martes, 10 de julio de 2007

El Desarrollo de la Literatura de la Perfección de la Sabiduría.


Según la tradición, la literatura de la Perfección de la Sabiduría surge del Buddha Sakyamuni, pero éste estableció que las enseñanzas no eran apropiadas para los seres humanos en ese momento, y brevemente, antes de su Parinirvana (su fallecimiento) encomendó las enseñanzas a los nagas. Los nagas en la Tradición Budista tienen algo de las mismas características de los dragones en Occidente. Tienen una larga vida, son sabios, y pueden servir como guardianes de tesoros. Los nagas viven en el fondo del océano y fue en su acuoso reino donde las Enseñanzas de la Sabiduría fueron preservadas. Varios siglos más tarde una de las grandes figuras en la historia budista - Nagarjuna - fue a la orilla de cierto lago y recibió las Enseñanzas de la Perfecta Sabiduría de una princesa naga.
Las primeras Enseñanzas de la Perfección de la Sabiduría aparecieron hacia el año 100 Antes de la Era Común (del nacimiento de Cristo) durante una fase de 200 años de desarrollo de los textos básicos de la literatura aparecidas. Los más antiguos son probablemente los del Astasahasrika, ó Perfección de la Sabiduría en 8.000 Líneas, y su contrapartida en verso, el Ratnagunasamchayagatha (Versos del Depósito de las Preciosas Virtudes ).
En los siguientes 200 años la literatura de la Perfección de la Sabiduría alcanzó una gran popularidad. Tanta devoción fue pródiga en su expansión. Uno de los Textos llegó a alcanzar una longitud de 100.000 líneas.
En los 200 años siguientes (aproximadamente entre los años 300 al 500 de la Era Común) la Perfección de la Sabiduría se extendió a través de la India llegando hasta la China. En esta fase los nuevos Textos empezaron a ser cada vez más concisos. Entre ellos los dos más famosos e importantes de todos los logrados en el Budismo: el Sutra del Diamante (en sánscrito Vajrachchhedika) y el Sutra del Corazón (en sánscrito Hridaya).
En el año 700 el proceso de contracción ocurrió tanto como fue posible. Hay una “Perfección de la Sabiduría en Pocas Palabras” que dice que es para los “torpes y estúpidos”. ¡Hay incluso una “Perfección de la Sabiduría en Una Sola Letra”!. Esta es la letra A, que en sánscrito es un prefijo negativo. Es como si el texto dijera que cualquier cosa que tú creas, por mucho que intentes describir el mundo, puedes poner la palabra No antes de todo. Por mucho que expliques el Universo, la Realidad no es eso. La Perfección de la Sabiduría niega que tú penetres en la Realidad, en la torpe red de palabras y conceptos, para que rompas tus preconcepciones sobre todas las cosas. Dices que eres de una determinada edad, sexo, nacionalidad, ocupación y cosas por el estilo. La “Perfección de la Sabiduría en Una Letra” niega que en la Realidad en que tú estás hayan esas cosas. Son sólo engaños de Oro de las descripciones convencionales, no la Verdad Dorada de la Realidad.
También durante este periodo, algunas cosas notables sucedieron. La Perfección de la Sabiduría, bajo la influencia del Tantra, empezó a cambiar. Esta literatura de inflexible paradoja e intelectual sutileza se transformó. De ser un rayo intelectual, destruyendo conceptualizaciones , renació como una Diosa de Sabiduría y un Mantra. Examinando esta extraordinaria metamorfosis, ésta puede darnos visión clara en la aproximación Tántrica a la auto-transformación.
Tantra, como hemos visto, tiene que ver siempre con la experiencia directa. Más que renegar de palabras y conceptos con la esperanza que llegues más allá de ellas, emplea un enfoque distinto. Intenta ayudarte a dejar atrás la conceptualización y entrar en el Reino de la imaginación. Entrar en el Reino de la luz, viajar al Reino de Oro. En este arquetípico Reino estás cara a cara con la Sabiduría, en su más atractiva forma imaginable. En tiempos de Carlo Magno, la figura de Prajnaparamita ( en tibetano Sherapkyi Pharoltuchinma) empezó a aparecer como la Diosa de Sabiduría por el Este. Tuvo diferentes formas: a veces dorada, a veces blanca. Aparecía con dos, cuatro o seis brazos, e incluso (en una forma popular en Kampuchea) con once cabezas y once pares de brazos.
La Diosa apareció, poco a poco, en Japón, Java, Kampuchea, China y el Tíbet. Sin embargo, los tibetanos estaban ya enamorados de Tara, por lo que su culto (el de Prajnaparamita) nunca tuvo gran popularidad allí. Fue en India, sobre todo, donde la Diosa Prajnaparamita se manifestó. Había una gran estatua suya en el “Pico del Buitre” en Rajgir, donde el Buddha dio muchos de sus discursos.
La India se convirtió en el centro de devoción a Prajnaparamita. Cuando los musulmanes pisotearon el Budismo en ese país, su culto desapareció en su mayoría. Como los musulmanes sistemáticamente destruían los monasterios, destrozaban las estatuas, y quemaban los libros, la Diosa de la Sabiduría fue ocultada.
Es realmente sólo en el Siglo XX , y en gran parte debido al trabajo de un hombre, que la cara de la Diosa es una vez más mostrada en muchos diferentes países. El trabajo de la vida del especialista alemán Dr. Edward Conze fue traducir de hecho todos los Textos de la Perfección de la Sabiduría al inglés. Gracias a sus esfuerzos la Diosa una vez más se mueve libremente entre nosotros.
Aunque el culto de Prajnaparamita sobrevivió y continuó fuera de la India, su culto era tan débil que solo se pudieron catalogar 50 iconos de la Diosa conocidos. Desde entonces una más ha aparecido. Hace algunos años un equipo de grabación fueron a Tholing al Oeste del Tíbet para grabar algunas pinturas extraordinarias en un templo. Estaban muy abandonadas y algunas estaban tan cubiertas de polvo que no era posible su reconocimiento. Empezaron a grabar quitando el polvo de un mural anónimo y mientras que lo limpiaban la cámara grabó la aparición de una Diosa dorada y exquisita.

Ratnasambhava: el Buda del Sur...


Ratnasambhava: el Buda del Sur...


La Joya que concede Deseos en el Sur del Mándala...


El mandala de los 5 Budas: Ratnasambhava es el Buda amarillo a la izquierda. (En los mandalas el sur se representa a la izquierda)
El sol esta subiendo en lo alto. Es el momento de viajar rodeando él mándala, siguiendo el sol, para llegar al reino del Sur del mándala. Para arribar a la Puerta Sur tienes que cruzar un gran desierto. Comienzas tu viaje con un sirviente, un aborigen. Al principio hay árboles y arbustos, luego nada, solo arena. El viento del desierto apila la arena creando formas extraordinarias. Hay ondulaciones de arena, fortalezas de arena, estatuas de arena, entre bancos de arena hay ríos de arenas. El sol brilla e irradia de esta arena. El tiempo pasa, el sol parece estar aun colgado directamente sobre nuestras cabezas. A veces en la distancia pasan manadas de caballos salvajes relinchando. Se esta poniendo muy caluroso y muy seco. Recuerdas anécdotas de gente perdida en el desierto. Comienzas a sentirte como si estuvieras hecho de arena. Esta en tus dientes, en tu cabello, la arena té esta cubriendo todo.
El sirviente te ofrece sugerencias. Tu no escuchas, tu tienes tu propia brújula y mapa, y quizás eres muy orgulloso para aceptar consejos. Tu estas explorando para encontrar joyas. No, no joyas, solo una joya. Cuando dejaste el reino del Este te dijeron que en el Sur encontrarías la “joya que concede deseos”, una joya que, como la lámpara de Aladino, te otorgaría todo lo que desearas. Es un regalo de Ratnasambhava, el Buda del Sur, cuyo nombre significa “nacido de una joya" (o “Productor de Joyas”). Sigues andando. De vez en cuando ves algo personificado en un lugar o una persona que crees va a satisfacer tus deseos, pero todo ellos se convierten en espejismos.
Finalmente no queda nada. Estas perdido. Ni siquiera estas más cerca del palacio de Ratnasambhava. Tu sirviente continua caminando sin dificultades a tu lado, de vez en cuando lanza ansiosamente una mirada en tu dirección. Él se ve despreocupado y sin prisa. Tu te tragas tu orgullo, lo único que aun puedes tragar, y le preguntas si él sabe donde está, donde encontrar la “joya que concede deseos”. Él te mira sorprendido. ¿No lo sabías?. Tu te veías tan seguro de ti mismo que él había asumido que tú ya lo sabías, ¿pero entonces porque más te expondrías a ti mismo a tanto sufrimiento?. ¿La “joya que concede deseos”?. Y porque él te la daría a ti. Tu sirviente recoge un grano de arena y con mucho cuidado lo pone en la palma de tu mano.
¿Es esto una broma? ¿Pudo ser que haya cogido un grano en particular entre todos los otros granos de arena?. No. El grano de arena resplandece al sol sobre la palma de tu mano. Te sientes ridículo pedirle a un grano de arena que te conceda los deseos de tu corazón. Mientras tanto, tu sirviente té esta mirando expectante. No tienes nada que perder. Tu pides un deseo, el de poder entrar al reino Sur del mándala, Śrimat (en sánscrito), conocida como “la gloriosa”.
Mismidad e Igualdad
Entrando imaginativamente al reino de Ratnasambhava (en Tibetano Gyalwa Rinjung) deberíamos formarnos una idea del tipo especial sabiduría que él personifica. Él transforma orgullo en samatajnana, la Sabiduría de la Mismidad. Después de la aguda claridad del amanecer de Akshobya, todo se mezcla en la bruma del mediodía, que es la hora del día asociado con Rarnasambhava. Su luz brillante suaviza los bordes del paisaje, todo es mielizado por su radiación dorada. Su Sabiduría rescata los factores comunes de la experiencia. Ve todo los aspectos de la vida, todas las miríadas de formas que toma, como marcado por shunyata, todo carece de existencia inherente por igual. También ve “la humanidad común” en todos los hombres y mujeres, aprecia a todos ellos por igual. Por lo tanto Ratnashambhava esta particularmente asociado con el reino humano de la Rueda de la Vida.

Un imagen antigua de Ratnasambhava:


También conocido como el “Nacido de la Joya”, el nombre de Ratnasambhava puede aun traducirse como el que “Produce Joyas”. Él esta asociado con la riqueza, y a veces es descrito como el Buda del Dar. Siendo infinitamente rico, el no hace distinciones de valor, dando libremente a todos. Todos los seres son igualmente preciosos. Después de todo, Ratnasambhava esta asociado con el elemento tierra, y la tierra es un gran nivelador. Cualquiera sea tu posición social, cualquiera sea tu raza o sexo, y aun cualquiera sea nuestra forma de vida, todos estamos hechos de la misma arcilla. La luz solar dorada de Ratnasambhava brilla igualmente sobre un palacio que sobre un pila de excrementos. Al contactar su Sabiduría desarrollamos solidaridad hacia todas las formas de vida.
Las cualidades de Ratnasambhava no traen a la mente numerosas imágenes las cuales sugieren que el orgullo ha sido nivelado, y afirman lo que toda la vida tiene en común. Hay un soneto de Shelley, Ozymandias, en el cual él encuentra un viajero que le cuenta de su hallazgo de los restos de una gran estatua in el desierto. La inscripción en el pedestal lee:
"Mi nombre es Ozymandias, y soy el rey de reyes.Vosotros seres poderosos, ¡mirad mi obra y desesperad!"
La estatua esta en ruina total. El viajero irónicamente observa:
Nada queda a su lado. Más allá de las ruinasde este enorme naufragio, desnudas e infinitas,solitarias y llanas se extienden las arenas.
Yo creo lo mismo del aviador francés, Antoine de Saint-Exupéry. Después de su choque aterrizando en el Sahara, él y su mecánico caminaron por días, desesperados por agua, y viendo espejismos. Finalmente en la distancia los dos vieron signos de una caravana. Un beduino apareció en la distancia. Él no estaba mirando en su dirección, y ellos estaban demasiado lejos para gritar. Ellos sabían que si el árabe giraba la cabeza 45 grados sobrevirian; si no morirían. Lentamente él lo hizo, él los vio. Les dio agua, y Saint-Exupéry describe sus sentimientos de toda la vida para por aquel árabe sin nombre, quien no era nadie especial, solo otro ser humano, un compañero de viaje a través de la vida.
Luego también tenemos el mito de Midas. El rey Midas es una triste caricatura de Ratnasambhava. Él también esta asociado con la riqueza y la igualdad. Todo lo que él toca se convierte en oro. Sin embargo, él destruye la humanidad de las cosas; incluso su familia y comida se convierte en oro cuando la toca. Su avaricia lo aparta del reino humano. Su poder de riqueza se convierte en un tormento para él.
Con la Sabiduría de la Mismidad desarrollamos ecuanimidad. Experimentamos “los Ocho Vientos (vicisitudes) Mundanos” (Ganancia/Perdida, Fama/Descrédito, Elogio/Culpabilidad, Felicidad/Aflicción) como iguales, dándonos cuenta que el perseguir uno nos dejará abierto al otro. Al mismo tiempo que aprendemos a tratar cada uno de estos “impostores gemelos” con calma imparcial, estos pierden su efecto sobre nosotros. Nos convertimos como la tierra, que recibe a todos igualmente. Solo podemos hacer esto si cesamos de relacionarnos con las cosas personalmente, viendo sus ventajas y desventajas para con nosotros. Para hacer esto necesitamos encontrar un aspecto más de la Mismidad: la igualdad entre nosotros y los demás. La Sabiduría de la Mismidad no es una cuestión fría que Surge de la justicia igualitaria. Es una fuerte identificación positiva con toda la vida. La luz dorada de Ratnasambhava disuelve los bordes de uno y el otro. Cuando estos desaparecen, todo nuestro sentido de propiedad y posesión se desvanecen. De esta manera compartes con los demás, sin siquiera sentir que estas dando, porque el acto dar requiere de un “uno” que da y de “otros” que reciben.


La mentalidad Exuberante y la Riqueza:


En la tradición Budista, fuera del mándala de los cinco Budas, Ratnasambhava no ha tenido mucha importancia hasta ahora. Mientras que figuras como Amitabha y Vairochona son conocidos en todo el norte de Asia, y tienen devotos y saddhanas desconectadas con su aparición en el mándala, el culto de devoción a Ratanasambhava aun no ha florecido. De todas maneras, con el establecimiento del Budismo en occidente hay varias razones para pensar que le ha llegado su momento. Posee una constelación de cualidades y asociaciones las cuales pueden atraer mucho a la gente en la sociedad moderna e industrializada.
Ya hemos mencionado su asociación con la riqueza y la opulencia. Su emblema es la joya, y él es la cabeza de la familia Ratna (o joya).Con su gesto del dar supremo (el mudra varada), palma de la mano abierta hacia arriba, baña el mundo con cosas preciosas. Para gente con una fuerte actitud materialista y consumista él ofrece una actitud familiar y una salida atractiva hacia el Dharma.


Imagen de Jambhala :


Este símbolo de riqueza y opulencia esta enfatizado en la figura de Jambhala (en tibetano Dzambhala), quien es un miembro del sequito de Ratnasambhava y de la familia Joya. En algunas áreas del Budismo en el este, Jambhala ha sido popularmente considerado como un dios de la opulencia. Él es usualmente descrito como una gran, incluso portentosa figura que tiene la apariencia de un prospero mercader. En su mano izquierda sostiene una mangosta, al cual exprime. Mientras hace esto, de la boca de esta criatura se derraman joyas. No es para nada desconocido el hecho de alguna gente hace meditaciones sobre Jambhala para así encontrar ayuda en sus dificultades financieras. Personalmente, estoy preparado para creer que su magia funciona.
Sin embargo, te estarás preguntando que tiene esto que ver con el Budismo. Jambhala es un Bodhisattva, un ser espiritual altamente avanzado, Ratnasambhava es un Buda completamente iluminado. Dentro su práctica hay mucho mas que la mera posibilidad de hacerse rico en el mercado de valores. Entonces, vamos a mirar los diferentes niveles en los que el simbolismo de la riqueza puede ser entendido.
En el nivel más básico, un Buda o Bodhisattva quiere mitigar el sufrimiento de la gente, incluso el sufrimiento diario. Por lo tanto, si la riqueza los hará feliz temporalmente, entonces que les sean dadas riquezas. En “La Marcha hacia la Luz”, (Bodhicharyavatara en Sánscrito) el gran poeta Budista Shantideva dice: “Para todas las criaturas, yo seré una linterna para aquellos que desean una linterna, seré una cama para aquellos que deseen una cama, un esclavo para aquellos que desean un esclavo” .
De todas maneras, cuando meditamos sobre Ratnasambhava uno puede obtener algo de su abundancia espiritual, él es muy generoso con ella. Morando en su figura amarilla brillante, con una joya en una de sus manos y el mudra de la generosidad en la otra, uno comienza sentir dentro de uno mismo una sensación de gran expansividad. Los cambios esenciales vienen de Ratnasambhava, en niveles de incrementos sutiles a medida que profundizamos en nuestra meditación, es el efecto de moverse desde la pobreza mental a la riqueza mental.
Muy a menudo estamos preocupados con la sensación de carencia de nuestras vidas. No tenemos suficiente dinero, no somos suficientemente atractivos, necesitamos una casa más grande, etc. etc. Una vez que emprendemos el camino espiritual, los demandantes alaridos de nuestros deseos físicos comienzan a apaciguarse. Estamos más preparados para vivir una vida más simple. Aun así, usualmente continuamos teniendo una sensación de carencia, ahora transferida al plano espiritual. Esto es lo que Chogyam Trungpa Rimpoche llama “materialismo espiritual”. Con esta sensación de carencia, vamos en búsqueda de meditaciones más gozosas, un guru más famoso, una enseñanza más poderosa.
Estamos buscando satisfacción en el lugar equivocado. Conducidos con una sensación de pobreza interior para encontrar riquezas externas que puedan llenarnos. La meditación sobre Ratnasambhava cambia este sentimiento. Lo vemos como derramando interminablemente su riqueza espiritual sobre el universo, sin pensar por un momento en que se va a quedar corto de reservas. Él es el benefactor inacansable, protector, filántropo, anfitrión. Dado que su fuente de riqueza es la iluminación incondicionada, él tiene acceso un reservorio de energía espiritual infinito. Así la idea de ser prudente, de atesorar lo que tiene, de racionalizar y determinar prioridades, es algo que jamás ocurre en su tierra pura, Śrimat. Todo en su reino fluye en abundancia. Él es rico “más allá de los sueños de la avaricia”.
A través del desarrollo del sendero de Ratnasambhava dejamos rápidamente de sentir carencia material. Nos damos cuenta que el elevado mundo de lo espiritual puede darnos una interminable satisfacción que un Mercedes y penthouse jamás podrían. Nuestra propia mente es una fuente de inextinguible riquezas. Mientras continuamos desarrollándonos seguimos excavando dentro de nosotros mismos, y de los minerales de nuestras experiencias directas fundimos más y más preciosas cualidades.
Orgullo, Humildad, y el Sendero hacia el Reino Humano
El simbolismo de la joya (ratna en sánscrito, rinchen en Tibetano) en el Budismo es extremadamente rico. Lo que inmediatamente trae a la mente son las Tres Joyas, las tres cosas más preciosas sostenidas por el Budismo: el Buda, el Dharma y la Sangha. Es por el compromiso de centrar estas tres joyas alrededor de tu vida, en la ceremonia de Ir al Refugio, que uno se convierte en Budista, y formalmente comienza el sendero de la iluminación. Al Ir a Refugio tú pones las Tres Joyas en el centro del mándala de tu vida, hasta que su luz penetra y transforma cada parte.
De todas maneras, aunque la fe en las Tres Joyas es crucial para cualquier progreso a lo largo de sendero espiritual, hay una cuarta joya en la que necesitamos tener fe. Esa joya es nosotros mismos. Tenemos que creer que esta particular masa de carbono que somos en el presente puede ser transformada en un diamante espiritual.
Puede ser bastante fácil apreciar las hermosas cualidades de las Tres Joyas: el amarillo oro de la joya del Buda, el profundo azul de la joya del Dharma y el rojo rubí de la joya de la Sangha. Pero si nos vemos a nosotros mismo imposibles transformar nuestros Ir a Refugio se convierte en un juego. Admiramos las Tres Joyas desde lejos, y hacemos pruebas esforzándonos en pegar algo de oropel sobre nosotros mismos pretendiendo que nos estamos haciendo más brillantes. Aunque, en realidad, muy poco esta sucediendo.
Como vimos anteriormente, el veneno asociado con Ratnasambhava es el orgullo. Sin embargo, el orgullo es un lado de una dualidad de la cual el otro esta siempre presente. Donde hay orgullo y sentimientos de sobre evaluación consciente de ti mismo, escondido en el sótano de tu psique hay una buena porción de inseguridad. De un modo similar, bien escondido detrás de cada Uriah Heep hay usualmente un egoísta. El samatajnana de Ratnasambhava, su Sabiduría de la Mismidad, es que si actuamos con un estatus alto o uno bajo el resultado es el mismo. Estamos aun demasiado preocupados por nosotros mismos.
El también nos muestra la salida. No es posible dar verdaderamente sin tener conciencia de los otros y él es supremamente generoso. Dar te lleva más allá de ti mismo, involucra ver las necesidades de los demás, que es lo que satisfaría esas necesidades. A través de nuestra conciencia de los demás entramos en el reino de los humanos, el cual hemos visto es el reino de la Rueda de la Vida que Ratnasambhava preside.
El reino humano es el reino de la cooperación. Aquí relacionándote con los demás, no sientes más el aislamiento del orgullo. Es el único reino en el cual puedes sentir el apoyo de los demás, y por lo tanto puedes escapar de ambos el orgullo y de la falta de autoestima. Es también el único reino donde uno puede empatizar con los demás. Empatizando con los demás, te haces rico en sus riquezas. Así que este es el mundo de “regocijo de los meritos”, apreciando las buenas cualidades de los otros y regocijándonos en su felicidad, de la cual Ratnasambhava parece ser su protector.
Cultura y Belleza

Una pintura china :


Otra razón por la cual Ratnasambhava es probable que se convierta en una figura popular en el Budismo Occidental es que se asocia con la apreciación estética. Sangharakshita lo caracteriza como el Buda de la Belleza. Este es un aspecto muy importante de la vida espiritual. Sabios y yoguis desde los tiempos del Buda en adelante han cantado canciones en apreciación de la belleza natural de los lugares donde vivieron y meditado. Todas las tradiciones budistas han tratado, cada una en su propio modo, de hacer altares, templos, y ermitas armoniosas y estéticas. Los templos Zen tienen su belleza espaciosa; los templos Tailandéses con sus formas limpias y pináculos dorados, los altares tibetanos con su profusión de imágenes y thangkas, a veces sobrecargado como una avalancha del mundo arquetípico en el mundo cotidiano.
Esta belleza y riqueza es más que una expresión de devoción a las Tres Joyas. La contemplación de la belleza tiene un efecto refinante y transformador sobre nuestras emociones, las cuales normalmente están ligadas a aquellas cosas muy básicas que queremos y necesitamos. No es fácil hacer un salto emocional del disfrute de estas satisfacciones relativamente ordinarias para obtener nuestro sustento emocional del reino de los Budas y Bodhisattvas. Necesitamos destetarnos gradualmente de una y aprender a nutrirnos con la otra. Aquí es donde la cultura, la apreciación de la belleza en la naturaleza y las artes tiene su lugar. A través de morar en la belleza natural, o en trabajos artísticos famosos como los de Shakespeare, Bach, Miguel Ángel, o Rafael, nuestras energías se hacen más refinadas. De ser un humano-animal, escalamos hacia le pico de los logros humanos desde donde es relativamente fácil hacer un salto profundo hacia el cielo de la conciencia Iluminada.
En casi todo el oriente, el Budismo a medida que se extendía no encontraba culturas desarrolladas. Solo en China encontró una sociedad que tenia un refinamiento artístico y literario. Usualmente el Budismo traía no solo su enseñanza del sendero de la sabiduría sino también cultura y aprendizaje. El arte y la cultura indígena, tales como eran, eran rápidamente reemplazada o incluida bajo formas Budistas.
Sin embargo, al venir a occidente, el Budismo esta encontrando una cultura cuyo desarrollo data de 2000 años atrás hasta la época de griega clásica. No es realmente practico para los occidentales ignorar sus raíces culturales y simplemente asumir una cultura oriental. Debe tomar lugar un dialogo, y puentes deberán ser construidos, entre el Budismo y la cultura occidental. Este proceso incluirá identificar los escritores y artistas occidentales cuyos trabajos tienen un vislumbre del Dharma dentro ellos. Por otro lado, la cultura occidental en si misma va a aprender del Budismo, y esto podría producir una nueva floración dentro de esta. Después de todo, el descubrimiento de la Grecia antigua trajo como consecuencia un renacimiento en el occidente. ¡Cuanto más grandes serán los logros de aquellos artistas, poetas, escultores y dramaturgos occidentales que respondan al descubrimiento del Dharma!. En todo esto, Ratnasambhava aparecerá derramando su fresca belleza e inspiración. Él dará sus joyas espirituales presidiendo nuevamente un renacimiento del espíritu humano como un Lorenzo de Medici iluminado.


Abundancia de Tiempo y Energía :


Ratnasambhava posee el antídoto al mal del mundo moderno occidental. La cada vez más feroz competencia en el trabajo y en el mercado, hace que para la gente en el mundo occidental encuentren muy difícil parar y relajar, y no hacer nada (sin encender la televisión). “Estamos demasiados ensimismados y preocupados para parar y mirar”. Encajonados entre rascacielos, nos perdemos las nubes y las estrellas. Sentados en una maraña de trafico, llegando tarde a nuestras citas, apenas si notamos lo que nos rodea. Aun así, la actitud de Ratnasambhava es la de súper abundancia, incluyendo la súper abundancia de tiempo. Él nos anima a tomar tiempo para experimentar el mundo alrededor nuestro, tratando de ver a través de los ojos de la sabiduría de igualdad. Y entonces tal vez podamos tener un poco de la visión de William Blake:
Ver el mundo en un grano de arena,Y un cielo en una flor silvestre,Sosteniendo el infinito en la palma de tu mano,Y la eternidad en una hora
Este exceso de tiempo guarda relación con el mundo de Ratnasambhava que es el de la creación artística. Desde el punto de vista de la supervivencia humana las artes son un lujo. Podríamos existir sin música, teatro, novelas o esculturas. Estas han tendido a florecer en épocas de riqueza y tiempo (incidentalmente, lo mismo es aplicable a la vida espiritual, la India en los tiempos del Buda era sociedad rica con un exceso con el cual podía alimentar miles de ascetas vagabundos y hombres sagrados.)
Ratnasambhava nos muestra el camino para abrirnos a un mundo más amplio. El mándala de nuestras vidas esta habitualmente limitado por la estrecha determinación de obtener lo que queremos. Perdemos la mayoría de nuestro tiempo atentos a cosas y gente solo en términos de su valor de uso, especialmente su utilidad para nosotros mismos. Por supuesto no podemos negar las practicalidades de la vida, tenemos que hacer cosas. Sin embargo, si queremos ser felices nuestras preocupaciones utilitarias deberían estar ubicadas en un lugar pequeño y no muy central de nuestro mándala personal. La mayor parte de nuestro mándala debería ser reservado para tener una apreciación estética de la vida, en la cual le damos valor a las cosas por lo realmente son en sí mismas.
La diferencia entre dos actitudes esta muy bien ejemplificada por la reacción de dos visitantes en Londres en los principios del siglo diecinueve. El poeta Wordsworth , de pie sobre el puente Westminster en una mañana temprano del verano de 1802, escribió un soneto famoso que comienza:
La tierra no tiene nada más hermoso;Opaca es el alma de aquel que no advierteLa vista conmovedora de su majestuosidad:
Una década después el Mariscal de campo prusiano Blucher, investigando la misma ciudad, estaba tan afectado que exclamo “¡qué botín!”.
Ratanasambhava nos anima a desarrollar más nuestra capacidad de apreciación estética de la vida. Una buena forma de trabajar con esto es regularmente tomar tiempo para contemplar algún tipo de belleza natural. Parte de las razones por las cuales la gente se relaja en los ambientes naturales, además del hecho de encontrarlos visualmente agradables y apacibles, es que no estimulan nuestra tendencia al utilitarismo. No puedes poseer una puesta de sol, solo puede apreciar su belleza y permitir que enriquezca tu espíritu.
Llevando esto aun más lejos, podemos asociar Ratnasambhava con la ecología y cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Él tiene conexión con la tierra, la fertilidad y la floreciente abundancia de la vida. Además posee el antídoto para orgullo; es este irrazonable orgullo el que hace que la raza humana este causando un daño irreparable a nuestro bello planeta. Su sabiduría puede enseñarnos a apreciar estéticamente la tierra, en vez de estar constantemente buscando nuevas formas de explotarla.
La súper abundancia de Ratnasambhava nos lleva a asociarlo con otra cualidad que tiene conexión con la apreciación estética. Esa cualidad es la de tener una actitud lúdica, de jovialidad y gracia. Tener gracia, sentido del humor y una actitud lúdica es un signo de energía de extra, y de poseer una perspectiva más amplia que la necesaria para hacer lo que sé esta haciendo. Es creatividad sin un objeto en vista, mas allá de sí misma. Como tal es una celebración de la conciencia humana. La energía que derrama de Ratnasambhava, la ebullición de la vida espiritual, nos da una visión relajada, expansiva y abundante energía. A partir de esto podemos recrearnos sin necesitar una razón o justificación.

El caballo viento:


Algo de esta abundancia de energía esta simbolizada por el animal de Ratnasambhava, el caballo. El caballo es un animal que puede ser domado para ser dócil y obediente a los seres humanos. Pone toda su energía cruda bajo la dirección de la conciencia humana. En un nivel más profundo, el caballo es un símbolo de las energías sutiles dentro del cuerpo humano que pueden ponerse bajo control a través de la meditación. Este simbolismo es personificado en la figura de un caballo viento (en Tibetano lung ta). El caballo del viento es ilustrado en la iconografía Budista como un tipo de mensajero, un poco como Pegasus, el caballo alado de la mitología griega. Aunque no él no tiene alas el caballo del viento vuela a través del aire, llevando en su espalda la preciosa carga de la Tres Joyas.


La Joya que concede deseos :


Para cerrar este capitulo, necesitamos mirar una vez mas a la joya sostiene Ratnasambhava. Aunque puede ser relacionada a la apreciación de la belleza, y brindar la riqueza de las Tres Joyas al mundo, hay algo mas con respecto a este simbolismo. La joya que el Buda amarillo sostiene es una joya que concede deseos. En la mitología hindú encontramos muchos objetos que otorgan todos los deseos, hay un árbol de los deseos, e incluso una vaca que otorga deseos, pero la más importante de todas encontrada en la iconografía Budista es el la chintamani, la joya que te da todo lo puedas desear. En el Budismo se convirtió en el símbolo del Bodhichitta, que es la compasión que nos impulsa a ganar la Iluminación por el bien de todos los seres vivientes.
Es como si el Budismo dijera “toda tu vida has estado buscando realizarte, en el dinero, sexo, pareja, éxito y así sucesivamente. Tu intuición de que la completa felicidad es posible es correcta; solo que has estado buscando en el lugar equivocado, entre los fenómenos impermanentes. Lo que has estado buscando todo el tiempo, intuitivamente, es el Bodhichitta. Cuando tu tienes eso, lo tienes todo. Todos tus deseos serán cumplidos por esa experiencia. Shantideva en su libro “La Marcha hacia a Luz” (Bodhicaryavatara) compara la extraordinaria sensación de gozo y sorpresa que acompaña el Surgimiento del Bodhichitta con aquella que siente un hombre ciego al encontrar una joya preciosa en pila de estiércol.
Habiendo encontrado la verdadera joya, la experiencia de la compasión iluminada, nos sentiremos totalmente satisfechos. Luego lo único que vamos a querer es compartir la riqueza espiritual ilimitada que hemos encontrado. Entonces, la primera de las perfecciones, la práctica principal para quien el Bodhichitta ha Surgido, es generosidad. El o ella esta preparado en dar cualquier cosa para ayudar a los demás.
En alguna iniciaciones t ántricas aquellos que reciben la iniciación toman “el voto de Ratnasambhava”. Esta es una promesa de siempre dar cosas materiales, amistad, intrepidez y el Dharma a cualquiera que lo necesite. Algunos Bodhisattavas han dado todo lo que tenían, incluso la vida y miembros del cuerpo para ayudar a los otros. Al mismo tiempo, generosidad y altruismo, incluso en esta escala no se ve como una prueba terrible. El trabajo en el mundo del Bodhisattva es descrito como Lila ¡actitud lúdica, gracia y humor!. Esto porque el Bodshisattva, en quien ha surgido el Bodhichitta, no se engancha con las cosas. Todo lo que hace es natural y espontáneo. El Bodhisattva vive permanentemente dentro del “gran mándala”, mora todo el tiempo en él mándala de los cinco Budas. El o ella esta constantemente en contacto con Ratnasambhava, viviendo en su Tierra Pura.
Esta Tierra Pura, donde la sabiduría suprema de Ratnasambhava reina, tiene toda las características de la era dorada descripta en mitos y poesía. Sus habitantes son prósperos, ya que ellos pueden atraer indefinidamente de las riquezas espirituales de Ratnasambhava. Ellos viven una sociedad igualitaria, ya que todas las divisiones y distinciones se han derretido en su luz dorada. Ellos son inocentes de egoísmo y de la avidez y odio que este engendra. Son gráciles y joviales, con una constante espontaneidad de Bodhisattva. Ellos son creativos tanto artísticamente como espiritualmente, ya que ellos decoran sus alrededores y sus mentes con formas cada vez más atractivas y agradables.
Para entrar a la Tierra Pura, la Gloriosa, solo tienes que mirar en el impasible espejo de Akshobya. Mientras miras cuidadosamente la procesión de formas de vida que se reflejan en él, incluido tu mismo, llegas a entender que sus profundidades todo es lo mismo. Y entonces ya no tendrás miedo desaparecer por el hecho relajar tu limites o bordes. No vas a dejar de dar por temor a quedarte con nada. Con gozo te darás a ti mismo completamente. Luego encontraras que has ganado el mundo. Que has heredado la inextinguible riqueza de Ratnasambhava.

EL BUDHA AZUL...


Akshobya:
No puedes recordar cuanto tiempo llevas viajando, por mucho rato sólo has estado tú, tu balsa y el mar. Es de noche, y navegas guiado por las estrellas. Por momentos, echando una mirada hacia el universo, sientes como si la Tierra fuera tu balsa, conduciendo su curso a través del firmamento hacia algún cielo por mucho tiempo buscado.
Conforme avanza la noche los mares se vuelven menos turbulentos, los vientos son más favorables y puedes dormir. En tus sueños, eres un príncipe en busca de tu reino, una sacerdotisa esperando a un mensajero, hay focos de luz brillante en un escenario vacío. Por un momento eres el foco, tintineando, brillante. Eres el escenario, infinito en posibilidades. Entonces una figura de túnica blanca aparece en el resplandor del escenario. Con un lento gesto abre su capa por su pecho. Hay un universo dentro de su corazón.
Cuando despiertas, la luz del amanecer está iluminando el cielo y puedes ver tierra hacia el este. Te diriges hacia ella a través de un tranquilo y suave mar hasta que eventualmente tu balsa entra a una bahía en calma. Las aguas tranquilas frente a ti reflejan el contorno de un extraordinario edificio. Es un palacio hecho de cristal, con ventanas elevadas, y altas torres incrustadas de zafiros. Está fuertemente construido y cimentado con vajras doradas.
Levantando tus ojos de los reflejos del agua, miras el palacio mismo, sus puertas son dos grandes semicírculos, los cuales se encuentran en una gran luna. Ellas también son de cristal el cuál refleja el agua, tu balsa y a ti.
Mirando hacia adentro, ves las cosas como son, en su desnuda simplicidad. Te ves a ti mismo en ese momento, sin juicios, sin aceptar o rechazar nada - eres sólo un reflejo más en las puertas de la luna.
Después de darte su mensaje, las puertas giran abriéndose. Estás entrando al reino del Buda Akshobya (inmutable e imperturbable). Estás siendo admitido en su Tierra Pura, en donde todo es un recordatorio del Dharma y una motivación en el camino hacia la iluminación.Akshobya está sentado en el corazón de su reino, en un inmenso trono de loto azul, sostenido por cuatro enormes elefantes. El cuerpo del Buda esta hecho de una luz azul profunda, el color del cielo al anochecer en los trópicos. Tiene pelo oscuro, está vestido con túnicas ricamente decoradas y sentado en una postura de loto completo. Todo su cuerpo irradia luz. Su mano izquierda descansa totalmente relajada sobre sus piernas. Sobre su palma sostiene un Vajra dorado, hacia arriba.
Su mano derecha va hacia abajo, con la palma hacia adentro. La punta de sus dedos azules apenas tocan el cojín blanco en forma de luna en el que está sentado. Hay algo que te habla en su gesto. Es un llegar a casa, golpea el fundamento de la existencia, es la respuesta a todas las preguntas. Toda su figura transmite inalterable confianza. Está tan firme que nunca nada podría alterar su postura.
Sonríe y toda la tierra comprende. La cualidad especial que transmite es sabiduría. Al entender el significado de ese gesto, todos los habitantes de su Tierra Pura se convierten en sabios, y entran una etapa del camino a la Iluminación del cual no hay retorno.
En su corazón hay una sílaba hecha de una luz azul tenue - hum - símbolo de la integración de lo individual y lo universal. De su corazón hace eco el mantra que personifica su sabiduría. Su sonido llega a todos los rincones de su reino, suave y mesurado como el llamado de un gran tambor: om... vajra... akshobya... hum.
El sonido del hum tiene toda la certeza inalterable con la cual un elefante pisa la tierra con su pie sobre. Tiene la misma cualidad inalterable como los dedos del Buda tocando la tierra. Es una estampa, un sello de la Realidad. Tal como una acción en un momento del tiempo, una vez que el momento ha pasado, nunca podrá ser borrado o deshecho.
Viendo y escuchando todo esto, tu mente se vuelve absolutamente tranquila y en calma. Cada momento es una experiencia total, la cual tu sientes completa y profundamente. No carece de nada, está completa como está. Todo es sólo un perfecto reflejo en el espejo de tu mente.
AKSHOBYA Y EL CETRO DEL VAJRA
Ahora que hemos entrado al mándala y hemos llegado frente a frente con Akshobya (Mikyopa en Tibetano), es tiempo de aprender un poco más sobre él. La devoción hacia él apareció temprano en la historia budista y juega un papel central en varios Sutras Mahayana.
En el Sutra Akshobya Vyuha el Buda Shakyamuni describe la historia de Akshobya. Hace años en una tierra llamada Abhirati (regocijo intenso) un Buda llamado Vishalaksha encontró a un monje que quería hacer votos para ganar la iluminación por el bien de todos los seres vivientes. El Buda le advirtió que ésta sería una tarea ardua ya que para lograr su objetivo debería renunciar todos los sentimientos de enojo. En respuesta, el monje tomó una serie de grandes votos; nunca dar paso al enojo o la malicia, o premeditación o mala intención, nunca comprometerse en la más mínima acción inmoral, y muchas otras. Durante eones sostuvo sus votos de manera inalterable (akshobya en Sánscrito) y como resultado llegó a ser un Buda con ese nombre y creó la Tierra Pura o Campo de Buda (Buddhakshetra en Sánscrito).
La Tierra Pura es una palabra que expresa la conciencia iluminada de un Buda. Surge a través de la infinidad de acciones meritorias que ha realizado. Es un mundo en él que existen las condiciones óptimas para progresar rápidamente en el camino a la Iluminación. Muchos seguidores del Mahayana centran su aspiración en renacer en una u otra de las grandes Tierras Puras descritas en los Sutras Mahayana. La Tierra de Akshobya se representa situada al este de nuestro mundo, a una distancia impensable, y como la tierra en la cual él realizó su primer voto, es llamada Abhirati.
La descripción que he dado del reino de Akshobya en la introducción a este capítulo está diseñada para sobresaltar las cualidades con las que se le asocia, en lugar de seguir la descripción tradicional de su Tierra Pura. En el Sutra Akshobya Vyuha, Abhirati se describe como una tierra en la cual los jazmines y palmeras se mecen con el viento creando sonidos celestiales que sobrepasan toda música mundana. Es un mundo en el cuál todos viven en el regocijo del Dharma, abunda la comida y la bebida, no hay enfermedad y sus mujeres son hermosas, y “nunca sufren dolores de menstruación”. Lo más importante de todo, quien quiera que re-nazca ahí logra el estado de no-retorno - ellos alcanzan un estado de desarrollo espiritual en el cual la Budeidad está asegurada.
Tal vez el sutra más conocido en el que aparece Akshobya es “la Perfección de la Sabiduría en 8,000 líneas”. Akshobya es una figura particularmente importante en los Tantras, porque al igual que todos los Budas del mándala, no está solo. Akshobya es la cabeza de una kula o “familia” de figuras espirituales. En su familia se encuentran muchas de las “deidades patrones superiores” (o Yidams como se llaman en Tibetano) del Tantra Supremo. Encontraremos algunas de estas figuras en el capítulo veintidós. Aparte de la mayoría de estos yidams, otras dos figuras, Vajrapani y Vajrasattva, son tan importantes que tienen capítulos propios (ver capítulos catorce y veinte).
La familia espiritual de Akshobya es llamada la familia Vajra. El vajra (en sánscrito, dorje en Tibetano) es el simbólico diamante o trueno diamantino. En el último capítulo encontraremos una muralla de vajras circundando el mándala. Akshobya tiene un solo Vajra, como cetro diamantino, colocado recto hacia arriba en su palma izquierda. Es un emblema de soberanía que tiene Indra, el rey de los dioses en la tradición Indú. Sin embargo, es mucho más que sólo un signo monacal.
El acertijo estudiantil “¿Qué pasa cuando una fuerza irresistible se encuentra con un objeto inamovible?” tiene una respuesta en el Budismo Tántrico. Simplemente funde los dos juntos para formar un vajra.
El vajra tiene todas las cualidades inmutables de un diamante – tan fuerte que nada puede cortarlo ni hacer una impresión en él. Al mismo tiempo es una fuerza irresistible. Es un pariente oriental del trueno empuñado por Zeus y Atenea en la mitología Griega, y del martillo de Thor, el dios de las tormentas en la mitología Nórdica. Es el trueno que puede destrozar cualquier cosa que se cruce en su camino.
Para el Budismo, es la realidad trascendental la que tiene estas inmutables e irresistibles cualidades. Todo lo mundano es mutable y cambiante. Por lo que el vajra se convierte en el símbolo de la realidad y de la sabiduría intuitiva que la conoce. El vajra se presta a sí mismo para nombrar al Budismo Tántrico - el Vajrayana. Esta es la clase de Budismo que tiene el punto de vista de la Realidad Ultima como punto de partida. En casi todos los rituales tántricos el lama sostiene un Vajra en su mano derecha. Muchas de las ofrendas en los rituales tántricos también tienen un prefijo con la palabra “vajra”. Por lo que uno ofrece “Vajra flores” y etc. Todo esto es un recordatorio para ver todo en términos de su naturaleza vacía.
El vajra estilizado utilizado en los rituales tántricos tiene cuatro partes principales. En su centro hay una forma de huevo, representando la unidad primordial de todas las cosas antes de que “caigan” en el dualismo. Emergiendo a cada lado de la forma de huevo hay flores de loto. Con ellas nace el mundo de los opuestos, incluyendo los opuestos de samsara y nirvana, ignorancia e iluminación. De cada una de las protuberancias sale la cabeza de un animal extraño, un makara. Esta es una especie de cocodrilo, cuya naturaleza anfibia indica el encuentro con las alturas de la conciencia y con las profundidades de lo inconsciente. Entonces cada cabo del vajra se ramifica en una serie de puntas. Normalmente hay cuatro en cada lado, las cuales finalmente se reúnen en el tope del vajra. Corriendo verticalmente a través de todo el vajra hay otro cabo. Por tanto, si uno mira el final del vajra, lo que uno ve es un arreglo en forma de mándala, normalmente con cuatro rayos alrededor de un punto central.
Se entiende que una punta del vajra representa las cualidades negativas que nos encadenan a samsara, la otra las cualidades espirituales que nos liberan. El gran logro del Tantra es que su perspectiva es lo suficientemente amplia para unir a las dos. Por lo que el mismo eje corre a través de las dos mándalas. Para el Tantra incluso fuerzas negativas tales como odio o envidia se ven simplemente como la obra pura de la Realidad. Y más allá de eso, sugiere que hay correlaciones entre las cualidades negativas y las de la Iluminación. Re-dirigidas, las energías que están sujetas a la avaricia, orgullo y otros estados no hábiles pueden ser usadas para alimentar nuestra persecución de la Iluminación.
Para darle la mayor fuerza posible a este punto, el Tantra asoció cada aspecto de lo mundano con una cualidad espiritual. Por ejemplo, viendo la tabla de correlaciones verás que Akshobya está asociado no sólo con sabiduría sino también con el amanecer, el agua, y la forma e incluso con el odio, ritos de destrucción y los infiernos.
El Tantra nunca aprobaría el odio dirigido hacia cualquier ser viviente. No obstante, el odio puede ser redirigido y usado para aumentar nuestro desarrollo. Cuando tenemos una experiencia de esta naturaleza, con frecuencia hay una especie de claridad, de fría precisión en la forma en la cuál vemos los errores en las cosas. Es un estado totalmente carente de sentimentalidad o vaguedad. Sólo tenemos que ver cuál es el verdadero enemigo. Una vez que odiamos el sufrimiento y la ignorancia, y estamos determinados a destruirlos, esa energía nos conduce a la Tierra Pura de Akshobya en lugar de llevarnos a los infiernos de la violencia y la desesperación.
Examinar las diferentes correlaciones con cada uno de los cinco Budas, haría este libro muy largo. He señalado algunas de ellas al describir sus reinos, otras puedes verlas y reflexionar sobre ellas en la tabla de correspondencias. Es suficiente que veamos la idea: que para el Tantra todo es un recordatorio, incluso una expresión de la Realidad. El amanecer, el color azul, incluso un vaso con agua, todos pueden traernos a Akshobya a la mente. Cuando ves todo de esta forma, el mundo ordinario de las apariencias empieza a convertirse en la Tierra Pura.
TOCAR LA TIERRA
Ahora que hemos aprendido un poco sobre Akshobya y el Vajra, es el momento de contestar una pregunta. ¿Cómo apareció Akshobya? ¿Cómo es que surgió la tradición de meditar en él? Todas estas figuras de Budas y Bodhisattvas son contactadas a través de la meditación profunda. Al retraerte del mundo de los sentidos, aspectos más profundos de la mente tienen la oportunidad de llegar a ser conscientes. Todo el mándala es una expresión de la Iluminación a través de símbolos. Más específicamente, la tradición de Akshobya tiene dos posibles fuentes dentro de la experiencia meditativa. Estos son el meditar en el Buda histórico y la meditación en la vacuidad. Veremos cada una de ellas a continuación. Ambas nos conducirán profundamente dentro del pensamiento Budista.
¿Cómo surgió el Buda Akshobya de la meditación sobre el Buda histórico? Como veremos, cada uno de los cinco Budas del mándala personifica cualidades que posee Shakyamuni. Es de esperar ya que la esencia de la Iluminación es la misma en todos los tiempos y lugares, todos los Budas tendrán las mismas cualidades espirituales, aunque tal vez las expresen de formas diferentes. En el caso de Akshobya hay una fuerte conexión entre una de sus cualidades y un incidente particular en la vida de Shakyamuni, conocido como el incidente “Llamar a la Diosa Tierra para que sea Testigo”.
Este no es un incidente histórico literal; aparece en la leyenda Budista. Eso no quiere decir que no sea “verdad”, sino que intenta transmitir otro nivel de verdad, más interior. Este incidente pasó en el momento en que el Buda estaba a punto de alcanzar la Iluminación. Dentro de la mente del futuro Buda un drama de proporciones cósmicas se estaba desarrollando. Es el drama psíquico que la leyenda intenta transmitir.
La leyenda describe a Siddhartha sentado bajo su árbol, luchando para lograr la Iluminación a través de la profunda meditación. Su tremendo esfuerzo pronto llamó la atención de Mara. Mara es la personificación en Budismo de todo lo mundano, todo ya sea dentro o fuera de nosotros mismos, lo cual nos ata a la rueda de la existencia condicionada. Su nombre literalmente quiere decir muerte. Lo que menos quería Mara era que alguien escapara de su reino logrando la Iluminación, por lo que lanzó un gran ataque sobre la figura que meditaba. Mandó ejércitos poderosos contra el Buda, enviándole un diluvio de piedras y armas. Continuó meditando tranquilamente y todas las rocas, lanzas, y flechas, tan pronto tocaban el aura de pacífica concentración formada alrededor de él, sólo se convertían en flores que llovían hacia sus pies. Habiendo fallado para hacerle cambiar por la fuerza, Mara envió a sus hijas para que trataran de seducirlo. Pero el Buda ni siquiera las miró. Simplemente continuó su búsqueda interior hacia la libertad.
Después de que estos crudos ataques habían fallado, Mara intentó con un truco. Se dirigió al Buda y le dijo “Estás sentado en el asiento en el cual todos los Budas pasados han alcanzado la Iluminación. ¿Con qué derecho te sientas tú en ese lugar?” La leyenda dice que todos los Budas logran la Iluminación en el mismo sitio, el vajrasana (el asiento del diamante), el cuál es el primer punto en solidificarse fuera del torbellino en el comienzo de la evolución universal, y será el último punto en disolverse y desaparecer al final. En términos de nuestra discusión actual, es como si Mara hubiera dicho “Te has sentado en el mismo centro del mándala. ¿Quién eres tú para atreverte a sentar ahí?” El vajrasana es, probablemente, una pequeña analogía al Asiento Peligroso en la leyenda de Arturo – sólo alguien de absoluta pureza puede reclamarlo como propio sin caer en desventura.
El Buda contestó “he practicado generosidad, disciplina ética, y otras prácticas espirituales durante eones, por tanto he ganado el derecho de sentarme aquí”. Pero Mara fingió no estar satisfecho. Le dijo al Buda “¿Tú puedes decir eso, pero quién es tu testigo?” Si los esfuerzos de los ejércitos de Mara y sus hijas representan las últimas olas de odio y avaricia obrando consigo mismo en la mente del Buda, entonces este incidente sugiere una última y sutil duda propia. Tal vez el Buda mismo apenas podía creer lo que estaba a punto de alcanzar. ¿Por qué él, de entre todos los hombres y las mujeres?
Su respuesta a Mara fue enfática. El no dijo nada. Silenciosamente, con la punta de los dedos de su mano derecha, simplemente tocó la tierra. En respuesta, del suelo frente a él emergió la Diosa Tierra. Ella dijo: “Yo seré su testigo. Lo he visto purificarse a sí mismo durante eones a través de prácticas espirituales”. Esta fue la respuesta del Buda. Con ella, pudo finalmente liberarse de los esfuerzos de Mara para disuadirlo, y continuó su meditación sin obstáculos, al final logró la suprema y perfecta Iluminación.
Fue probablemente a través de la meditación en este incidente de la vida del Buda histórico que budistas yogins y yoginis hicieron contacto con el Buda Akshobya. Contemplando las cualidades que mostró, viéndolas en su mayor eficacia, llegaron a Akshobya. Hay mucho más que tan sólo el hecho de que Akshobya hace el mismo mudra, el mismo gesto expresando una cualidad de Iluminación que hizo Shakyamuni cuando fue retado por Mara. La interconexión y la interrelación de pensamiento y símbolo dentro del mándala, son muy complejos. Vale la pena examinar este incidente y desenvolver los hilos más, para obtener una idea de lo que está involucrado. Al explorar este ejemplo, lograremos una mayor percepción del significado multidimensional del mándala como un todo.
Hemos visto que el Tantra trata de subsumir o incluir toda la existencia condicionada bajo un aspecto u otro del mándala. Incluyendo en ésta están los diferentes niveles posibles de la conciencia del ser humano. Estos aspectos, niveles o formas diferentes de funcionar de la conciencia son conocidos como las vijnanas. Jnana es una palabra en Sánscrito que significa conocimiento o sabiduría. El prefijo “vi” denota separación. Por tanto, vijnana es una conciencia - una forma de conocimiento - la cual ha caído en la dualidad, que tiene experiencia de sí misma como un sujeto separado de un “mundo objetivo” el cual percibe.
En el sistema Yogachara del pensamiento Budista, normalmente se enumeran ocho vijnanas (como en el último capítulo en donde las vimos asociadas con ocho comentarios del mándala). En el Tantra cada uno de estos era atribuido a uno de los cinco Budas. En este sistema, Akshobya está asociado con la “alaya vijnana relativa”. Esta “alaya relativa” tiene una función muy importante, la cual está relacionada con un problema en la filosofía Budista. Central a todos los aspectos del Budismo está la idea de que acciones tienen consecuencias. Acciones hábiles basadas en estados mentales como amor, sabiduría, o tranquilidad tienen como resultado futuras experiencias placenteras. Acciones no hábiles basadas en avaricia, odio o ignorancia, conducen al sufrimiento. Esta es la ley budista del karma .
Sin embargo los pensadores Budistas se enfrentan con un problema. ¿Cómo es que una causa, tal como una volición hábil basada en generosidad en el presente, puede traernos un efecto placentero en el futuro? ¿Qué es lo que une a las dos a través del tiempo? Explorando la mente en meditación los Yogacharins concluyeron que todas nuestras acciones y estados mentales dejan una huella a un nivel profundo en la mente. Estas huellas son como semillas (en Sánscrito bija) que un día llegan a dar fruto cuando las condiciones son correctas. Así que ninguno de nuestros pensamientos o acciones jamás se pierden; son preservados en un profundo nivel de la conciencia conocido como “alaya relativa”. La palabra alaya, ya hemos visto significa almacén; incluso puede denotar un granero.
Ahora estamos en la postura para ver una conexión más profunda entre el incidente de Shakyamuni llamando a la Diosa Tierra y el Buda Akshobya. Cuando le contestó a Mara tocando la tierra, Shakyamuni está señalando el hecho de que él está listo para lograr la Iluminación porque las semillas de todas las acciones positivas que ha realizado durante eones en el camino espiritual ahora van a fructificar.
Llama como su testigo a la Diosa Tierra, quien surge de las profundidades de su conciencia. La tierra fielmente preserva todas las marcas de todo lo que ha pasado sobre ella. Pasando por sus estratos puedes reconstruir su historia. Cada acción ha tenido su efecto. La tierra es un testigo mudo de las vidas y las luchas de todos los seres humanos. Lleva las cicatrices de su construcción y destrucción. Alberga el polvo cuando el día ha terminado. La Diosa Tierra es un símbolo de la “alaya vijnana”.
Todo esto se vuelve más claro si leemos el propio relato del Buda en el Canon Pali sobre lo que le pasó mientras estaba sentado bajo el árbol bodhi. Primero, dice, entró en concentración meditativa. Esto corresponde a sobreponerse a las fuerzas de Mara. En dhyana, como se le llama a la concentración meditativa, vas más allá de las crudas fuerzas de atracción y repulsión dentro de un estado de profunda calma. Después de esto, como vimos en el primer capítulo, fluyendo en su mente, llegaron recuerdos de vidas previas. Recordó interminables nacimientos con detalles de la forma como había vivido y como había muerto en cada uno de ellos y tomado luego un nuevo renacer en algún otro sitio. Esta descripción psicológica es, seguramente, lo que la leyenda del Buda llamando a la Diosa Tierra para ser testigo, está expresando en el lenguaje más rico del mito.
Ahora podemos ver más claramente cómo el simbolismo de Akshobya está estrechamente conectado con este aspecto histórico en la experiencia de la Iluminación del Buda. Al llegar tan lejos, empiezo a preguntarme sobre el simbolismo de los animales den Akshobya. ¿Es realmente una coincidencia que las “bestias reales” del reino del este sean elefantes, quienes se dice que “nunca olvidan”? Aunque tal vez eso sólo sea un chiste de la naturaleza, lo que sí es cierto es que aún tenemos que dar un paso más para descubrir el significado del mudra Tocando la Tierra.
LA SABIDURÍA COMO UN ESPEJO
Para hacer esto, necesitamos considerar el simbolismo de los elementos en relación con Akshobya. Con esta cualidad inmutable e inamovible, sentado en su trono de elefante, tocando la tierra, entonces podrías asumir con confianza que su elemento es la tierra. No obstante, es el agua. Después de que has estado contemplando el mándala de los cinco Budas por un tiempo, esto no te sorprendería. Como sugerí en el primer capítulo, el mándala posee una unidad orgánica que va más profundo que lo racional. Tratar de que embonen todas las conexiones en un esquema lógico es como tratar de meter a un gran elefante en una caja un poco más pequeña que él. Siempre hay una alguna parte que no entra bien.
Sin embargo, hay una explicación racional para la asociación de Akshobya con el agua. Esto nos conduce a la cualidad más importante de los cinco Budas. Cada uno de ellos personifica una “Sabiduría” (en Sánscrito jnana) - una forma Iluminada de ver. Este es su primer mensaje. Al meditar en ellos, lo que en realidad estamos tratando de hacer es darnos cuenta de la Sabiduría que es su esencia natural.
La Sabiduría especial que encontramos en el este, a través de meditar en Akshobya, es la Sabiduría Como un Espejo. Con esta sabiduría vemos todo tal cual es, imparcialmente, sin estar afectado. Sostén una rosa o una daga sangrienta frente a un espejo. El espejo reflejará ambos tal cual son, no hará juicios entre los dos rojos, queriendo mantener el primero y escapar del segundo. La realidad es sólo nuestra experiencia sin ideas añadidas. La mente refleja todo perfectamente, pero no está manchada por ello. Así como las aguas quietas de una bahía pueden reflejar perfectamente una balsa o un palacio, sin sentir ninguna necesidad de escoger a uno por encima del otro. Es esta capacidad del agua de actuar como un espejo lo que la hace particularmente apropiada para Akshobya.
Vimos, al considerar el vajra, que Akshobya abarca ambos mundos, samsara y nirvana, los cuales, después de todo, son el mismo mundo visto con diferentes grados de claridad. Por tanto él está asociado con la alaya vijnana relativa en estados puros e impuros. Antes de lograr la iluminación uno se aferra a "objetos externos", reaccionando a veces positivamente, y a veces negativamente. Todo el tiempo, por tanto, ponemos semillas frescas dentro de la alaya vijnana relativa. Creamos karma nuevo para hacer que la rueda del nacimiento y la muerte gire hacia el futuro. Hasta lograr la Iluminación la alaya relativa es el nivel mas profundo de la mente, del cual podemos llegar a ser directamente conscientes (incluso eso requiere una gran concentración en meditación). Sin embargo, cuando penetramos en la Realidad misma, contactamos la alaya absoluta, “la conciencia inmaculada”, más allá del espacio y del tiempo. Más allá de condiciones, la cual no conoce el sufrimiento.
El contacto con la Realidad tiene un efecto muy profundo en la mente, y precipita una total reorganización dentro de ella. Hasta ahora, sutil o fuertemente hemos estado bajo la influencia de la conciencia de nuestros sentidos, atrapados en la lucha por sobrevivir en el mundo. Ahora todo cambia, y ocurre lo que en el Yogachara es llamado el paravitti - el “giro en el asiento más profundo de la conciencia”. De ahora en adelante nuestro centro psíquico de gravedad es la alaya absoluta. El contacto con la alaya absoluta nos cura de la ilusión de que vivimos en un mundo de dualidad, apartados del mundo externo. Con el paravitti percibimos que todo es producto de la “mente única”. (Esto es de acuerdo al punto de vista de la escuela Yogachara, la cual también fue conocida como Chittamata o “sólo mente”).
El darnos cuenta de que la dualidad es un sueño afecta la alaya vijnana relativa. Cambia de ser una vi-jnana (operando desde la ilusión de sujeto-objeto) y se convierte sólo en jnana –una sabiduría no-dual. Específicamente se transforma en la “Sabiduría Como Un Espejo” de Akshobya. Una persona iluminada continúa actuando pero él o ella ya no crea karma. El karma surge de la acción de un sujeto sobre un objeto. Viéndolo crudamente, tú empujas al universo y tarde o temprano el universo te empuja de regreso, pero cuando conceptos como “tú” y “el mundo” han desaparecido, sólo queda una perfecta danza, sin entidades separadas rozándose una con la otra, no hay fricción.
Ninguno de los reflejos en el espejo se adhiere a él, ninguno es repelido por él. El espejo nunca reactúa, no reacciona, siempre se queda imperturbable, inmutable. Alcanzar este nivel de práctica en el cuál no se produce Karma nuevo, serenamente permitiendo al drama de la vida y la muerte jugar su papel por última vez, has entrado a la tierra pura de Akshobya.
MEDITACIÓN EN LA VACIEDAD
Por ultimo, necesitamos ver brevemente otro posible significado al encuentro con Akshobya. Este es a través de la meditación en shunyata. Como hemos visto, este término, central al Budismo Mahayana y al Budismo Vajrayana, significa vacuidad. La esencia natural de todo es shunyata. Cuando leemos algunos viejos libros sobre el Budismo Mahayana en los cuales el término es explicado pobremente, algunas personas tienen la impresión de que esta “vacuidad” es una especie de nada. Dan la idea de que el Budismo es nihilista, y que shunyata es un tipo de agujero negro al centro de su filosofía, extrayendo la vida y el color a todo. Nada podría estar más lejos de la verdad.
Shunyata, esencialmente, es la negación de la idea de que alguna vez podamos capturar nuestra experiencia en palabras y conceptos. Fuertemente pegamos etiquetas a efímeras experiencias. Yo me llamo “Vessantara” a través de lo grueso y lo delgado, a pesar de todas las variaciones en mis estados físicos y emocionales, todas las altas y bajas de mi conciencia. Me acostumbro tanto a ser Vessantara que llego a pretender que representa una realidad fija, la cual se queda permanentemente atrás del flujo de mi experiencia. El Budismo niega la existencia de alguna entidad fija sin cambios, que permanece atrás de la experiencia. Todo es shunyata, exenta de una naturaleza fija. Como vimos en el tercer capítulo, lejos de ser negativo, este aspecto de la realidad hace posible un desarrollo infinito.
La comprensión de shunyata pone todo en la perspectiva adecuada. Vemos que las cosas a las que tememos y de las que deseamos son todas pasajeras e insustanciales, como reflejos en un espejo. Entonces podemos dejarlas ir y venir, sin preocuparnos. La transición al mundo de shunyata llega cuando empezamos a creer en nuestra experiencia directa más que en nuestros conceptos acerca del mundo. Nuestros conceptos están fijos y rígidos. Muy a menudo tratamos de distorsionar o negar nuestra experiencia, para que quepa en la Cama de Procusto de nuestras ideas sobre el mundo. A través de ello nos sujetamos a nosotros mismos, y nos causamos interminables frustraciones.
Por tanto, cuando meditamos en shunyata, podemos llegar a la experiencia con Akshobya. Aunque cada uno de los cinco Jinas (Budas) está asociado con un aspecto de sabiduría, Akshobya es particularmente quien representa la sabiduría en general. Por lo que meditar en shunyata es entrar al mándala por la puerta de cristal del este. Ahí vemos la figura de azul profundo del Buda inmutable, sosteniendo el cetro diamantino de la realidad el cuál hace pedazos todas nuestras ideas y conceptos sobre ella. Al mismo tiempo que la punta de los dedos de su mano derecha tocan la tierra, la tierra de experiencia directa, la cual es la única cosa en la que cualquiera de nosotros puede finalmente apoyarse.