martes, 31 de julio de 2007

TARA VERDE...





Esa mentalidad de temor:




Ha de ser puesta en la cuna de la benevolenciaY amamantada con la leche profunda y brillante de la indudabilidad eterna.En la sombra fresca de la intrepidezAbanicada con el abanico de felicidad y gozo.A medida que vaya creciendoCon diversos despliegues de fenómenos,Conducidla al patio de recreo autoconsciente.Cuando sea mayor,Para impulsar la confianza primordial,Llevadla al campo de tiro al arco de los guerreros.Cando sea aún mayor,Para despertar la naturaleza de sí primordial,Dejadle ver la sociedad de los hombresque posee belleza y dignidad,Entonces esa mente temerosaPodrá convertirse en la mente del guerrero,Y esa confianza eternamente juvenilExtenderse por el espacio sin principio ni fin.En ese momento verá el Sol del Gran Este.

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