montañas del Sur de Lhotrak. Sin embargo, predijo que ellos, Lama y estudiante, no se reunirían de nuevo en esa vida. Justo en el momento en el que despertó, el sol alumbraba la frente del Lama y su esposa traía comida, Marpa vaticinó que Milarepa haría que las enseñanzas del Buda brillaran como el sol al tiempo que sería alimentado por comida espiritual.
Marpa procedió a dar a su estudiante una transmisión iluminada dada originalmente por las dakinis y la cual fue ordenada por Naropa que se transmitiera sólo a Milarepa de entre todos los discípulos del Lama.
El Lama prometió que no había guardado una sola enseñanza y alentó a Mila y a las futuras generaciones a no repetir el severo estilo de trato hacia sus estudiantes, el cual fue utilizado hacia Milarepa. Con ese consejo Marpa le cantó a su estudiante:
Contemplando la vida de los maestros,
Uno observa que aún el deseo por más instrucción es una distracción.
Mantén la esencia de las enseñanzas a salvo en tu corazón.
Muchas explicaciones sin la esencia son como árboles sin fruto.
Aunque todas son conocimiento, no hay una verdad definitiva.
Conocerlas todas no es el conocimiento de la verdad definitiva.
Mucha dilucidación no trae beneficio espiritual.
Aquello que beneficia el corazón es nuestro tesoro sagrado.
Si deseas ser rico concéntrate en esto.
El Dharma es el medio hábil para sobreponerse al sufrimiento.
Si deseas estar seguro concéntrate en esto.
La mente cabalgando sobre la mente es un caballo incansable.
Tu propio cuerpo es un santuario y una mansión celestial.
La meditación sin distracción y la acción es la mejor de todas las medicinas.
A ti que tienes el impulso hacia la iluminación
Te he dado las instrucciones sin esconder nada.
Yo, mi instrucción y tu,
los tres están colocados en tu mano hijo mío.
Puedan prosperar y traer ramas y frutos.
Sin que decaigan, se disuelvan o se deterioren.
El Lama Marpa finalizó su canción y colocando sus manos en la cabeza de Milarepa dijo: "Hijo, tu partida rompe mi corazón. La impermanencia es la marca de todas las cosas compuestas. No podemos hacer nada al respecto."
Milarepa se quedó unos días mas con Marpa quien continuó dándole intensas instrucciones. Mostró sobre ellos en el espacio, en formas de luz, muchos de los yidams y otros símbolos auspiciosos. Esas maravillas aparecieron directamente de la maestría completamente iluminada de todos los fenómenos. Marpa realizó esos milagros específicamente para marcar la ocasión de la partida de Milarepa y para transmitirle profundas bendiciones.
El Lama le preguntó a Mila, "Hijo, has visto y ¿confías en esas transformaciones?".
"Estoy tan conmovido que no puedo más que confiar. Pienso que debería tratar de ser capaz de hacer cosas similares con la meditación", respondió Mila con la voz quebrada.
"Bien, si es así, hijo, puedes irte ahora. Ya que he identificado todas las cosas como ilusión, practica acordemente. Toma refugio en las montañas, las nieves o los bosques." Marpa dio los nombres de todas las montañas sagradas donde Mila debía levantar la bandera de la meditación.
"Si meditas servirás a tu lama, mostrarás gratitud a tu padre y madre y realizarás las metas de los seres sintientes." Con ese consejo Marpa estalló en lágrimas, prometiendo encontrarse con su hijo espiritual en la tierra de las dakinis. Previniendo un obstáculo para la practica de Milarepa en el futuro, Marpa le dio un pliego sellado, para ser abierto sólo en caso de que grandes problemas surjan.
Aquella noche, los dos, lama y estudiante durmieron muy cerca el uno del otro. En la mañana Dagmema entró al cuarto llorando de tristeza ante la inminente partida de Milarepa. El Lama le dijo: "Dagmema, ¿por qué lloras?. ¿Porque Mila ha obtenido las instrucciones de la tradición oral de su lama y porque va a meditar en las montañas? ¿Hay alguna razón para las lágrimas? La verdadera causa para las lágrimas es el pensamiento que todos los seres sintientes que son potenciales Budas aún no están conscientes de esto y mueren en la miseria, y lo que es especialmente una causa para las lágrimas es el pensamiento de que una vez que han alcanzado la condición humana, siguen muriendo sin el Dharma. Y si lloras por esto debes llorar incesantemente."
Esa mañana, acompañado por su adorado lama y esposa por una parte del camino, Milarepa partió hacia Kya Ngatsa y su tierra natal.
A su llegada allí, las cosas eran como en su sueño. Su casa había caído en ruinas y la maleza había crecido. Y en el centro de la destrucción yacían los restos del esqueleto de su madre. Debido al temor de las deidades guardianas de Mila, nadie se había atrevido a realizar una cremación en el lugar.
En ese momento de conmoción, Mila estalló en una espontánea canción vajra para liberar su dolor:
Aquí en la demoníaca prisión de mi tierra natal
Encontré un maestro de la ilusión efímera
Cuando había una madre, no había un hijo
Ahora que he venido, mi anciana madre ha muerto
Nuestro encuentro fue una ilusión
Yo, el hijo, practicaré el verdadero Dharma.
Voy a meditar en la roca blanca del diente de caballo.
Cuando había una casa, no había un maestro.
Ahora que el maestro ha llegado, esta en ruinas.
Nuestro encuentro fue una ilusión.
Yo, el hijo, practicaré el verdadero Dharma.
Voy a meditar en la roca blanca del diente de caballo.
La casa, las tierras y campos
son un mundo sin verdadero beneficio.
Deja a los ignorantes tomarlos
Como un ermitaño iré a buscar la liberación.
Con ayuda de su antiguo tutor de niño, Mila convirtió los huesos de su madre en figuras budistas y las colocó en una estupa. Estallando en lágrimas Mila pensó en su pérdida: "otros no han conocido tal desgracia. Para aquellos que no piensan en el sufrimiento de la muerte y los reinos bajos, los placeres sensoriales de la vida pueden ser suficientes. Para mi todas las cosas de la vida me llevan a meditar con un completo desinterés por la comida, la ropa o el reconocimiento."
Milarepa, tomando algunas provisiones donadas, fijó su residencia en una cueva en la montaña detrás de su casa. Aquí se embarcó en su carrera como un yogui de montaña solitario con varios meses de intensa meditación. Eventualmente sus provisiones se terminaron y sintió que estaba incapacitado para mantenerse mucho tiempo. De modo de continuar su meditación decidió mendigar comida a los hombres del pueblo. Y ¿quién estaba allí? La causa de todos los pesares de su familia, su tía. Reconociendo al ingrato sobrino, la tía se ensañó contra su desnutrido pariente con piedras, palos y una lluvia de golpes, casi muerto Mila le rogó misericordia.
La tía de alguna manera se conmovió con la petición de su sobrino. Detuvo el ataque y le ofreció algunas provisiones. Inconscientemente Mila se lanzó hacia la tienda de su tía. A pesar de su apariencia de cadáver, fue inmediatamente reconocido por su pariente que también había combatido furiosamente a su familia. Una vez más, a pesar de correr con todas las fuerzas que los músculos de sus piernas le permitían una lluvia de flechas y piedras lo alcanzaron en su espalda. Muchos pobladores se unieron al tío en el ataque a su viejo enemigo. Para salvar su vida, Mila invocó fuertemente a sus deidades guardianas bebedoras de sangre para volverse en contra de sus atacantes. Tal fue el temor provocado por su invocación que aún los más fieros entre los lanzadores de rocas se acercaron a brindarle ofrendas a Mila. La excepción fue su propio tío.
Milarepa también acudió a Zessay, la chica con la cual estaba comprometido en su juventud. Se vio obligado a explicarle que ningún matrimonio tendría lugar. "Yo he abandonado todo y a todos. No esperes de mí que sea un hombre en el sentido ordinario," dijo. Zessay no podía entender ese tipo de practica espiritual que parecía opuesta a la de los religiosos que ella conocía. Ella le dijo: "nunca he visto a un devoto religioso como tu. Luces aún peor que un mendigo. ¿Que clase de Mahayana es ese que tu estas siguiendo?". Mila replicó: "aquellos que piensan solo en las metas mundanas se contentan con estudiar algunos libros religiosos. Se regocijan de sus propios éxitos y de las fallas de otros. En nombre de la religión amasan tanta riqueza y fama como pueden. Toman nombres sagrados y se visten de hábitos amarillos. Yo me he alejado de ellos y siempre lo haré." Luego de escuchar sobre la intención de Mila de lograr la iluminación a través de las austeridades, Zessay se negó a recibir las propiedades de Mila como un regalo. Sin embargo, luego de su partida su suspicaz tía apareció, la mujer había recibido comentarios que su sobrino ya no necesitaba las tierras ni la casa. Ella vino con una proposición. Ella cultivaría el potencialmente lucrativo campo y a cambio le daría a su sobrino provisiones. Lo cual Mila aceptó gratamente.
Milarepa fue capaz de meditar por dos meses más antes de ser visitado nuevamente por su tía. La conspiradora mujer ahora traía una generosa provisión de comida junto con la petición de que Mila hiciera sus prácticas meditativas en alguna otra parte y que dejara de envenenar el buen nombre del valle con sus espíritus guardianes. Mila aceptó irse, y le pidió a su tía que tomara no sólo el campo sino también la casa, habiendo hecho esto cantó:
Todo lo que uno acumula
Se vuelve propiedad de nuestros enemigos
El precio que mi tía pagó por mi campo es su avaricia
Poseer alguna parte de esto me causaría
un renacimiento entre los espíritus hambrientos
Las palabras de mi tía son palabras de ira.
Si yo hablara el mismo lenguaje
nos destruiríamos el uno al otro.
Tía, toma mi casa y campo.
Tómalos y que puedas ser feliz.
Es a través de la compasión que nos sobreponemos a los demonios.
La calumnia es lanzada al viento, y yo me vuelvo hacia metas más altas
O gracioso lama, inmutable en esencia,
Bendice a este mendigante, para que pueda completar su vida
en la soledad de las montañas.
Milarepa partió la siguiente mañana y se fue a la cueva de la roca blanca del diente de caballo. Reforzando su voto de la meditación incesante, hizo la promesa de no descender a un lugar habitado. Cantó:
No descenderé por ropa aunque muera de frío
No me involucraré en placeres y distracciones ordinarias,
aunque muera de tristeza.
No descenderé a buscar medicina
aunque muera enfermo.
Trabajaré para convertirme en un Buda.
Es mejor morir que vivir como un ser humano que rompe sus votos
por no esforzarse hacia la autorealización.
Oh, océano de las deidades guardianas,
destruyan mi vida instantáneamente con cualquier violación.
Invocando a su lama, Milarepa enfrentó a todas las fuerzas distractoras y se enfocó únicamente en la práctica de la meditación. Su cuerpo se debilitaba por la falta de comida nutritiva, Mila invocó a su lama con gran intensidad. En un sueño le aparecieron practicantes femeninas y le mostraron los métodos para unir el cuerpo, habla y mente a través de posturas yóguicas hasta que el gozoso calor del tummo surgiera. Seguidamente, un éxtasis y calor interno comenzó a ascender en su cuerpo. Transcurrió un año entero en meditación virtualmente sin distracciones. Entonces surgió la necesidad de refrescarse a sí mismo abandonando su solitaria residencia. Mila entonces recalcó su voto y se llenó de coraje a sí mismo con una canción:
Noble Milarepa, pueda esta canción ser
un recordatorio y tu ayuda.
Tu has cortado con la multitud
y su charla placentera.
No permitas pensamientos divagantes,
deja la mente estar tranquila.
Si los permites, sucumbirás a los
pensamientos insanos.
No te distraigas, no te distraigas
Esta atento.
Si estás distraído, tu devoción
será arrastrada por el viento.
No abandones, no abandones, quédate donde estás.
Si abandonas tus pies tropezarán contra una piedra.
No busques placer, sino contrólate a ti mismo
Buscar placer no tiene ningún propósito
No duermas, no duermas, medita.
Si duermes, los cinco venenos de la corrupción
te sobrecogerán.
Habiendo fortalecido esa resolución, Milarepa meditó noche y día por tres años más. Cada año consumía un saco de cebada y nada más. Cuando todo esto se le acabó, Mila encontró que se podía mantener a base de una sopa elaborada de ortigas, que crecían justo en la entrada de su cueva. Desnudo y sin ningún otro tipo de comida, su pelo se volvió gris, su cuerpo era como un esqueleto y la piel se le torno verdosa.
Paso otro año. Un día un grupo de cazadores se colocaron alrededor de la cueva y, viendo a Milarepa, pensaron que habían visto a un fantasma. Pidiéndole comida abusaron física y verbalmente del debilitado yogui, levantándolo y lanzándolo al suelo una y otra vez. De entre ellos uno persuadió a los demás de detener esa estupidez. Luego de manera desconocida para Mila, todos excepto el que había intercedido, experimentaron tener sus ojos fuera del cuerpo mientras el líder era asesinado. Otro año de meditación solitaria transcurrió antes de que otro grupo de cazadores se acercaran a la cueva. Una vez más los visitantes huyeron espantados luego de ver la fantasmagórica condición de Milarepa. Uno de los que huyó, siendo de naturaleza más gentil, le dejó una buena porción de sus provisiones y su practica se fortaleció. Su gozo y claridad se incrementaron como nunca antes. Milarepa comió la carne con prudencia para ahorrar provisiones y eventualmente la carne se volvió comida para las larvas. Mila optó por pensar que ellos habían obtenido su pago y volvió a su dieta de ortigas.
Así que transcurrió otro año, y una vez más llegaron cazadores demandando comida. Ese hombre, del pueblo de Mila, de alguna manera lo reconoció por los agujeros en sus dientes. Mila les preparó un resplandeciente festín de ortiga. Tan desagradable era aquella comida que no pudieron con más de un bocado y se dieron cuenta que se habían encontrado posiblemente con el hombre más miserable y pobre de la tierra. Contrario a su opinión, Milarepa les explicó, "renunciando al mundo y meditando en estas montañas solitarias, estoy tratando de alcanzar la meta en la eternidad. He sacrificado la comida, vestido y el status destruyendo por lo tanto a los enemigos, la pasión y los prejuicios en esta vida. Ningún hombre ordinario es más valeroso o con más altas aspiraciones que yo. Aunque ustedes han nacido en un país en el cual las enseñanzas del Buda se han diseminado, no tienen la inquietud de escuchar el Dharma. No hay conducta más peligrosa que la de acumular fallas poco a poco y mano a mano, esto llena la profundidad y duración del infierno." Milarepa les cantó la canción de las cinco felicidades:
Estoy feliz con el duro cojín debajo de mí,
Estoy feliz con la cobija de algodón que me cubre
Estoy feliz con la cuerda de meditación que me mantiene derecho
Estoy feliz con este cuerpo fantasmagórico,
Ni hambriento, ni saciado.
Estoy feliz con mi mente
que ha ganado destellos de sabiduría de la realidad.
No soy infeliz, soy feliz.
Ahora el sol se oculta.
Vuelvan a sus casas.
Ya que la vida es muy corta y la muerte ataca sin avisar.
Yo que me esfuerzo hacia la Budeidad
No tengo tiempo para palabras inútiles
Así que déjenme con mi contemplación.
Los cazadores partieron. Luego ese hombre, habiéndose aprendido la canción de Mila de memoria, cantó esas palabras durante un festival en Kya Ngatsa, la propia hermana de Milarepa, Peta, ahora una mendigadora errante, escuchó la canción. Comenzó a llorar, "cualquiera que cante esa canción es un Buda." El hombre se rió mientras le decía que el autor de esos versos era su propio hermano, ahora a punto de morir de hambre. Pidiendo una jarra de cerveza, Peta se apresuró a buscar a su hermano a quien no había visto en años. Sin embargo habiéndolo encontrado era incapaz de reconocerlo. Sus ojos se habían hundido en su forma esquelética su cabello gris caía en largas y salvajes cascadas alrededor de él, y su piel se había vuelto verde. Fue sólo su voz la que la hizo recordar. Pensando que la desgracia era la responsable del estado de su hermano, ella también concluyó que era la criatura más miserable sobre la tierra. Mila respondió explicándole que los tres reinos inferiores eran infinitamente más terribles que su propia miseria. Luego de beber la cerveza y comer la comida que traía la hermana, se hizo casi imposible meditar debido a que la sensación de hambre se había incrementado hasta el punto de volverse totalmente envolvente. Viendo esto como el peor de los obstáculos, Milarepa rompió el sello del pergamino de Marpa, este contenía las instrucciones sobre las practicas yóguicas y especialmente el consejo de tomar comida nutritiva.
Siguiendo esto el entendimiento de Mila se incrementó como nunca antes. Ganó profundos destellos de sabiduría en la interdependencia de todas las cosas relacionadas con el samsara y el nirvana. El Samsara existe solo como un punto de vista distorsionado mientras que el nirvana es la perfecta consciencia sin distracciones. La fuente de ambos estados los observó como una consciencia luminosa y vacía en sí misma. Mila entendió que la base de todos los métodos Vajrayana es la transformación de las experiencias sensoriales en logros espirituales.
Redoblando sus esfuerzos, Milarepa meditó en sus yidams y poderes milagrosos comenzaron a manifestarse. Experimentó la capacidad de levitar y cambiar su cuerpo a voluntad. En la noche a través de sueños Mila podía transformarse en diferentes cuerpos espirituales y materiales, visitando los reinos de los Budas para recibir enseñanzas y dar enseñanzas el mismo. Su cuerpo podía ser de llamas flameantes o de chorros de agua. Era capaz hasta de volar a través del espacio y los granjeros en el valle se sorprendían con el espectáculo inspirador de ver a un hombre volando sobre sus cabezas a plena luz del día.
Seguidamente, Mila determinó que era el momento de mudarse a otra área antes de que sus recientes travesuras crearan mucha perturbación. Levantando su vasija de cocinar con su estado debilitado se le resbaló y cayó al suelo en piezas rotas. El endurecido residuo de las ortigas se mantenía intacto exactamente en la forma de la vasija. Mila cantó:
En el mismo momento en el que tenía una vasija
no tenía una vasija.
Ese ejemplo demuestra completamente la ley de
la impermanencia de las cosas.
En particular, demuestra la condición humana.
Si es así, yo, el ermitaño Mila,
me dedicaré a meditar sin distracciones.
La preciosa vasija contiene mi riqueza.
Se hace mi maestro en cada momento que se rompe.
Esa lección sobre la impermanencia inherente
de las cosas es una gran maravilla.
Una vez más aparecieron cazadores y una vez más alimentaron al yogui ermitaño. Luego Milarepa partió hacia una cueva en Kyiphuk donde meditó por unos meses y su experiencia interna se profundizó aún más. Aquí su hermana Peta eventualmente lo bajó de la montaña para intentar que su excéntrico hermano se vistiera y se alimentara adecuadamente. Le llevó ropas con las que insistió que se cubriera. Cuando partió a mendigar provisiones, Mila confeccionó una envoltura para sus dedos y órganos sexuales. Su hermana se ruborizó ante la falta de vergüenza de su hermano. Mila explicó, "soy un realizador que busca el bien esencial de su preciosa vida humana. Sabiendo lo que es la vergüenza me he mantenido fiel a mis votos y preceptos, hermana, tu sólo te ruborizas ante mi desnudez."
Peta ahora se volvió más y más abierta a la sabiduría de su hermano y recibió de él consejos y prácticas de meditación. Milarepa continuó meditando día y noche.
El tío de Mila había muerto y su tía había caído en un estado de terrible remordimiento por su avara y egoísta forma de ser. Comenzó a buscar en todas partes alguna instrucción de cómo conseguir a su sobrino Milarepa, el asceta legendario del Tíbet, eventualmente encontró el tronco que unía la cueva de Mila con un precipicio. Peta reconoció inmediatamente a su tía y removió el tronco pidiéndole a su hermano que despachara al pesado visitante. Luego, en respuesta a las desconsoladas súplicas de su tía por una audiencia Mila dijo: "En principio, he abandonado todo apego a los parientes, y especialmente a mi tía y tío. Primero nos llevaron a la miseria. Aún luego cuando comencé el camino religioso y fui donde ustedes mendigando, brutalmente me castigaron. Esa es la razón por la que no tengo nada que ver contigo."
La tía confesó su ira y su manera deshonesta y pidió durante horas el perdón de su sobrino, amenazando suicidarse si se negaba. Eventualmente, en contra del juicio de su hermana, Mila recibió a su tía dándole extensas enseñanzas, y se volvió una realizadora del Dharma que alcanzó la liberación a través de la meditación.
Milarepa continuó meditando año tras año en las cuevas especificadas por su lama. Había momentos en los que el invierno era muy frío y la nieve se hacía muy gruesa y nadie podía creer que había un yogui desnudo meditando en tales cuevas, muchos aseguraban que seguramente Milarepa había muerto. El ermitaño se hizo legendario y empezó a tener valiosos estudiantes, tanto hombres como mujeres, de todas partes del Tíbet. Sus enseñanzas se transmitieron a través de las "dohas", canciones espontáneas que originaban un despertar puntual en los que escuchaban. El líder entre sus estudiantes era Rechungpa, el más querido y cercano discípulo de Milarepa. Sin embargo estaba el monje Gampopa que eventualmente tomó el trabajo como su sucesor, sostenedor de la transmisión iluminada del linaje de transmisión oral.
Encontrándose un día con algunos de sus discípulos, algunos confesaron sus dudas sobre su propia habilidad para mantenerse en el curso, y estaban seguros que Milarepa, que había realizado tan impresionante poder, era un Buda encarnado, o al menos el renacimiento de un boddhisattva del más alto nivel. El maestro respondió a estos malentendidos: "nunca he escuchado que tipo de encarnación soy. Puede que sea una reencarnación de los tres reinos inferiores, pero si ustedes me ven como un Buda recibirán su bendición." El maestro continuó: "Todo aquel que de todo corazón confíe en el karma y tema el sufrimiento de los reinos bajos, surgirá en él una gran aspiración por la iluminación. Lo llevará a volverse devoto de un Lama, de la meditación y poseer una profunda sabiduría. Es posible para cualquier hombre perseverar de la manera que yo lo he hecho. Considerar a un hombre con tal perseverancia como un Buda es un sigo de no confiar en el camino corto. Reflejado en el karma, la miseria del ciclo de las existencias, el valor de un renacimiento humano y la incertidumbre de la hora de la muerte." Explicó que era el temor a esas cosas, lo que lo había llevado a las montañas.
Un día en la región de Drin, Milarepa fue invitado a presidir una boda. Un lama altamente influyente llamado Geshe Tsakpuhwa estaba también presente. El ambicioso geshe hizo una postración hacia el reverenciado ermitaño Milarepa, esperando que se le retornara en gentilezas por parte de sus muchos benefactores. Tales frivolidades no eran el estilo del maestro. Decidido a desenmascarar al presumido impostor, el celoso geshe pidió a Mila interpretar algunos textos de lógica budista. Mila contestó: "por supuesto que conoces el significado conceptual del texto. El significado espiritual se encuentra al abandonar las reacciones mundanas y el ego personal, a través de la destrucción de falsas percepciones de la realidad y meditando. Aparte de eso, argumentar sobre las palabras es totalmente inútil si uno no practica el Dharma. Nunca he estudiado lógica y si alguna vez lo hice lo he olvidado ahora." El maestro rompió en un canto:
Habiendo meditado en mi Lama,
He olvidado a aquellos que son poderosos e influyentes.
Habiendo meditado en las instrucciones de la tradición secreta,
he olvidado los libros de dialéctica.
Habiendo asimilado la enseñanza en el flujo de mi consciencia.
Olvidé involucrarme en polémicas doctrinales.
Habiendo vivido en la humildad en cuerpo y mente,
he olvidado el desdén y la arrogancia de los grandes
Habiéndome involucrado más en lo espiritual que en las letras,
olvidé como jugar con las palabras.
Como tu eres un maestro, explica la disertación tu mismo.
El Geshe, gritando y poniéndose rojo, replicó: "Si yo lo hiciera, tu discurso no iría muy lejos." Los ayudantes del Geshe, avergonzados por su ruda actitud, se las arreglaron para silenciar al ambicioso lama. El humillado hombre planeando venganza le prometió a su concubina una costosa turquesa por llevar un yogur envenenado a la cueva de Milarepa. Mila envió a la mujer de vuelta, pidiéndole que volviera luego con la bebida. Luego de recibir la turquesa, la mujer fue enviada por el Geshe de vuelta a la cueva del maestro para llevarle la endemoniada ofrenda. "Así que", dijo Milarepa luego de recibir el generoso regalo, "te han dado la turquesa por la acción que estás llevando a cabo." Temblando de temor, la mujer calló al piso y lloró de remordimiento, pidiéndole al maestro que le devolviera la mortal comida. Mila le explicó a la mujer que podía beber la pócima para satisfacer al Geshe y para asegurarse de que ella obtuviera la turquesa. Prometiendo purificar el karma negativo de la mujer, Milarepa tomó el brebaje.
El maestro, ahora mejor con los años, llamó a sus estudiantes a lo ancho y largo para reunirlos alrededor de él. Siguiendo una gran fiesta ritual dio continuas enseñanzas a los seguidores laicos, monásticos y yoguis sobre el karma y la naturaleza última de la realidad. Una cubierta de arcoiris se manifestó en el cielo y muchos practicantes fueron capaces de ver incontables apariciones milagrosas, dentro del espacio mismo. Cayeron flores de diferentes colores y una música y fragancia celestial llenaron la atmósfera. Muchos también vieron el cielo llenarse de dioses que venían a escuchar el discurso del maestro.
Si deseas sinceramente evitar el sufrimiento,
evita cualquier acción dañina hacia otros seres.
Practiquen incesantemente por la purificación,
Disuelvan la ignorancia y acumulen mérito.
Si lo haces no sólo verás
Las amorosas deidades del Dharma que vienen a escuchar,
sino que las percibirás dentro de ti mismo
El dharmakaya, el más sagrado y alto de todas las deidades.
Si lo ves también verás
la completa verdad del samsara y el nirvana
Y te liberarás del karma.
Milarepa explicó a la asamblea, que no tenía mucho tiempo y que no los vería mucho tiempo más. Los exhortó a seguir sus enseñanzas y a no desperdiciar el tiempo. El maestro como de costumbre, cantó una canción para suavizar el shock y el dolor en el corazón de sus amados estudiantes:
Podamos reunirnos de nuevo en la tierra pura del Buda.
Aquellos que me vieron y escucharon,
aquellos que recuerden mi historia,
aquellos que sólo lo han escuchado junto con mi nombre,
Puedan aquellos que emulan mi vida y meditan,
aquellos que leen y veneran,
aquellos que siguen mi ejemplo en sus vidas,
Puedan encontrarme en la tierra pura del Buda.
Puedan aquellos que escuchen mi historia,
Recibir inconmensurables bendiciones.
Puedan todos aquellos que sólo escuchen mi historia alcanzar la liberación
Puedan aquellos que meditan en esto alcanzar sus metas.
Sus estudiantes le imploraron al maestro extender su vida por medios yoguis. Él explicó, "Ha llegado mi hora, mi cuerpo terrestre esta siendo transformado en una forma más sutil, disolviéndose en una forma de vacío totalmente despierta. Ordinariamente los hombres experimentan las consecuencias de su karma a través de ciclos de vejez, enfermedad y muerte. Nada puede detener esto. Ni el poder de los reyes, ni las realizaciones de los héroes, ni la belleza de la mujer, ni las riquezas, la naturaleza del samsara es tal que la riqueza que hemos acumulado se dispersa, las casas construidas se destruyen, las uniones se rompen y todo lo que ha nacido debe morir. El mejor remedio es realizar la naturaleza última de las cosas bajo la dirección de un lama realizado.
Milarepa pronto comenzó a mostrar los signos de una horrible enfermedad y fue visitado por muchos curanderos, entre los cuales estaba nada más que el orgulloso y repelente geshe. Probando al maestro hasta el límite, el Geshe tentó a Mila a utilizar sus poderes de yogui para transformar la enfermedad en sí mismo. El hombre estaba completamente convencido de que Milarepa era un impostor posando como yogui salvaje de montaña. Luego de una larga sesión de insistencias por el engreído geshe, Mila aceptó transferir la enfermedad hacia una puerta la cual inmediatamente se destruyó en miles de piezas. Temiendo un truco, el denso escéptico le insistió a Mila una y otra vez que le traspasara a él mismo la enfermedad. Finalmente Mila accedió y le transfirió al sonriente geshe sólo la mitad de su dolor. Repentinamente la sonrisa del orgulloso hombre se transformó en contorsiones de dolor y cayó al piso agonizante. Paralizado y en shock el Geshe estaba a punto de morir cuando el maestro retornó la enfermedad de vuelta a sí mismo. El hombre se lanzó a los pies del maestro, al mismo tiempo que le ofrecía todas sus propiedades y riquezas y arrepintiéndose por su horrible crimen en contra del gran yogui. Mila rehusó los regalos pero aceptó la disculpa, prometiendo invocar la compasión de su lama para aplacar las consecuencias kármicas de los infiernos que esperaban por las tontas acciones del hombre. El arrepentido Geshe renunció al mundo y se hizo devoto del maestro.
Milarepa fue a Chuwar para manifestar la aparición de su muerte. Estudiantes de todas partes simultáneamente experimentaron encontrarse con el maestro y recibir sus bendiciones y consejos. Esto ocurrió en diferentes lugares a través de la región pero exactamente al mismo tiempo. Sobre el área surgieron signos maravillosos, aparecieron nubes como cinco estupas coloreadas y el incienso y la música permearon la atmósfera en todas partes. Muchos vieron una gran reunión de dakinis congregándose en el espacio sobre Chuwar para darle la bienvenida al maestro. Fue aquí donde el viejo ermitaño e indomable yogui murió en meditación.
Luego de su muerte el cuerpo de Milarepa cambió en seis días en una forma radiante y celestial de un niño de ocho años. Sucedió que grupos de sus estudiantes tanto de Chuwar como de Nyanang, muy alejados unos de otros, cada uno tenía un cuerpo para cremar y en ambos lugares surgieron los mismos signos maravillosos.
En Chuwar no fue sino hasta que llegó su amado estudiante, Rechungpa, que la pira de cremación comenzó a arder, a pesar de todos los intentos previos por encenderla. Justo antes de la conflagración el maestro fue visto una vez mas apareciendo totalmente vivo y luciendo resplandeciente con gran elegancia. Cantó una última canción a Rechung y la asamblea reunida:
Escucha Rechung, querido de mi corazón,
En el océano de los tres niveles samsáricos.
El cuerpo ilusorio es el gran delincuente,
Tratando de llevar a cabo las metas materiales
Con poco tiempo para renunciar a los esfuerzos mundanos
O Rechung, renuncia a las empresas ordinarias.
En la ciudad del cuerpo ilusorio,
La mente ilusoria es el gran delincuente
Esclavizada por la sangre y la carne del cuerpo,
Con poco tiempo para realizar la realidad ulterior
O Rechung, discierne la verdadera naturaleza de la mente
En el borde entre la mente y la materia,
La consciencia interna es el gran delincuente
Expandiéndose dentro del reino de las percepciones condicionadas
Con poco tiempo para realizar la naturaleza no creada de la realidad.
O Rechung, captura la fortaleza de la vacuidad no nacida.
Lama, Yidam y Dakinis,
Las tres unidas en uno, invóquenlas!
Visión perfecta, contemplación y practica,
Las tres unidas en uno, realícenlas!
Esta vida, la próxima y la intermedia
Las tres unidas en uno, unifíquenlas!
Habiendo hablado de esa forma el maestro se disolvió en la vacuidad que todo lo permea. La pira funeraria se transformó una mansión celestial y la llama tomó la forma de un botón de flor de loto de ocho pétalos. Los restos mismos del cuerpo fueron vistos como formas de Hevajra, Chakrasamvara, Guhyasamaja o Vajravarahi, aspectos iluminados de la sabiduría del Buda. Cuando las llamas se apagaron, muchos vieron una inmensa estupa de luz, mientras que otros vieron cosas maravillosas mas allá de toda imaginación. Muchos discípulos aseguraron ver a las dakinis llevarse la estupa de luz desde la cual el maestro emanaba diferentes formas de luz y energía. Había un gran temor por dakinis vistas, porque podía significar que no quedarían reliquias del maestro para el reino humano. Entonces la voz del maestro surgió del espacio dando instrucciones de que buscaran una roca debajo de la celda de cremación. El principal estudiante del lama comenzó a cavar la tierra, esperando encontrar oro. En vez de esto encontraron un cuchillo, un pedazo de tela blanca y un poco de azúcar. Adicionalmente había una nota con instrucciones de cortar el pedazo de tela y el azúcar de la ofrenda. Habiendo sido cortada, la original mantenía su tamaño y dimensiones, cada muestra transmitía una poderosa bendición al que lo recibía. También había un pie de página en la nota del maestro, que decía que cualquiera que dijera que Milarepa poseía oro, "llénenle la boca de mierda." Sus estudiantes cayeron al piso riendo. Ese era el estilo del maestro.
Esa es la historia de Milarepa, "El Glorioso Diamante Sonriente," un hombre ordinario que realizó el camino corto y alcanzó la perfecta Budeidad en una sola vida. Es considerado por muchos como el más grande yogui de todos los tiempos. Hoy en día sus bendiciones y enseñanzas son sostenidas por el actual sucesor de su linaje, el gran Buda, el decimoséptimo Karmapa, Thaye Dorje.

La vida de Milarepa. Parte I.




La vida de Milarepa.


Parte I.Por: Brooke Webb
De todas las historias escritas ninguna se acerca mas a la ficción que la verdadera historia de Milarepa. Esta trae consigo el poder de las condiciones arquetípicas humanas a través del mito, amor, odio, celos, magia trascendencia e iluminación. Nacido con el nombre de "Buenas Noticias" en una familia de campo Milarepa encarnó el poder transformador de Vidas del Camino del Diamante. Utilizando su enfoque para trascender una vida llevada por hábitos inconscientes, Milarepa en ocasiones se lanzó hacia su meta, la iluminación. Cuando se leen las austeridades por las que paso uno queda sorprendido de que un nivel de disciplina y de autonegación como el suyo pueda ser practicado por tanto tiempo y en continuas condiciones extremas.

El bisabuelo del abuelo de Milarepa fue un poderoso Yogui Nyigma. Su abuelo paterno desperdició los bienes familiares en juegos de dados. Afortunadamente el y su padre lograron amasar una buena fortuna a través de los negocios y la familia adquirió una granja fértil con tres grandes casas en el valle de Kya Ngatsa en Gungthang, Tíbet. Inspirados por su éxito, relativamente distantes, un tío y una tía paternos se mudaron cerca de la próspera y feliz familia. Fue aquí en el año de 1052, cuando Mila "Buenas Noticias" nació. A la edad de 7 años su gentil padre contrajo una enfermedad de la que claramente se observaba que no iba a recuperarse. Antes de que el padre muriera delegó la propiedad a su hijo una vez que se hiciera mayor. Hasta entonces encomendó el cuidado de su esposa, hijo y joven hija así como de toda su propiedad a su tío y su tía. Este par demostró ser bastante severo con los herederos de estas propiedades privándolos de toda comodidad que no fuera necesaria para la subsistencia mínima. La madre y sus hijos se volvieron los sirvientes dependientes de los repentinamente prósperos e ingratos familiares.
Después de ocho años de humillación, trabajo duro y pobreza, el día de la redención finalmente llegó. Para el quinceavo cumpleaños de Mila su madre organizó una gran fiesta a la que invitó a su tío y su tía, así como a otros familiares y amigos, para llevar a cabo el tan esperado momento de su liberación. La granja sería legalmente suya de nuevo. Sin embargo el tío y la tía desafiantemente negaron la existencia de deseo alguno de devolver las propiedades del padre de Mila a su hijo. Ellos declararon que ellos mismos habían sido los herederos correctos y legales de los bienes del padre. Fue sólo, según ellos, la bondad de sus corazones lo que aseguró la supervivencia de la desgraciada madre, hijo e hija. Tíbet en aquel entonces no contaba con recursos judiciales, así que había pocas maneras de resolver el conflicto, excepto por la violencia. El sentido común negaba sus afirmaciones, pero a pesar de eso el tío y la tía mantuvieron el desafío. "Si ustedes son muchos hágannos la guerra, si son pocos, hagan brujería".
Un profundo odio se estableció en el corazón de la madre de Mila. Ella sabiamente envió a su hijo a aprender a leer y escribir con un Lama Nyigma. Un día, Buenas Noticias llegó de sus lecciones ligeramente borracho y riéndose sin cuidado. Ver a su hijo feliz fue más de lo que esta amargada mujer pudo soportar frente a su cara. Llena de rabia mandó a su hijo a aprender magia negra y matar a sus despreciables familiares. Si fallaba en esto la enloquecida mujer prometió suicidarse enfrente de él. Motivado por el profundo amor por su madre Mila se prometió no volver sin haber adquirido las habilidades y el poder de la magia negra. Después de un año de estudios con un nuevo maestro, Mila rehusó la petición de su maestro de graduarse con honores, como hicieron sus compañeros. En vez de esto el joven le suplicó a su maestro con lágrimas en los ojos que le enseñará las artes para destruir a sus enemigos. Mila fue enviado a otro maestro, y allí en una montaña, fue enviado a un estricto retiro de dos semanas para trabajar con encantamientos mágicos para invocar a las poderosas entidades del lado oscuro.
De vuelta en Kya Ngatsa, una fiesta de bodas se llevaba a cabo para hijo primogénito del tío. La casa estaba abarrotada de invitados de la familia que disfrutaban de la fiesta. De pronto todo el edificio se derrumbó en un montón de escombros, cubriendo a todos sus habitantes. Misteriosamente algo le causó pánico a los animales que habitaban bajo la casa y en su intento por escapar golpearon y derrumbaron las bases que sostenían la casa. De las treinta personas presentes sólo el tío y la tía se salvaron de la muerte.
La madre de Mila se las arregló, en contra de toda posibilidad, para alardear del cruel evento. Con términos precisos y no carente de orgullo hizo conocer que fue su propio hijo el responsable de la tragedia. Rápidamente un grupo se disponía a asesinar a la peligrosa y vengativa mujer. Sin embargo, previniendo esta situación, ella había enviado una carta a su hijo para que produjera castigos en forma de tormentas. El diluvio resultante virtualmente destruyó la cosecha madura de los granjeros, así como sus posibilidades de sobrevivir en el crudo invierno sin morir de inanición. Mientras tanto la astuta mujer envió otra carta a su hijo pidiéndole que enviara la muerte a todo el que tomara alguna represalia contra ella. Seguidamente diseminó la carta enviada a su hijo y la amenaza de muerte, así que nadie pretendía desafiar a las deidades que custodiaban a la endemoniada mujer y su vida fue aislada. Como era sabido que toda esa destrucción fue provocada por Mila, fue forzado a mantenerse alejado de su casa. De hecho el joven nunca volvió a ver viva a su madre.
Luego de utilizar la magia para la destrucción de los enemigos de la familia la mente de Mila se llenó de intenso remordimiento. El se enfrentó día y noche con el resultado negativo de sus acciones dañinas que inevitablemente estaban llenas de constante culpabilidad. Su propio maestro, que poseía un fuerte entendimiento de las leyes kármicas, también llegó a la conclusión que uno de los dos tenía que hacer algo para revertir el caos provocado. Luego de la muerte de su rico patrón, el viejo hechicero decidió que el o su estudiante debían ahora aprender las puras y benevolentes enseñanzas del Buda, las cuales ofrecen beneficios definitivos a los seres. De esta manera esperaban que tanto el maestro como su discípulo se liberaran de renacer en los reinos bajos, lugar al cual seguramente llegarían muy pronto.
Siendo Mila el más joven fue el elegido para emprender la tarea. Fue enviado a Tsangronsg para estudiar con un nuevo Lama llamado Rongton Lhaga. Luego de dar las ofrendas obsequiadas por su primer maestro. Mila fue iniciado y empoderado en la práctica de la meditación interna (insight). Sin embargo y a pesar de su fuerte motivación, él empleó su tiempo durmiendo más que tratando de alcanzar algún tipo de nirvana. A través de su propia meditación el Lama Rongton Lhaga fue capaz de observar que el Lama con el cual Mila tenía una conexión kármica especial era un maestro de Lhotrak llamado Marpa, el traductor. Mila fue enviado a buscar a este lama, el hijo espiritual de un renombrado guru indio, Naropa. Incapaz de contener su excitación ante la expectativa de encontrar a su lama raíz, Mila emprendió el camino inmediatamente.
Mientras tanto, en Lotrak, en un sueño, Marpa recibía de Naropa un Dorje lapizlázuli ligeramente empañado y un cuenco dorado de néctar. Las instrucciones vinieron de Naropa, "Limpia el polvo del diamante con el agua de este cuenco, luego colócalo en el tope de la Bandera de la Victoria. Esto agradará a los Budas del pasado y todos los seres sintientes serán felices, llenando así tus aspiraciones y las de todos los demás". Marpa limpió el diamante y lo colocó sobre la Bandera de la Victoria. El brillo del diamante iluminó el universo entero. Inmediatamente las seis clases de seres fueron liberados del dolor y fueron llenados de felicidad.
Dagmema, la esposa de Marpa, fue donde su marido a contarle un sueño similar, que era aún más impresionante en contenido. Dos mujeres cargaban una estupa de cristal que tenía unas pequeñas impurezas en su superficie. Naropa guiaba a Marpa para bendecir la estupa y colocarla en la cima de una montaña. Cuando esto fue realizado la luz de la estupa brilló en todas las direcciones con un resplandor como el del sol y la luna. Al mismo tiempo la estupa se replicaba a sí misma en innumerables cimas de montañas. Sin revelarle a su esposa conocimiento alguno sobre el significado del sueño Marpa se dispuso a arar las tierras, cosa que no haría sin suficiente cerveza en el remolque. Muy pronto apareció Buenas Noticias, el aspirante. Luego de examinarlo detalladamente Marpa, sin revelar su identidad, le dio al invitado una jarra de cerveza y lo puso a arar las tierras. Al tiempo Mila fue invitado por el hijo más joven de Marpa a entrar en la casa. Se quedó muy sorprendido al darse cuenta que el extraño y poderoso hombre que se consiguió la primera vez no era otro sino el Lama mismo, e hizo postraciones frente a él, como era la costumbre. Luego de explicar como había destruido la vida de muchos de sus inocentes parientes, Mila le pidió al Lama sus enseñanzas. Marpa le ofreció al joven refugio y le dio a elegir entre comida y vestido o las enseñanzas. Mila eligió las enseñanzas y se comprometió a arreglárselas por sí mismo con el resto de las cosas.
Su primer acercamiento al humor predominante del Lama vino cuando Mila intentó colocar su libro de magia al lado de los libros sagrados de Marpa. "Llévate ese mugriento libro de aquí, puede contaminar mis objetos sagrados y mi santuario".
El joven novato se dedicó a mendigar a través de valle para pagar su habitación y mantenimiento. Cuando volvió con el Lama llevaba carne, cerveza, sacos de cebada y una enorme olla de cocina. Marpa mostró lágrimas de emoción y llevó la olla a su cuarto sagrado, y lo lleno con mantequilla derretida. Sin embargo se negaba a darle instrucciones espirituales a Mila, en vez de esto le pidió que enviará tormentas eléctricas a dos comunidades que habían estado robando a sus estudiantes. Mila entonces se apresuró a realizar los conjuros para producir las tormentas, y luego fue solicitado para enviar mas truenos y centellas sobre otros poblados. Luego de eso Marpa siempre se refería a su nuevo estudiante como el "Gran Mago". Ahora Mila estaba seguro que recibiría las enseñanzas sobre la iluminación y se las pidió directamente a su lama. Marpa le replicó en un tono irritado: "Ja!, ¿es para recompensar tus múltiples crímenes por lo que yo fui a India a riesgo de mi vida? Dices que deseas esas enseñanzas que son el aliento vivo de las Dakinis y por las cuales, sin escatimar riquezas, ofrecí oro sin medida. Espero que sólo estés bromeando!, Cualquiera podría matarte por esto! Ahora restaura las tierras en Yadrok y sana a los afectados. Pero nunca vuelvas si no puedes hacer esto."
Buenas Noticias lloró por aquel áspero trato. El lama regresó al siguiente día disculpándose por su rudeza e instó a Mila a construir una inmensa torre para su hijo, Tarma Dode, quien viviría allí. Mila emprendió la tarea con furia y sobre las áridas montañas cerca de la casa de Marpa, una enorme torre redondeada comenzó a tomar forma. Su lama después de varios meses de trabajo le pidió que la estructura debía ser desmantelada completamente y las piedras regresadas al sitio donde habían sido tomadas. Entonces Marpa, usando primero la excusa de borrachera y luego de confusión, le ordenó construir una torre semicircular y luego una triangular. Esas torres fueron construidas hasta la mitad y entonces el lama cambiaba de opinión. Hasta ahora el lama era bastante desagradable e incluso abusivo con su estudiante, repetidamente lo instaba a irse si no estaba satisfecho. Los años habían pasado y todo lo que Mila tenía para demostrar su devoción era una espalda llena de ampollas. Ahora recibía ordenes de construir una cuarta y aún más grande torre. Para este trabajo Mila le imploró a la esposa del lama para persuadirlo de que las instrucciones esta vez no fueran revertidas. Luego de que tres de los estudiantes del lama colocaron una inmensa roca en posición Mila comenzó a construir el edificio alrededor de la gigantesca piedra. Y tan seguro como el día sigue a la noche el lama predeciblemente mandó a desmantelar el edificio. La razón era que la piedra angular había sido colocada con ayuda de otros, y las estrictas órdenes de Marpa eran que el Gran Mago debía trabajar solo.
En varias ocasiones, largos retiros y empoderamientos tántricos budistas eran dados a los estudiantes de Marpa. Mila, esperando ser iniciado, iba a recibir las bendiciones del lama. Cada vez era rechazado, pateado y lanzado al suelo, hasta que brotaban lágrimas de desesperación por el abuso que indiscriminadamente caía sobre él. Además de las historias de las torres estaba la petición de construir un salón sagrado y un camino cubierto. Estos fueron construidos hasta que la espalda de Mila se infectó totalmente y tenía llagas y ampollas, debido a la enfermedad fue, forzosamente, llevado a reposo. Marpa sin embargo, presionaba a Mila a retornar al trabajo rápidamente, recordándole los intensos esfuerzos a los que fue sometido Naropa por su propio maestro: Tilopa.
La compasiva esposa del lama elaboró un plan para que Mila abandonara el lugar, esperando que esto suavizara a Marpa. Un día le comentó a su esposo que Mila estaba recogiendo todas sus cosas para marcharse, pero que ella lo había persuadido para quedarse. La respuesta del lama fue buscar a Mila y bofetearlo con toda su fuerza. En ese momento parecía evidente que la agresión hacia su miserable aspirante nunca cesaría. En otra ocasión se llevaría a cabo la iniciación de Korlo Demchog. Una vez más Dagmena llevó a Mila al círculo de iniciados, en esa oportunidad le dio una inmensa turquesa para que la llevara como ofrenda al lama. Fue tal la ira del lama en esa ocasión que luego de lanzar a Mila al suelo, sus propios estudiantes tuvieron que retener físicamente a su maestro para detener la ola de estruendosas patadas que caían sobre el cuerpo de su estudiante.
Al día siguiente el lama fue a donde Mila y le propuso una pregunta: "¿No estas insatisfecho por mi negación a enseñarte?" "tengo confianza en el lama" respondió Mila incapaz de contener las lágrimas que caían como un torrente de sus ojos. "¿Que buscas obtener de mí con esas lágrimas? ¡Lárgate!" gritó el lama. Su miseria era mayor de la que su corazón podía soportar, Mila tomó su libro de magia y sin decir adiós abandonó el hogar de su maestro. Él tomó un trabajo en un valle vecino y constantemente leía acerca de las historias de los grandes maestros budistas. Esas historias lo inspiraban e incrementaban su oposición a tomar una vida ordinaria. Y decidió definitivamente volver con Marpa, quien al darse cuenta de la desaparición de su discípulo derramó lágrimas de dolor, implorándole fuertemente a las Dakinis que su hijo predestinado regresara. Sin embargo, seguía inflexiblemente rehusándose a dar enseñanzas a Mila hasta que los tres pisos restantes de la torre fueran construidos. Sobrecargado por los maltratos del áspero temperamento del lama y su propensión a la violencia, Mila decidió irse de una vez por todas.
Dagmena decidió enviar a Mila en secreto a un estudiante de Marpa llamado Ngokpa. La gentil mujer, después de emborrachar a su marido con su cerveza favorita, realizó una carta firmada y envió un mala de rubí que había pertenecido a Naropa como ofrendas de Marpa. Era conocido también que Lama Ngokpa tenía unos pocos enemigos y que también deseaba los servicios del gran mago para asegurarse que algunos de ellos recibieran algunas lluvias tibetanas de granizo. Luego de completar la petición del lama, Mila fue enviado a observar los resultados de su trabajo, había dejado a los habitantes del valle en la desgracia. Rebaños enteros de yacían muertos en los campos, así como incontables otras criaturas. Mila tomó algunos de ellos -pájaros y ratones- y regresó adonde el lama desesperado por su habilidad de no hacer otra cosa más que daño. El lama le aseguró a Mila que ninguna de esas criaturas que habían muerto caerían en los reinos bajos otra vez. Como prueba de esto volvió a la vida a todas las aves y ratones que Mila había traído consigo. Esa demostración ciertamente sirvió para fortalecer la ambición del Gran Mago de tratar de hacerse un Yogui. Mila de nuevo recibió métodos junto con instrucciones y fue enviado a un retiro de meditación. Una vez más, y para la sorpresa del Lama Ngokpa, absolutamente nada ocurría en el camino de la experiencia interna en la mente de Mila.
Mientras tanto, Marpa se las había arreglado para terminar la torre y enviar una carta a Ngokpa para asistir a la celebración de cumpleaños de su hijo. Adicionalmente le envió una petición de que "cierto malhechor" fuera devuelto a él. Nada podía persuadir a Mila de volver con el terrible y violento lama. Sin embargo, la esposa de Marpa envió una nota en una carta "ahora el te enseñará". Con una mezcla de esperanza y coraje Mila partió hacia Lhotrak.
Marpa comenzó la ceremonia,
"Abundante excelencia de este precioso linaje,
sin mancha debido a la imperfección o deficiencia.
Puedan todos ser bendecidos por esa excelencia.
La excelencia abunda en el rápido camino
de la transmisión secreta, sin error o decepción.
Puedan todos ser bendecidos por esa excelencia."
Antes que los rituales avanzaran muy lejos, Lama Marpa reparó en los hechos sucedidos en el pasado reciente. Su bastón estaba sospechosamente colocado a su lado. Él determinó que Lama Ngokpa no sería castigado y le pidió devolver las joyas de Naropa. Cuando la atención de Marpa se enfocó en su esposa principal, ella se escapó con su marido de modo de no hacerse el objetivo directo de la ira del lama. En cuanto a Mila, su paranoia encumbró en ese momento y pensando que el solo podía crear dolor y problemas en el mundo decidió suicidarse lanzándose de la torre que el mismo había construido. Fueron sólo las gentiles palabras de Lama Ngokpa que lo previnieron de hacer algo como eso. En ese momento Dagmena fue enviada por el lama a informarle a Mila que era el invitado de honor. Mila se acerco temblorosamente a la ceremonia. Lejos de expresar su disgusto personal todos creían que el lama conservaría a Mila, Marpa ahora reveló la verdadera profundidad de su amor por él, proporcionándole todo elogio posible y asegurándole un completo éxito en su práctica. El lama continuó, "Mi hijo a finalizado las nueve grandes penalidades, ahora su completa iluminación sin futuros renacimientos puede ahora llevarse a cabo". Debido a la debilidad de Dagmema, esto no tuvo lugar, y quedará un débil vestigio de mancha con él. Ahora te recibo y te daré mis enseñanzas. Que son tan apreciadas para mí como mi propio corazón. Te dejaré meditar y ser feliz.
Marpa le dio a su estudiante refugio budista, el voto del bodisatva y los votos de una persona laica. Le fue dado el nombre de "Mila Vajra, Bandera de la Victoria", como fue revelado por Naropa en el sueño. Marpa le dio el empoderamiento de Chakrasamvara a Mila y a todos los presentes. Durante la iniciación Marpa apuntó al cielo. Arriba en el espacio sobre el lugar de reunión, apareció el vívido mandala de la deidad rodeada por budas y dakinis así como de numerosos símbolos auspiciosos. Ambos, el lama y las deidades del mandala le confirieron a Mila el nombre de iniciación, "Pal Zhepa Dorje" (Glorioso Diamante Sonriente). Marpa profetizó que de la tenacidad bajo condiciones extremas de Mila el podía desarrollar estudiantes y maestros con fuertes cualidades de buda y que a través de él sus enseñanzas serán como la luna creciente. Luego de recibir instrucciones detalladas, Mila fue enviado en solitario a una cueva situada en una colinas vecinas para meditar. Aquí, colocó lamparas de mantequilla sobre su cabeza y no se movería hasta que se consumieran por completo. Sin dejar que su lugar de meditación se enfriara Mila meditó de esta forma día y noche por once meses. Luego de esto Marpa y su esposa lo invitaron a un gran festín, en el que le pidieron explicar sus destellos (insights) a través de la meditación. Mila respondió de la siguiente forma, "entiendo que en este cuerpo yace la escogencia vital entre una enorme ganancia y pérdida, relativa a la felicidad eterna o miseria en el límite entre lo maligno y lo bueno. Entiendo que la fuente de toda felicidad es el lama y por lo tanto el primer paso es completar todas sus instrucciones y mantener un vínculo irrompible con él. Además una afortunada existencia humana es algo difícil de adquirir. Elevando la mente con gran intensidad sobre la impermanencia y la muerte, las consecuencias de las acciones y el dolor del samsara uno desarrolla el anhelo de liberarse. Habiéndose esforzado en descubrir el no egoísmo de la personalidad, uno examina el yo por medio de la lógica, las enseñanzas y analogías, y no encontrando el yo, uno comprende su no-existencia. Cuando la mente se calma en tal razonamiento, los pensamientos discriminativos cesan y la mente alcanza un estado no conceptual. Si uno permanece en ese estado uno a alcanzado la tranquilidad de la mente. Ese estado de tranquilidad es mantenido por medio de una continua atención y consciencia, sin permitirle estancarse en la pasividad. Intensificado por la fuerza de la consciencia, uno experimenta la consciencia pura sin diferenciación, desnuda, vívida. Esa consciencia pura puede ser considerada como un destello de claridad (insight) básico."
Mila resumió su comprensión: "Primero un estado mental vívido de tranquilidad a energía sostenedora junto con un intelecto analítico son requerimientos indispensables para alcanzar destellos perfectos. Son como los primeros pasos de una escalera. Segundo, todas las meditaciones, con o sin formas, deben comenzar de un profundo amor y compasión. Lo que sea que hagamos debe surgir de una actitud amorosa de beneficiar a otros. Tercero, a través de la perfecta visión, todo el análisis discriminativo se disuelve en un estado no conceptual. Finalmente, con una clara consciencia del vacío, sinceramente dedicamos el resultado para el beneficio de todos los seres. Yo he entendido que ese es el mejor camino de todos."
Marpa respondió: "Hijo mío, tenía grandes esperanzas, y mis esperanzas se han realizado." El lama se llenó de gozo. Para Mila era tiempo de ingresar de nuevo a su cueva y posarse en su solitario cojín una vez más.
Luego de un largo, largo período de tiempo invertido en profunda meditación, Mila fue visitado por un buda femenino cuyo cuerpo era azul como el cielo y que vestía los ornamentos de huesos de una yoguini. Ella dijo a Mila, "Hijo mío, ya tienes las enseñanzas del gran sello (Mahamudra), y las instrucciones en las seis doctrinas. Estas te orientan hacia la iluminación suprema a través de la meditación continua. Pero no tienes las enseñanza especiales que se refieren a la transferencia de la consciencia de los cuerpos muertos, que llevan a la budeidad en un momento de meditación. Pídelas, dijo ella y luego desapareció. El yogui, Mila, una vez mas cruzó las paredes de su cueva para consultar a Marpa. Este fue un signo para Marpa que le indicaba que debía partir inmediatamente a India a buscar a Naropa.
Cuando Marpa finalmente, después de muchos, muchos meses de búsqueda encontró a su maestro Naropa en Pullahari en el norte de India, le preguntó por las enseñanzas en cuestión. Naropa le preguntó cómo había sido llamada su atención por esa enseñanza. Marpa explicó la historia de su estudiante que fue visitado por la Dakini de la sabiduría. Naropa exclamó, "que maravilla", en las oscuras tierras del Tíbet ese discípulo es como el sol naciendo sobre la nieve." Entonces se postró tres veces hacia el Tíbet en honor al poder supremo de Mila en su meditación. Aún hoy en día los árboles y montañas cercanas a Pullahari se inclinan hacia el Tíbet.
Luego del regreso de Marpa al Tíbet con el subsecuente fallecimiento de su hijo y heredero, Tarma Dode, Lama Marpa reunió a sus principales cuatro discípulos, Y les pidió que recordaran sus sueños en una noche especial de modo de esclarecer una predicción acerca del futuro de su linaje. Aún cuando todos los sueños eran positivos, sólo el de Mila era profético.
Mila Vajra contó su sueño:
"Una montaña majestuosa se eleva hacia el norte con el sol y la luna sobre ella. La luz de esa montaña llena todo el espacio y su base cubre totalmente la tierra. Los ríos descienden desde el pico en las cuatro direcciones cardinales apagando la sed de los seres. Las aguas fluían hacia el mar y millares de flores chispeaban en todas partes. Alrededor de la montaña había cuatro grandes pilares surgiendo de las cuatro direcciones. Uno sostenía en el tope un león, otro un tigre, el tercero una garuda gigante y sobre el cuarto pilar se alzaba un cóndor con sus alas extendidas las cuales abrigaban un pichón. El nido de ese cóndor estaba colocado en un risco pedregoso. El cielo alrededor del pilar estaba lleno de aves pequeñas. Cada una de esas aves tenían la mirada fija en el espacio abierto."
La esposa principal del Lama preparó un festín ritual y lama Marpa se expresó de manera poética con un canto explicando el significado del sueño.
"Señor Buda de las tres épocas,
Maestro Naropa, me postro a tus pies.
Todos los discípulos de este lugar,
escuchen los increíbles presagios del futuro
Conocidos a través del sueño
Que yo, su viejo padre, voy a contarles.
La tierra del norte es el Tíbet
Donde las enseñanzas del Buda serán diseminadas
Esa montaña nevada
es el viejo traductor Marpa
y las enseñanzas Kagyu.
El tope de la nieve que tocaba el cielo
Es un destello inigualable
El sol y la luna girando alrededor del pico
son la meditación radiante de
sabiduría y compasión.
La luz llenando el espacio
Es la compasión disipando la oscuridad
de la ignorancia.
Su base cubriendo la tierra entera
es la acción penetrante de las enseñanzas
cuando se van revelando
Los cuatro ríos siguiendo las cuatro direcciones
Son los cuatro aspectos de la iniciación y la instrucción
Esos ríos apagando la sed de los seres
Es el desarrollo y la liberación de
los buscadores.
Todas esas agua fluyendo hacia el mar
Es la reunión de la consciencia madre
y la consciencia hija
Todas las variadas flores chispeantes
Son el gozo del fruto sin mancha."
Marpa explicó como las diferentes criaturas representaban sus cuatro estudiantes principales, Milarepa, Ngokton Chodor, Tshorton Oangne y Meton de Tsangrong. Sus poderosas cualidades propagarían sus enseñanzas y cada uno de ellos alcanzaría el estado último de liberación e iluminación.
El gran lama finalmente expresó el significado del sueño en lo referente a Mila, que en este momento se había convertido en Milarepa. Un "repa" es aquel que alcanza la maestría de la practica yogui del tummo o calor interior, que le permite a un yogui permanecer tibio aún en los glaciares más helados.
"El gran pilar levantándose al norte
es Milarepa de Gungthang,
El cóndor que se levantaba sobre el pilar
significa que Mila es como un cóndor,
sus alas abiertas
son la realización de las instrucciones secretas
su nido en la punta
significa que su vida será más dura que la roca.
El pichón nacido del cóndor
Significa que no tendrá rival
Las pequeñas aves llenando el espacio
significan la propagación de las enseñanzas Kagyu
Sus miradas vueltas hacia las alturas
es una despedida del mundo del nacimiento y la muerte
Su vuelo hacia la inmensidad del espacio
es la llegada hacia el mundo de la liberación
El sueño del norte no es maligno
Es favorable,
Oh discípulos establecidos en este lugar",
Marpa se levantó
"El trabajo del anciano ha terminado.
Para ustedes, discípulos, su hora ha llegado.
Si las palabras de este anciano son proféticas,
La perfecta enseñanza, transmitida,
Se propagará a lo largo y ancho en el futuro.
Marpa instruyó a sus estudiantes intensamente en todo aspecto de la meditación, específicamente instando a Milarepa a perfeccionar su practica de tummo para prepararse para una vida de meditación en las montañas cubiertas de nieve. Marpa dio a sus estudiantes su más preciosa posesión que mantenía las bendiciones de sus propios maestros. De esos tesoros le dio a Milarepa las prendas de Naropa y el sombrero de Maitripa. Lo eligió como su sucesor y sostenedor del linaje, Milarepa se mantuvo cerca de él por unos pocos años más para recibir las iniciaciones e instrucciones especiales antes de embarcarse a las montañas a practicar austeridades. Milarepa se estableció en una cueva cercana a meditar en aislamiento total y era alimentado y cuidado amorosamente por Marpa y su esposa de igual forma que un año sigue al siguiente. Un amanecer interior sin igual surgió en la mente de Milarepa en la medida que todos los conceptos del ego se disolvían en la sabiduría del espacio definitivo.

La vida de Marpa...


La vida de Marpa.

Por: Brooke Webb
Las enseñanzas del Buda fueron preservadas en India en una forma completa alrededor de unos mil quinientos siglos hasta la llegada de los invasores musulmanes a principios del siglo XI. Fue la mano de la espada islámica la que casi destruyó el Budismo en el subcontinente. Afortunadamente, todas las enseñanzas para alcanzar la iluminación fueron llevadas al Tíbet alrededor de los años 770 D.C. por los maestros Santaraksita y Gurú Rinpoche antes que ellas desaparecieran casi por completo de India, la tierra de su origen. Bajo la guía del gran rey de Tíbet, Trisong Deutsen "La Tierra de las Nieves", se convirtió en un pilar de la práctica budista para el año 792 D.C.
Sin embargo, este exitoso establecimiento del Budismo en Tíbet no duró. Luego de asumir el poder en 836 D.C., el Rey Langdarma virtualmente desapareció el budismo del país. El restablecimiento del Budismo en Tíbet ocurrió en gran medida gracias a Marpa, el gran traductor de Lhodrak. Este gran maestro establecería el gran ejemplo de combinar un estilo de vida budista laico libre y abierto con la poderosa visión del yogui.
Marpa nació en 1012 en el sur del Tíbet en una pudiente familia campesina. Durante su vida, Marpa realizó tres largos e inseguros viajes a India durando 12, 6 y 3 años respectivamente. En cada ocasión él trajo de regreso los profundos métodos tántricos y enseñanzas de Buda, espigados de una amplia batalla de adeptos masculinos y femeninas indios budistas. El más conocido entre estos fue el yogui Naropa, quien previamente había abdicado a su posición como un aclamado abad y maestro de intelecto de la famosa universidad de Nalanda en India. Naropa, tras la inspiración de un horrible anciano arrugado se marchó para hacerse estudiante de un desconocido y extravagante maestro, el feroz yogui: Tilopa.
Como un niño Marpa había sido agresivo e impaciente. Temiendo lo peor, sus padres lo enviaron lejos a la edad de doce años a estudiar el dharma, el equivalente de ser embarcado a un internado extranjero para asegurar la preservación de la paz en el hogar. Marpa llegó al valle occidental Nyugu en Tíbet para estudiar con un conocido traductor llamado Drogmi. Luego de tres años de intensos estudios budistas, Marpa había dominado numerosos dialectos indios, pero se dio cuenta que necesitaba una considerable instrucción adicional si sus aspiraciones espirituales esperaban dar algún fruto. Marpa buscó en la India por las enseñanzas que pudieran darle una experiencia directa mas allá de una filosofía meramente intelectual. Él pidió por esto y recibió una generosa herencia de su padre y la convirtió toda en oro.
Luego de una exhaustiva jornada a través de los altos pasos montañosos, planicies y ríos Himalayas Marpa llegó a Katmandú, Nepal, en el paraje de la Estupa Swayambhu. Aquí, Marpa y su compañero de viaje "Nyo" se pararon a descansar. Marpa se hizo amigo de Chiterpa y Paindapa, dos lamas locales nepaleses, estudiantes del gurú indio: Naropa. Tras oír sobre Naropa, profundos recuerdos brotaron en Marpa y su excitación se hizo tan intensa que el vello en su cuerpo se erizó. Chiterpa y Paindapa le pidieron quedarse en Katmandú mientras su cuerpo se adaptaba al calor sofocante de la baja latitud. Marpa fue iniciado en todas las prácticas de meditación que este par pudo compartir con él y lo exhortaron a que personalmente visitara a Naropa, al cual se referían como un "Segundo Buda".
Luego de tres años en Katmandú, Marpa partió a India para buscar él mismo a Naropa. Llevaba consigo una carta introductoria de sus amigos nepaleses. Nyo, desconociendo las prácticas ascéticas de Naropa, partió a otro lugar a buscar a los gurús más famosos de India. Naropa estaba lejos de Pullahari cuando Marpa llegó y se fue a quedar cerca con un estudiante de Naropa llamado Prajnasimha. Antes que su presencia fuese dada a conocer al gurú, un mensaje de Naropa llegó: "Hay un budista tibetano quedándose con ustedes, tráiganlo a Pullahari".
Ese fue un encuentro emocionante que aparentemente había sido aparentemente profetizado hacía tiempo por el propio gurú de Naropa: Tilopa. Naropa, feliz de recibir al futuro sostenedor de su linaje, le cantó a su hijo espiritual:
"De acuerdo con la profecía del Gurú [Tilopa]
mi hijo, el notable recipiente Marpa Lodro,
Desde la nevada tierra del norte,
Es bienvenido a asumir la regencia."
De Naropa, Marpa recibió la iniciación en el mandala de Hevajra, un aspecto de la meditación para alcanzar la iluminación. Este aspecto, encarnaba la unión gozosa entre un Buda masculino y uno femenino, transforma los apegos y el placer de los sentidos en una profunda realización en la bienaventuranza y la naturaleza sin forma de la mente. Marpa se quedó cerca de Naropa meditando en este aspecto Buda por un año. Signos excepcionales de desarrollo surgieron en su mente, acompañados de la aparición de profunda intuición y destellos internos. Marpa fue, entonces, enviado por Naropa a recibir mas enseñanzas tántricas del gurú Jnanagarbha y otros maestros calificados que habían alcanzado los siddhis (poderes iluminados) de la realización.
Naropa envió a Marpa al sur de la India a buscar al famoso Mahasiddha, Kukkuripa. Luego de dos arduas semanas de viaje durante el cual estuvo constantemente seguido por dos aves, Marpa finalmente llegó a una isla en el centro de un lago volcánico venenoso. El acercamiento final a esta desolada isla, hogar del evasivo gurú, fue un nado a muerte. Tras llegar al salubre lugar, el cielo diurno se volvió denso con nubes negras, tanto alumbraban los rayos e inundaba de lluvia, como nieve caía del cielo. El sonido de los constantes truenos asustó tanto a Marpa que comenzó a preguntarse si él todavía estaría vivo o en algún estado después de la muerte.
Después de una búsqueda considerable, Marpa, eventualmente, encontró al extraño y excéntrico gurú, cubierto completamente con las plumas de un ave. Las primeras palabras de la boca de Kukkuripa fueron: "aún una ruta tan difícil como esta no los mantiene lejos de aquí a ustedes tibetanos nariz chata ". Marpa le explicó a su bizarro anfitrión que él había sido enviado por Naropa para recibir instrucciones especiales de meditación. Kukkuripa comenzó por soltar una gran invectiva contra Naropa, diciendo: "Este tan llamado Naropa no tiene un amplio aprendizaje. Un Mahapandita sin experiencia de meditación es risible". Finalmente, tal como los conceptos de Marpa empezaban a deshacerse, Kukkuripa finalizó sus juego y felizmente le dio a Marpa las profundas enseñanzas que buscaba. Esto reveló que las dos aves habían sido enviadas como protectores para asegurarle a Marpa un viaje seguro.
Mientras viajaba en la India del sur, Marpa repetidamente hizo fuertes deseos a Maitripa, un sostenedor del linaje de Nagarjuna y el gran Brahman Saraha, cuya posterior encarnación sería conocida como el Karmapa. En un sueño, una bella mujer se le apareció a Marpa como una mensajera de Maitripa, dándole fuertes bendiciones al colocarle una vasija en el tope de su cabeza. Él despertó sintiéndose gozosamente feliz. En su retorno a Pullahari en el norte para revisar a Naropa, Marpa fue alentado para buscar a Maitripa en persona. Este gurú también vivía en un lugar inconveniente. Muchos de sus amigos disuadieron a Marpa de proseguir la difícil y peligrosa búsqueda de Maitripa. Su respuesta hacia ellos fue: "Yo no estoy buscando riqueza en esta vida, sea que muera o no, yo debo buscar el Dharma".
Eventualmente Marpa encontró a Maitripa sentado bajo un árbol en un monasterio en una alta montaña llamada "Montaña de las Llamaradas de Fuego". Maitripa jugó el papel de un padre espiritual en el desarrollo de Marpa, casi tan significante como aquel de Naropa. De Maitripa, Marpa recibió el nombre secreto Vajracitta junto con la transmisión oral del Mahamudra, enseñanzas de la más alta realización. Al mismo tiempo Maitripa introdujo a Marpa en los dohas, o canciones poéticas espontáneas para las cuales Marpa y su futuro estudiante Milarepa se harían tan famosos. Naropa continuó enviando a Marpa a viajes largospara recibir enseñanzas de los diferentes yoguis masculinos y femeninos, cada uno de los cuales se sobrepasaba cualidades iluminadas y quienes podían transmitir las instrucciones especiales del despertar.
Luego de sus extensos viajes, Marpa se estableció para practicar meditación intensiva. Experiencias y realizaciones especiales del insuperable mantra secreto comenzaron a surgir en su mente. En un momento mientras él meditaba, una gran felicidad surgió por siete días, tan intensa que no podía mover su cuerpo, hablar o ni siquiera tener un pensamiento conceptual. Durante los años dedicados a la práctica de meditación profunda, muchos signos increíbles surgieron tal como el gozo del tummo, el yoga del calor interno.
Luego de doce años en India, el oro de Marpa finalmente se había agotado y decidió regresar a Tíbet. Un gran festín fue arreglado y Marpa se despidió de su amado gurú y amigos. Colocando su mano en la cabeza de Marpa, Naropa le cantó algunas instrucciones de partida:
"Tú, Marpa el traductor del Tíbet!
No hagas los ocho Dharmas mundanos la meta de tu vida,
No crees la predisposición en ti mismo o en los demás de codicia y fijación,
No difames a amigos o enemigos,
No distorsiones los caminos de otros,
El aprendizaje y la contemplación son las antorchas que iluminan la oscuridad,
No seas insidioso en el camino supremo de la liberación,
Previamente, hemos sido gurú y discípulo,
Mantén esto contigo en el futuro, no lo abandones.
Esta joya preciosa de tu mente,
No la lances al río como un idiota.
Vigilala cuidadosamente con indestructible atención
Y realizarás todas las necesidades, deseos e intenciones."
En su regreso a casa, Marpa encontró a su viejo compañero de viaje, Nyo. En India, Marpa se había topado con Nyo varias veces para comparar enseñanzas y resultados. Ahora ambos decidieron volver a Tíbet juntos. Mientras cruzaban el Ganges, Nyo había lanzado todos los textos de Marpa al río, tal era el celo que Nyo había desarrollado por el éxito espiritual de Marpa. Con algo de fuerte advertencia de salud mental, Marpa se separó de la compañía de su ambicioso conocido. Él contempló regresar a India por los textos, pero se percató que su esencia y significado estaban sólidamente guardados en su mente.
Parando en Kathmandu, Marpa visitó de nuevo a sus amigos lamas nepaleses, compartiendo con ellos las historias y enseñanzas de su aventura en India. En la frontera tibetana Marpa fue detenido por oficiales aduanales durante varios días. Aquí él tuvo un sueño vívido en el cual era guiado por dos adorables mujeres jóvenes vistiendo los hilos brahmánicos para recibir las enseñanzas de Saraha, el gran Brahmin Mahasiddha, del linaje de Nagarjuna. El brillo majestuoso de Saraha fue algo que Marpa nunca antes había visto. Estas fueron las instrucciones de Saraha para Marpa:
"Namo, Compasión y vacuidad son inseparable
Esta mente de flujo ininterrumpido innato
Es tal como es (suchness), primordialmente pura.
El espacio es visto en intercambio con el espacio
Porque la raíz reside en casa,
La mente conscientemente está aprisionada.
Meditando en esto, los pensamientos subsiguientes
no son remendados juntos en la mente.
Sabiendo que el mundo de los fenómenos
es la naturaleza de la mente,
la meditación no requiere de antídotos adicionales.
La naturaleza de la mente no puede ser pensada.
Descansa en este estado natural.
Cuando veas esta verdad,
serás liberado.
Tal como un niño lo haría, observa el comportamiento de los bárbaros.
Sé libre de cuidado, come carne, se un demente.
"Tal como un león sin temor,
deja a tu mente elefante vagar libremente
Mira a las abejas volar sobre las flores.
Sin ver al samsara como erróneo,
No hay cosa tal como obtener el nirvana.
Este es el camino de la mente común.
Descansa en la frescura natural.
No pienses en actividades.
No te apegues a un lado o una dirección
Examina en el medio del espacio de la simplicidad."
Hacia su regreso al Tíbet, las realizaciones de Marpa comenzaron a ser aclamadas. La fuerza de su bendición y su poder de curar rápidamente se hicieron bien conocidos, y estudiantes notables aparecieron desde lo ancho y lejos. Marpa viajó dando enseñanzas y rehaciendo sus reservas de oro para su viaje de regreso a ver a Naropa. De regreso a casa en Lhotrak, Marpa acumuló muchos estudiantes y tomó una esposa llamada Dagmema, así como también a varias otras consortes con cualidades finas. Su primer hijo, Tarma Tode, y otros nacieron para él. Incluso el propio hermano mayor de Marpa se hizo su estudiante. Marpa comenzó a establecer en Tíbet lo que luego sería conocido como el linaje Kagyu del Budismo Tibetano.
Marpa regresó a India por segunda vez, al mandato de Naropa. De nuevo visitó a todos sus maestros, esta vez recibiendo de cada uno amplios comentarios y clarificaciones sobre los profundos métodos que él originalmente había estado dando. Él tradujo cada uno de estos al Tibetano. Marpa fue también asignado por Naropa con instrucciones adicionales de las enseñanzas del linaje del rey Indrabhuti y Saraha.
Un día un monje indio llamado Akarasiddhi vino a visitar a Naropa por instrucción, luego partió para Tíbet donde planeaba dar enseñanzas en varios métodos tántricos. Esto evocó una puntada de celos en Marpa. Hacia su llegada en Tíbet, Akarasiddhi se dio cuenta a través de la intuición, que él tenía vínculos con un solo estudiante y rápidamente abandonó sus planes de enseñar en ese país. De regreso en Pullahari, Akarasiddhi bromeó que no había hecho lo que Marpa temía y que enseñó a solo una persona en Tíbet, y dijo: "En el futuro tú serás la gloria de las enseñanzas y de los seres sintientes". Marpa se dio cuenta que tenía que guardar sus pensamientos inseguros más cuidadosamente.
Luego de seis años mas de estudio intensivo, Marpa había encontrado las respuestas y aclaratorias a las extensas prácticas de meditación que había aprendido. De nuevo se despidió de Naropa. Ofreciéndole a Marpa regresar otra vez por enseñanzas especiales, Naropa dijo adiós.
De regreso en Tíbet, los estudiantes de Marpa le dieron la bienvenida a casa a su lama con gran gozo, y muchas celebraciones y empoderamientos fueron dadas. En ese momento llegó Milarepa, quien llegaría a ser el discípulo más famoso de Marpa. Milarepa, al mando de su madre, y para buscar venganza en contra de miembros de su familia quienes había robado su propiedad se había convertido en un consumado mago negro. Usando su poder había matado a 34 miembros de la familia de sus tíos y tías. La habilidad de Marpa como maestro fue completamente colocada al frente mientras él llevaba tortuosamente a su discípulo, Milarepa, al borde del suicidio.
Marpa llevó a cabo esto asignándole a Milarepa la tarea de construir y reconstruir una enorme torre de piedras. En cada paso Marpa fingía extremada rabia y crítica hacia su devoto estudiante, regañándolo y humillándolo, una y otra vez, por un período de años. Llevándolo repetidamente a la desesperación, el karma de Milarepa fue alcarado y Marpa lo entrenó como un yogui destacado. Haciéndose un asceta, comiendo rara vez y meditando en montañas solitarias, Milarepa, con el tiempo, fue conocido como el mas grande Yogui de Tibet y sus poderes mágicos se hicieron material de leyendas.
Muchos años después, Milarepa, mientras practicaba meditación solitaria en una cueva de ladrillos, recibió un sueño de una bella daikini o Buda femenino. Le dijo que ahora él poseía los métodos para alcanzar la budeidad a través de un esfuerzo considerable. Ella lo exhortó también a obtener los métodos que requieren poco esfuerzo; las enseñanzas especiales de la transferencia y de la consciencia. Jetsun Milarepa, desafiando las instrucciones de su lama, rompió su confinamiento para conferenciar con Marpa. Ellos se dieron cuenta que esta enseñanza era una que Naropa aún debía transmitir. Siguiendo esta revelación, Marpa inmediatamente puso en marcha los planes para regresar hacia el precioso Naropa. Hasta ahora bien pese a los años, él estaba determinado a alcanzar India rápidamente. Su familia y estudiantes, tratando de preservar su salud y su vida, ocultando su oro y sus provisiones. Reiteradamente le rogaron que no fuera, pero él los apartó toda persuasión de cualquiera. En el camino de vuelta a India, Marpa conoció a Atisha, quien habría fundado la escuela Kadampa del Budismo Tibetano. Atisha informó a Marpa que Naropa se había ido a vagar en solitario, y que había abandonado toda meditación formal. Su paradero no era conocido por nadie.
Marpa ahora viajó a lo largo y ancho para encontrarse con sus gurús, todos quienes predecían por sueños que el encontraría de nuevo a Naropa. Kasoripa, uno de los guías de Marpa, recibió la profecía:
"En el inmutable Pullahari
El Mándala puro de la luna
Naropa te mostrará
El espejo dharmakaya de tu mente"
Marpa ahora comenzó su búsqueda seria, tanto solo como con amigos. Alrededor de los siguientes ocho meses Marpa pensaba continuamente en Naropa y tenía contacto con él a través de visiones. Durante los ocho meses Marpa se vió a si mismo persiguiendo a Naropa, pero siempre incapaz de atraparlo. Él escuchó las instrucciones orales:
"Si el caballo de la no-acción, dharmata y luminoso
no galopa libremente yendo y viniendo,
como un ciervo persiguiendo un espejismo
No estas vagando en el terreno de la futilidad?"
Marpa, viejo, cansado y frustrado, ahora también se tornó deprimido. Finalmente encontró a un vaquero quien le mostró una huella de Naropa en una roca de cristal. Marpa realizó repetidos fuertes deseos a Naropa y un día vio una bola de luz de arco iris emanando de las ramas de un árbol de sándalo, la cual fue la imagen vívida del dios tantrico Hevajra. Esta imagen de luz se fundió en el corazón de Marpa. Naropa mismo apareció seguidamente y Marpa se llenó de intenso gozo. Marpa le dio a Naropa su entero abastecimiento de oro, el cual fue rápidamente arrojado al bosque. Viendo el desaliento de Marpa, Naropa abrió sus manos y el oro reapareció, "si sientes una perdida, aquí esta otra vez", dijo Naropa. Luego golpeó su pié en la tierra y esta también se convirtió en oro.
Naropa le dio la profecía de Tilopa referente a la actividad de Marpa para el beneficio a los seres:
"Con el sol de la sabiduría autoliberadora,
En el monasterio de Pullahari
Disipa la oscuridad de la ignorancia de Mati\'s (Marpa)
Permite a la luz de la sabiduría prevalecer en todas partes"
De regreso a Pullahari, parte de la forma de Tilopa apareció en las nubes. En ese momento Marpa solicitó la enseñanza secreta sobre el lanzamiento y transferencia de la consciencia que había pedido Milarepa. Al escuchar la petición, Naropa se postró tres veces hacia Tíbet para honrar a Milarepa. Se dice que aún hoy en día los árboles alrededor de Pullahari se inclinan hacia el Tíbet en continuo homenaje al poder de Milarepa. Naropa le dio a Marpa la transmisión del linaje de la daikini Chakrasamvara y las enseñanzas del lanzamiento y transferencia de la consciencia, las cuales llevan rápidamente a la iluminación. Esa transmisión fue restringida a un solo sostenedor del linaje.
De manera de hacer una predicción para el futuro del linaje de Marpa, Naropa lo levantó temprano una mañana para mostrarle su aspecto de meditación: Hevajra, manifestándose vívidamente en el cielo. Marpa se levantó y se postró hacia la brillante apariencia del yidam, en vez de a Naropa mismo. Naropa amonestó a Marpa, "ese mándala es mi emanación", dijo, mientras el yidam se disolvió en el corazón de Naropa. Continuó:
"Antes que cualquier gurú existiera,
aún el nombre del Buda no se escuchaba.
Todos los budas de miles de kalpas
Solo se manifiestan debido al gurú."
Naropa predijo que si bien el linaje de Marpa no duraría en su propia familia, su línea de Dharma continuaría tanto como las enseñanzas del Buda, cada generación siendo mejor que la anterior. Siguiendo a este incidente, Marpa se puso enfermo, casi hasta el punto de morir, y fue asaltado por repetidas pesadillas. Luego de su recuperación física Marpa cayó en una fuerte depresión mental, durante varios meses. Su melancolía finalmente se levantó cuando Naropa le cantó algunas de las profundas instrucciones orales del Buddha. Naropa le prometió a Marpa éxito supremo para su linaje espiritual, y le ordenó regresar a Tíbet para establecer completamente ahí las enseñanzas sobre la naturaleza de la mente. Naropa le aseguró a Marpa que se reunirían de nuevo, y que luego de la muerte ellos se harían inseparables. Marpa derramó muchas lágrimas antes de dejar a su maestro y amigos. Él dejó una huella en una piedra en Pullahari, la cual aún está allí hoy en día. Una vez más Marpa visitó a todos sus maestros antes que finalmente partirera en su largo viaje a casa.
En Nepal, Marpa asistió al funeral de su viejo amigo Chiterpa. Le fue solicitado dar enseñanzas en una reunión de viejos amigos, les dio en canción las instrucciones básicas de su gurú, Maitripa:
"El aferramiento externo, la apariencia de los objetos sentidos,
continuamente fluyen como gran gozo.
Realicen esto como el dharmakaya no nacido.
Fijación interna, la consciencia de la mente es discursiva,
La cual no puede ser tomada como real.
Por lo tanto, véanlo como el entendimiento desnudo sin base.
"Generalmente todos los dharmas de existencia aparente
son primordialmente no existentes y no nacidos.
Realícenlos como la esencia de la simplicidad.
"No deseen abandonar el sámsara
y no hay nirvana que alcanzar
sámsara y nirvana son los estados innatos autoliberados
Realicen esta unidad como gran gozo.
Aún si vacían la mente de los budas de los tres tiempos,
No hay nada más definitivo que esto."
Con intensa nostalgia por sus temerarios gurús, Marpa decidió volver a India en vez de Tíbet. Una dakini aparecida en un sueño le aseguro que sus futuros estudiantes lo esperaban ahora en Tíbet. Antes de movilizarse, Marpa recibió en un sueño, otras enseñanzas de Maitripa sobre la visión definitiva, el Mahamudra. Estas él las aprendió de memoria:
"En general todos los dharmas son la mente.
El gurú surge de la propia mente
No hay nada más que la mente,
todo lo que aparece es la naturaleza de la mente,
La cual es primordialmente no existente.
El estado natural, no nacido e innato,
no puede ser abandonado por el esfuerzo del pensamiento.
Así que descansa en la facilidad, naturalmente, sin restricción."
Los estudiantes tibetanos de Marpa estaban extasiados de tener a su adorado lama de regreso a salvo. A algunos discípulos Marpa les dio regalos de objetos empoderados por Naropa. Le contó a sus amigos cercanos la historia de su exitosa búsqueda por Naropa y dio muchas enseñanzas nuevas.
Una vez de vuelta a casa en Lhotrak, Marpa comenzó también a dar demostraciones de la transferencia de la consciencia. Proyectando su mente desde su cuerpo, Marpa reanimó los cadáveres de varios animales. Inicialmente practicó la transferencia en cuerpos de una paloma, una oveja, un ciervo y un yak. Durante las demostraciones el propio cuerpo de Marpa literalmente se volvió hacia la agonía de la muerte completa, y muchos de sus estudiantes pusieron muy asustados. Miembros familiares escépticos y previamente juzgadores de Marpa se hicieron fuertes devotos del Lama luego de esas dramáticas exhibiciones.
Marpa transmitió las enseñanzas de la transferencia a su hijo mayor Tarma Dode, cómo el solo y único sostenedor del linaje. Desafortunadamente, esa transmisión no perduró demasiado. La familia de Marpa, siguiendo las instrucciones de Naropa, ingresaron todos a un retiro estricto por 3 años. Sin embargo, luego del primer año de su retiro, una gran feria fue celebrada en Lhotrak. Marpa o su hijo, Tarma Dode fueron públicamente solicitados para asistir como invitados de honor. En contra de los deseos de su familia, Tarma Dode, para el momento un aclamado alto lama en su propio derecho, dejó la casa para asistir a la celebración. Su madre, Dagmema, le rogó que no fuera y especialmente le pidió que bajo ninguna circunstancia diera enseñanzas del Dharma, discursos, bebiera cerveza o montara a caballo, entre otras cosas.
Una vez en la feria, Tarma Dode terminó rompiendo cada promesa. Como honor a su estación, le fue dado un magnífico caballo blanco. Mientras cabalgaba la poderosa bestia a casa desde la feria fue lanzado de su silla de montar, su pie quedó atrapado en el estribo y golpeó su cabeza en una roca. Con su cerebro saliendo del cráneo partido, Tarma Dode fue llevado por Milarepa y compañeros de regreso al sus padres rotos de corazón. Desde que su hijo estaba muriendo, Marpa exhortó a Tarma Dode a practicar por primera vez el Phowa y lanzar su mente al centro del corazón de su padre. No deseando hacer esto, el hijo, cavilando dentro y fuera de la consciencia, pidió a su padre que le consiguiera el cuerpo de algún hombre joven muerto recientemente.
Los estudiantes de Marpa se movilizaron y el cuerpo de una anciana con bocio fue llevado a la casa, lo mejor que ellos pudieron conseguir. Tarma Dode rehusó tener algo que ver con este cuerpo. Eventualmente, fue persuadido de lanzar su mente hacia el cuerpo de una paloma, que recien había muerto de agotamiento tras ser perseguida por un águila. Luego de cierto tiempo, ofreciendo cuidadosas instrucciones, envió a la paloma, su hijo, fuera de India en el lugar donde el funeral de un joven muchacho se estaba por realizar. Ahí, en India, la familia del joven fallecido quedó sorprendida al atestiguar el retorno a la vida a su hijo. Este chicho luego se hizo conocer como el gran gurú Indio "Tipupa" quien, eventualmente, dio profundas enseñanzas orales a Rechungpa, el hijo de corazón de Milarepa.
Marpa continuó enseñando el Dharma budista a través de Tíbet. Para entonces, muchos de sus estudiantes se habían convertido en lamas reconocidos por si mismos, con sus propios estudiantes. Marpa a los 80 años de edad y acercándose al final de su vida, había alcanzado completos los siddhis o poderes. Él mostraba incontables milagros, apareciendo en formas de luz, multiplicando su cuerpo y al final no necesitaba de puertas para entrar o salir de la casa. Se dice que su esposa principal Dagmema se disolvió a sí misma en luz y entró en el corazón de Marpa y de esa manera dejó el mundo. Interpretando los sueños auspiciosos de su estudiante cercano, Marpa escogió a Milarepa como su sucesor del linaje. Con profundas instrucciones, Milarepa fue enviado a las soledades de la montaña para meditar. Marpa cantó una canción de despedida a Milarepa mostrando el orgullo de sus realizaciones. Esta fue como sigue:
"Porque no podría mi linaje ser afamado
Si poseemos el ojo del dharma de la dakini.
Por que no podrían ser los ancestros afamados,
Si Tilopa no es otro más que el Buddha.
Porque no podría ser afamado mi maestro
Si Naropa es una antorcha del dharma
porque no podría ser yo afamado,
si soy el hijo de corazón de Naropa
Porque no podrían las enseñanzas orales ser afamadas
Si esas joyas que cumplen los deseos del linaje escuchado
Es el dharma especial que nadie mas posee."
Cuando vino el momento de abandonar su cuerpo, Marpa explicó a sus amigos que el señor Naropa vendría a escoltarlo. Lama Marpa entró en profunda meditación y finalmente falleció en medio de una lluvia de flores cayendo del cielo y los sonidos de música etérea. Su cuerpo fue tomado eventualmente por su estudiante lama Ngokpa y colocado en una estupa en la región tibetana de Shung.
En esta forma Marpa, considerado una reencarnación del Mahassidha Indio, Dombi Heruka, vivió como un budista laico y hombre de familia libre. Él puso de manifiesto el Dharma del gran linaje Kagyu, el cual hoy en día florece a lo largo de la mayoría del mundo.

La vida de Naropa. Parte II. Momentos de Naropa junto a Tilopa...


La vida de Naropa.

Parte II. Momentos de Naropa junto a TilopaPor: Khenpo Chodrak
En la primera parte se narró como Naropa soportó las doce penalidades menores para encontrar a Tilopa. Aquí, Khenpo Chodrak continúa la explicación de las doce penalidades mayores que Naropa tuvo que aguantar antes de alcanzar la completa iluminación.
Tilopa le dio a Naropa la transmisión completa de los cuatro linajes y Naropa comenzó a practicar las enseñanzas. Las siguientes doce penalidades que tuvo que soportar sucedieron en el tiempo en que estuvo junto a Tilopa, quien estuvo guiándolo y ayudándolo a dominar todos los obstáculos que iría encontrando mientras practicaba.
Como fue explicado en la primera parte del artículo, a través de estás 24 penalidades, Naropa fue conducido a través del camino de la conexión. En relación con la práctica Vajrayana, esto corresponde a recibir los cuatro empoderamientos: el empoderamiento del cuerpo como vasija, el empoderamiento del habla secreta, el empoderamiento de la sabiduría consciente y el empoderamiento de la palabra. Cada empoderamiento fue dado a Naropa a través de diferentes signos y símbolos, indicando su respectivo significado.
El primer empoderamiento otorgado a través de once diferentes signos.
Finalmente, habiendo conocido a Tilopa, Naropa ofreció un mandala y le pidió que le diera el empoderamiento. Desde ese entonces cada vez que Naropa ofrecía un mandala, Tilopa le mostraba un signo. En total le mostró once diferentes signos los cuales significaban que le había transmitido el empoderamiento del cuerpo como vasija.
La primera vez que Naropa ofreció un mandala, Tilopa le pidió que tomara un metro de tela de algodón y que derramara un poco de aceite de sésamo sobre la misma. Cada uno sostuvo una de las puntas y pusieron la tela sobre el fuego. Tilopa le preguntó a Naropa que entendió. Naropa respondió que había entendido que el fuego es como las instrucciones del lama y el algodón como los conceptos de la mente; la quema del algodón muestra que los conceptos deben ser abandonados; las cenizas de la tela del algodón, las cuales son todavía parte del algodón mismo, muestran que las cosas aparecen pero que al mismo tiempo no existen. Igualmente, en términos del proceso de generación de la meditación en un Yidam, uno debería entender la unión de la apariencia y el vacío del Yidam.
Tilopa sostuvo un cristal en sus manos y se lo mostró a Naropa y le preguntó que entendió. Naropa explicó que la mente del discípulo debe ser completamente pura, que no debería ser roto el compromiso en la relación entre discípulo y maestro. El discípulo debería también estar libre de cualquier clase de malicia.
Entonces, Tilopa sostuvo una cuerda llena de nudos y le pidió a Naropa que los desatara. Así lo hizo y se la regresó. Tilopa la tiro a un lado y le preguntó a Naropa qué había entendido. Naropa respondió: "Todos los seres están atados por los ocho dharmas malignos y nosotros necesitamos desatarlos." (Los ocho dharmas malignos son: elogio/critica; fama/desgracia; ganancia/pérdida; felicidad/miseria) "Una vez hayamos hecho esto, nosotros debemos mantenernos natural y descansar la mente en sí misma, sin ser artificial. Tenemos que abandonar todas nuestras expectativas, esperanzas y miedos."
"Siempre esperamos ser elogiados y tenemos miedo de ser criticados."
"Estamos buscando la fama y tenemos miedo de la desgracia."
"Queremos ganar algo y tenemos miedo de perderlo."
"Estamos esforzándonos por la felicidad y tenemos miedo de la miseria."
Tilopa tomo una joya preciosa y se la puso en su cabeza, luego la puso enfrente de él y enfoco su mente sobre la joya por un largo tiempo sin moverse. Después, le preguntó a Naropa que entendió. Naropa dijo que entendió que eso significaba que el lama es como una joya que cumple todos los deseos, porque a través de él es posible desarrollar todos los siddhis ordinarios y extraordinarios y cualquier otro logro. Poner la joya en su cabeza significaba que uno nunca debería estar separado del lama; uno debería pensar siempre que él está allí. Observar la joya por un largo tiempo sin moverse significaba que nuestra devoción y fe en el lama debería ser incambiable y que esto es necesario hasta que uno alcanza la completa iluminación.
Naropa ofreció otro mandala y suplicó por el empoderamiento. Tilopa llenó una tasa de arcilla con agua y dándosela a Naropa le pidió que tomara su contenido. Tilopa nuevamente preguntó que había entendido. Naropa dijo que eso significaba que la mente del estudiante está influenciada por todos los sentimientos perturbadores y por lo tanto las instrucciones del lama son para calmar la mente perturbada; la mente necesita ser lavada usando las instrucciones.
Cuando Naropa pidió el empoderamiento del cuerpo como vasija, Tilopa tomo agua de un recipiente y la puso en muchos recipientes más pequeños. Luego, colocó el agua nuevamente en el recipiente grande y preguntó a Naropa que entendió. Naropa contestó que para el ojo ordinario hay variedad de apariencias, pero que la esencia vacía de cualquier apariencia es la misma, sólo hay una esencia.
En otro instante Tilopa le mostró el mudra (gesto con la mano) del triángulo, el cual representa la fuente de todos los dharmas y entonces preguntó a Naropa que entendió. Naropa dijo que entendió que esto significaba que todo fenómeno, interno y externo, no implica características definidas; la segunda cualidad es que la naturaleza del fenómeno es vacía; y tercero, que no debería haber esperanza, miedo o aspiraciones.
Entonces Tilopa mostró el mudra del anillo y preguntó a Naropa qué entendió. Naropa dijo que esto significaba que todo está incluido en el Dharmakaya y que nada es diferente de este verdadero cuerpo.
Tilopa apuntó con sus dedos su corazón y entonces dejo caer su cabeza. Le preguntó a Naropa que entendió. Naropa dijo que entendió que esto significaba que la cualidad del Dharmakaya no es diferente de la naturaleza de nuestra propia mente.
Entonces Tilopa trajo una serpiente hizo un nudo con su cuerpo y la puso sobre la tierra. La serpiente desató el nudo por sí misma. Tilopa preguntó a Naropa qué entendió. Naropa respondió que esto significaba que aunque nuestra mente es el Dharmakaya, el verdadero cuerpo, está atado por la ilusión de que la mente que percibe y el objeto percibido son diferentes. Con la mente desatándose a sí misma, es posible ser liberado de los conceptos impuros. De hecho, este es el único camino de hacerlo, no puede ser hecho desde afuera, debe ser hecho por la mente misma.
Tilopa pretendió que no era capaz de hablar. Naropa interpretó que esto significaba que una vez que la mente se desata a sí misma de esos nudos de la visión dualista, muchas experiencias vienen, sin embargo, estas experiencias y realizaciones son algo que no se puede expresar con palabras.
Después de haber mostrado estos once signos, Tilopa tomó una rama con frutas, la sostuvo arriba y se la mostró a Naropa preguntándole que había entendido. Naropa dijo que esto significaba que cuando se experimenta el fruto de la meditación, no se debería mantener para sí mismo. Este fruto es algo que debería ser posible para todos los seres, debería ser compartido con los otros así como los frutos de un árbol pueden ser comidos por todos.
Todos estos diferentes signos y símbolos fueron dados en un período de muchos años. Cada vez que Naropa pedía el empoderamiento, Tilopa daba alguna clase de signo y para cada uno de los once signos que le mostraron a Naropa, Tilopa nunca confirmó o rechazó la respuesta. Nunca dijo a Naropa si había entendido de la manera correcta o no, tan solo dejo que fuera de la manera que fue. Más tarde, cuando Tilopa estaba sentado, comenzó a sonreír y reír, entonces le dijo a Naropa: "¿Sabes? esto es exactamente como la profecía de las dakinis, entendiste todo de la manera correcta. Hacia cualquier cosa que te mostré, tuviste el correcto entendimiento." Entonces le dijo: "deberías entender que todas las apariencias no son diferentes de tu propia mente. Aún, cuando cualquier yidam o aspecto del Buda en que medites aparece, la esencia de ese yidam o aspecto del Buda no es diferente de tu propia mente." De esta forma, Tilopa le dio a Naropa el primero de los empoderamientos, el cual es el empoderamiento del cuerpo como vasija. El significado de este empoderamiento es entender que las apariencias y el vacío son inseparables. El segundo y el tercer empoderamiento, la palabra secreta y la sabiduría consciente, fueron dados cada uno también a través de once signos diferentes.
Tilopa le dio a Naropa el segundo empoderamiento, el empoderamiento de la palabra secreta, el cual se refiere a que el sonido y el vacío son inseparables. Él le explicó a Naropa que todos los sonidos y todos los mantras son en esencia vacíos. Le dio el permiso de practicar los métodos que trabajan con las energías en los canales internos y le dijo que hiciera esa práctica.
Luego, le dio el tercer empoderamiento, el empoderamiento de la sabiduría consciente, lo introdujo en el significado de la más alta sabiduría original, que significa el entendimiento que la claridad y el vacío son inseparables.
Estos 22 signos son explicados en detalle en la extensa versión de la biografía de Naropa.
El cuarto empoderamiento otorgado por el significado de doce penalidades mayores
Naropa meditó en el significado de los empoderamientos y después de un año vino a Tilopa de nuevo y le dijo: "Ahora he logrado el significado de los tres empoderamientos, los cuales son llamados los empoderamientos que maduran la mente inmadura o imperfecta."
Naropa entonces pidió el cuarto empoderamiento que libera la mente, la introducción al Mahamudra. Tilopa miró a Naropa de una manera especial y se fue, Naropa lo siguió. Fueron a un templo que tenía muchas historias y Tilopa subía por el templo seguido a la derecha por Naropa. Al llegar al tope, Tilopa sólo se sentó a descansar recostado de una pared y dijo: "Bueno, si yo tuviera un estudiante realmente devoto, él saltaría desde aquí." Inmediatamente, Naropa saltó. Cuando aterrizó, todos sus huesos se habían roto y estaba tendido en dolor, realmente sufriendo. Entonces pensó, "No alcanzaré la iluminación en esta vida." y empezó a hacer oraciones para poder conocer a Tilopa en la siguiente vida. Mientras estaba orando, Tilopa apareció a su lado y preguntó: "¿Qué te pasa?" Naropa contesto: "Salté, porque mi lama me dijo que lo hiciera y ahora estoy tendido aquí con mucho dolor y con todos mis huesos rotos. Es terrible, siento como si estuviera medio muerto."
Tilopa entonces le dijo: "Tu cuerpo es, de hecho, el resultado de tus acciones y tus emociones perturbadoras. Esto es lo que crea tu cuerpo físico. De cierta manera, no es muy importante si lo tienes o no, sin embargo conozco algunos métodos que aprendí de las dakinis." Tilopa pasó su mano sobre la piel de Naropa y lo curó completamente y después de eso le dio todas las enseñanzas del Tantra Demchog. Luego, Tilopa le dijo a Naropa: "Lo que deberías meditar ahora es el liberarte del aferramiento de la mente." Naropa contestó: "Yo sé que lo que necesito es liberarme de este aferramiento, pero estoy atado por mi ignorancia. Siempre caigo en la creencia de que las cosas existen o no existen. Realmente no puedo ir más allá de eso. ¿Qué debería hacer? Conozco la meta pero no el camino." Tilopa dijo: " Tienes que entender que la idea de que las cosas existen es falsa, y que la idea de que las cosas no existen también es falsa. Cualquier cosa que aparece es ilusoria. En lo que deberías enfocar tu mente es en el entendimiento de esta ilusión y este entendimiento es la continuidad de tu mente." Naropa meditó en esto por una año y durante ese tiempo Tilopa se comportaba algunas veces como un niño y otras como una persona loca, haciendo toda clase de cosas misteriosas durante ese año. Nunca había certeza de lo que haría. Tilopa mostró este comportamiento para enfatizar que todo es ilusión e irreal, cualquier cosa que pasa, si uno esta sano o insano.
Después de un año, Tilopa vino a donde Naropa y dijo: "¿Por qué no me pides más instrucciones?" Inmediatamente, Naropa empezó a ofrecer un mandala y pidió instrucciones. Nuevamente, Tilopa se alejó y Naropa lo siguió. Llegaron a un gran campo abierto y solo, en medio de este campo había un gran incendio. Tilopa fue hacia el fuego y dijo: "Si tuviera un estudiante que fuera realmente devoto, saltaría dentro del fuego." Naropa de inmediato se lanzó dentro del fuego y fue quemado, lo cual le causó un sufrimiento terrible.
Tilopa vino hacia él y le preguntó: "¿Qué te sucede ahora?" Naropa contestó: "Bueno, mi cuerpo ha sido quemado y mi mente está sufriendo." Tilopa replicó, "Bueno, quemar el aferramiento al ego es muy bueno y yo tengo la práctica y las instrucciones sobre la ecuanimidad de los elementos." Entonces tocó la piel de Naropa, lo curó completamente y el fuego desapareció. Después de esto, Tilopa instruyó a Naropa de manera que realizara que todo tiene un solo sabor, que no hay diferencia respecto al placer o la miseria, a la salud o a la enfermedad. Tilopa enseño seis clases de ecuanimidades, en el sentido, de que la esencia de todo fenómeno es la misma. Así, Naropa se quedó con Tilopa en el bosque, quien se comportaba de distintas maneras. Algunas veces se comportaba como un animal, algunas como un gran yogui, algunas como una persona loca. Durante este tiempo Naropa estuvo haciendo su práctica, algunas veces iba a una villa cercana a mendigar por comida, y la traía de vuelta a Tilopa, de esta forma Naropa también estaba sirviendo a Tilopa. Ellos vivieron de esta forma por algún tiempo.
Un día cuando Naropa fue a mendigar comida, había una gran fiesta en el pueblo. Él tomó muy buena comida, que llevó a Tilopa. Éste estaba disfrutando realmente la comida y dijo: "Oh, esto es delicioso, esto es muy bueno." Estaba hablando mucho y disfrutando la comida. Naropa pensó,: "He estado mucho tiempo con Tilopa y esta vez parece realmente disfrutar lo que le traje; me ha estado hablando; parece estar muy feliz. Quizás debería ir y obtener más comida para él." Le preguntó a Tilopa, quien le dijo: "Uno puede ir a mendigar por comida solamente una vez al día. Esta es la tradición aquí. Si tu vas, probablemente obtendrás algunos problemas. Pero puedes ir, ¿por qué no? Toma esta agua, si tienes algún problema debes esparcirla. Si ellos están detrás de ti todavía, toma esta espada de madera y haz círculos en el aire, entonces estarás bien. ¡Ve y trae la comida!" Naropa llegó al pueblo y como no podía mendigar de nuevo, tenía que robar la comida. Cuando trataba de salir, la gente vio que estaba robando y fueron tras él. Entones Naropa tiró el agua que le había dado Tilopa y apareció un lago entero entre él y la gente que lo cazaba. Después uso la espada, pero al usarla, quedó rodeado por una cerca de hierro, por lo que fue muy fácil para la gente atraparlo. Primero le prendieron fuego y como pudo escapar corrieron detrás de él y logrando atraparlo nuevamente, lo golpearon sin misericordia. Finalmente, regresó con Tilopa completamente destrozado y herido, casi medio muerto. Tilopa dijo: "No es problema, yo tengo las instrucciones sobre las diferentes clases de compromisos." Lo curó primero y entonces le dio las instrucciones llamadas El espejo mental de los compromisos.
Naropa se quedó con Tilopa y continuó su práctica. Un día, Tilopa de pronto se alejó de él, caminó a un lugar donde había un charco muy profundo lleno de sanguijuelas. Naropa lo siguió y cuando llegó a la charca, Tilopa estaba sentado en la orilla meditando. Naropa fue hacia él y ofreció un mandala, se postró y pidió instrucciones. Tilopa dijo: "Si tuviera un buen estudiante, él haría un puente de manera que yo pudiera cruzar la charca." Naropa, inmediatamente, hizo de él mismo un puente para que Tilopa pudiera pasar. Mientras Tilopa cruzaba, pisaba fuerte sobre la espalda de Naropa y luego saltó sobre ella hasta que Naropa cayó dentro del agua. Fue una experiencia terrible, el agua estaba fría como el hielo y casi se ahogó, fue cubierto por las sanguijuelas, las cuales le succionaban su sangre. Tilopa le preguntó: "¿Qué sucede ahora? ¿Duele? ¿Qué está mal?" Naropa replico: "Si, es muy doloroso. Las sanguijuelas me están comiendo y hay mucho, mucho frío. Es tremendo." Tilopa dijo: "No es problema, te puedo dar instrucciones que te ayudaran a calentarte y a no sentir ningún dolor. Yo tengo las instrucciones del Calor Interno, basado en el vacío." Tilopa sanó a Naropa y le dio la completa transmisión de la práctica del Tummo.
Otro año paso mientras Naropa practicaba las enseñanzas del Tummo. Tilopa estuvo, como usualmente, actuando de manera extraña. Luego, Naropa ofreció un mandala y pidió más instrucciones. Tilopa le dijo que tomara diez piezas de Bambú, pusiera mantequilla derretida sobre ellas, las calentara para hacerlas muy duras y luego las afilara. Cuando Naropa terminó, Tilopa tomó las varas afiladas y las clavo todas en Naropa, agujereando su cuerpo y lo dejó. Naropa estaba sufriendo terriblemente.
Tilopa, después de un tiempo, regresó y preguntó: "¿Qué te sucede?" Naropa respondió, "Estoy agujereado por este Bambú y es extremadamente doloroso. Creo que voy a morir." Tilopa entonces lo tocó con sus manos y las heridas y el dolor desaparecieron. Tilopa entonces transmitió a Naropa las enseñanzas sobre el Cuerpo Ilusorio. Naropa practicó estas enseñanza por un año y durante el mismo Tilopa se comportó como era usual.
El siguiente año, Tilopa vino a Naropa, mirándolo le preguntó: "¿No me vas a pedir más instrucciones?" Naropa rápidamente se levantó, comenzó a postrarse frente a Tilopa y pidió instrucciones. Inmediatamente Tilopa se alejó, Naropa lo siguió y llegaron a un gran llano con arena. No lejos de ellos había un hombre caminando en la arena. Tilopa dijo,: "Bueno, si tuviera un buen discípulo, él iría inmediatamente a atrapar a ese hombre, de otra manera ese hombre me va a hacer daño." Naropa fue a atrapar al hombre, pero no podía, corrió y corrió, pero nunca pudo alcanzar al hombre. Finalmente, Naropa cayó completamente exhausto al piso. Tilopa vino hacia él y le preguntó: "¿Qué sucede?" Naropa le dijo que había tratado de atrapar al hombre pero que no pudo alcanzarlo, era como un fantasma o espejismo. Entonces Tilopa le dijo: "Bueno, así es como es en el samsara. Todo el mundo esta corriendo tras cosas ilusorias y siempre están tratando de agarrar algo que no está realmente allí, éste es el problema del samsara. Ahora te daré las instrucciones del Yoga del Sueño, que todo es como un sueño." Tilopa transmitió las instrucciones del Yoga del Sueño.
Naropa meditó por un año en el Yoga del Sueño, durante este tiempo Tilopa estuvo en meditación, no comía, no hablaba. Al transcurrir un año, Tilopa se alejó y Naropa fue tras él, ofreció mandalas y pidió más instrucciones, pero Tilopa todavía no hablaba. Ellos continuaron y encontraron una procesión nupcial del hijo de un ministro. Tilopa vio eso y le dijo a Naropa: "Bueno, si yo tuviera un buen discípulo, él iría a empujar al novio de su caballo, jalaría por el cabello a su mujer y trataría de obtenerla." Naropa no tenía dudas e hizo lo que Tilopa había dicho. Por supuesto, la gente saltó sobre él y lo golpeó. Tilopa vino a Naropa cuando ya estaba medio muerto, lo tocó y nuevamente lo curó de todas las heridas. Esta vez le transmitió las enseñanzas de la Clara Luz.
El siguiente año, ellos estuvieron juntos y Naropa práctico el Yoga de la Clara luz. Tilopa se comportó de formas graciosas, algunas veces como niño, otras como loco.
Llego el tiempo cuando Naropa pidió nuevamente instrucciones. Esta vez, Tilopa sólo le dijo que cualquiera que quisiera más instrucciones tenía que seguirlo, entonces se alejó y Naropa fue tras él. Ellos estuvieron caminando por largo rato, y esta vez encontraron una procesión con un rey y una reina. Tilopa dijo: "Si tuviera un buen discípulo, iría a empujar al rey de su caballo." Naropa lo hizo y está vez estuvo muy cerca de morir. Tilopa vino, lo curó y dijo: "La razón por la que todavía hay dolor es porque no has disuelto el aferramiento al ego, todavía tienes algunos hábitos de aferramiento al Yo. Ahora, te daré las instrucciones del Phowa y durante el siguiente año Naropa practicó el Phowa.
Después de ese tiempo, Tilopa partió y a Naropa, que quería más instrucciones, le fue dicho que tenía que seguirlo, cuando llegaron a un gran plano, encontraron un príncipe con unos pocos sirvientes, quienes habían salido para divertirse. Tilopa dijo a Naropa: "Bueno, esta vez no hay muchas personas, deberías ir, pegarle al príncipe, tomar sus ornamentos y traérmelos y en caso de que haya cualquier problema, llámame." Naropa golpeó al príncipe, tomó sus ornamentos y corrió de vuelta, pero los sirvientes del príncipe llamaron por ayuda y muchos soldados, que estaban muy cerca, comenzaron a correr detrás de Naropa. Naropa gritó: "Tilopa, ayúdame, ¡protéjeme!" y llegó a donde Tilopa justo cuando los soldados vinieron. Tilopa preguntó a los soldados: "¿Qué hizo?" Ellos replicaron: "Golpeó al príncipe y robó sus ornamentos." Tilopa respondió: "Eso es muy malo; nosotros deberíamos golpearle." Juntos golpearon a Naropa y estuvo muy cerca de morir. Entonces Tilopa preguntó que había sucedido, Naropa dijo: "Bueno, fui golpeado y aunque dijiste que me ayudarías, no lo hiciste. Creo que esta vez voy a morir." Tilopa lo tocó, curándolo y entonces le dio el Phowa Donjug, una clase de Phowa donde se trasmite la conciencia en otro ser que esta a punto de morir. Naropa meditó por un año en esta práctica especial y entonces nuevamente pidió más instrucciones.
Tilopa le dijo a Naropa que tomara como esposa a una linda muchacha que también era practicante del Dharma, siguiendo su consejo Naropa se casó. Al principio ellos se gustaban pero después de algún tiempo, surgieron algunos problemas y tenían muchas discusiones. Naropa estaba muy aburrido de esta situación. Durante este tiempo, Tilopa vino a visitarlos y le preguntó a Naropa que andaba mal, Naropa explicó que él y su esposa estaban teniendo tiempos muy difíciles. Tilopa replicó: "Estos problemas están causados por tus aferramientos duales. Tienes que abandonar los aferramientos y las pasiones duales y entonces confiar en una consorte Tántrica." Tilopa le transmitió a Naropa las instrucciones de la práctica del Mudra del Karma.
Después, Tilopa le dijo a Naropa que él había roto sus votos monásticos porque había tenido interacción sexual con su esposa, en consecuencia, tenía que castigarse. Naropa, por ende, tomó una piedra y golpeó su pene muchas veces hasta que se desmayó. Entonces Tilopa lo tocó, lo curó completamente y le pidió a Naropa que le diera a su esposa como una ofrenda, Naropa lo hizo, y la esposa estuvo algún tiempo junto con Tilopa. Sin embargo, ella todavía estaba enamorada de Naropa y Tilopa se puso muy molesto y golpeó a ambos. No obstante, Naropa no perdió su confianza en Tilopa y como resultado, Tilopa le dio las instrucciones sobre la Sabiduría Iluminadora del Mahamudra.
Tilopa se alejó y Naropa lo siguió. Después de un largo tiempo cuando Naropa estaba realmente cansado, Tilopa se sentó, Naropa ofreció un mandala, pero había mucho sucio. No había agua, por lo cual no era posible limpiar el terreno. Entonces, Tilopa dijo: "Usa tu sangre para eso". Naropa se cortó y con su propia sangre roció el terreno para que el sucio desapareciera. De esta forma él ofreció el mandala y Tilopa le dio las instrucciones del Bardo.
Naropa practicó estas enseñanzas por un año. Un día, ellos iban juntos al río y Naropa pidió a Tilopa más instrucciones. Había llegado la instrucción final. Tilopa tomó su zapato y golpeó a Naropa en la cabeza. Entonces dijo que no había nada más que enseñar: "La realización final está en tu propia mente." En ese momento, los últimos velos de la mente de Naropa se disolvieron. Todo lo que Tilopa había realizado de la naturaleza, Naropa también lo realizó, había logrado el Mahamudra. Naropa había pasado doce años junto a Tilopa, recibiendo y practicando sus enseñanzas.
Durante ese tiempo, él aguantó estas doce penalidades mayores, las cuales eran métodos para ayudarlo a conquistar los obstáculos para que no recayera en el samsara. De hecho, fue gracias a que la habilidad de Naropa de seguir a Tilopa sin ninguna duda, que pudo utilizar su vida para lograr la completa realización. Este es el ejemplo del camino Vajrayana. Si el lama en un maestro calificado y su discípulo es calificado, las condiciones están dadas para que mediante los métodos Vajrayana se logre la iluminación en el transcurso de una vida.
Naropa estuvo los tres años siguientes con Tilopa. Éste le instruyó sobre la conducta de un yogui, mientras entrenaba su realización en toda clase de diferentes situaciones. Después de eso, Naropa estuvo en Pulahari por 21 años, el tiempo en que enseño a sus discípulos. Cuando tenía 85 años, murió y fue a la tierra pura de las dakinis. Hay muchas descripciones de la muerte de Naropa. Algunos dicen que su cuerpo se quedó y otros que se disolvió. Discípulos muy cercanos a él dicen: "Antes de morir, se manifestó así mismo en la forma de Hevajra (uno de los Yidams más importantes en el Tantra Buddhista). En esta forma, confirió el empoderamiento de Hevajra a todos sus discípulos. Después de eso, todo el Mandala de Hevajra se disolvió en él y su forma de Hevajra se disolvió en la letra tibetana "AH" y finalmente el AH se disolvió. Entonces se había ido.
Las \'Seis Doctrinas de Naropa\' son llamadas así, porque Naropa fue quien esparció esta enseñanza. De echo, ellas no deberían ser llamadas ni Las Doctrinas de Naropa ni de Tilopa sino las Doctrinas de Buddha, ya que pertenecen al completo estado del Tantrayana, que envuelve técnicas de visualización.
Las enseñanzas de Tantra del Buddha son muy extensas, pero las condiciones para los seres en nuestro tiempo están siendo peores. La gente está cada vez más ocupada. Por lo tanto la esencia de las enseñanzas del Tantra es muy importante. Naropa fue capaz de tomar la esencia de estas enseñanzas y trasmitirla a otros seres.