LOS OCHO VERSOS PARA TRANSFORMAR EL PENSAMIENTO:
1) Con el pensamiento de obtener la Iluminación para beneficiar a todos los seres, practicaré constantemente considerando a todos los seres como lo más querido, como algo más valioso que la Joya que satisface todos los deseos.
2) Dondequiera que vaya y estando en compañía de otros, practicaré considerándome a mí mismo como el más inferior de todos y, desde lo más profundo de mi corazón, tendré a los demás como lo más supremo.
3) En todas mis acciones examinaré mi mente y, tan pronto como surja un pensamiento descontrolado, inmediatamente lo afrontaré y lo eliminaré firmemente, ya que me pone en peligro a mí y a los demás.
4) Cuando me encuentre con seres perversos, oprimidos por el peso de su falta de virtud y su sufrimiento, los consideraré como lo más querido, como si se tratase de un preciado tesoro, ya que estos seres son muy difíciles de encontrar.
5) Cuando por envidia otros me maltraten ofendiéndome, difamándome y despreciándome, practicaré aceptando mi derrota y ofreciéndoles la victoria a los demás.
6) Cuando alguien a quien he beneficiado y en quien he depositado una gran confianza, me maltrate y dañe, practicaré considerándolo como mi supremo maestro.
7) En resumen, ofreceré tanto directa como indirectamente, todo el beneficio y la felicidad a todos los seres sintientes. Todos ellos han sido alguna vez mi madre o amigo en vidas pasadas. Practicaré secretamente, tomando sobre mí todas sus acciones nocivas y sus sufrimientos.
8) Percibiendo todos los fenómenos como ilusorios, mantendré estas prácticas incontaminadas por los 8 pensamientos mundanos, y sin aferramiento, liberaré a todos los seres de la esclavitud de sus perturbadas mentes incontroladas y del karma.
Notas:
Los Ocho Versos nos ayudan a adiestrar la mente, eliminar nuestra mente egoísta y transformarla en una mente altruista, que ve a los demás como lo más importante, la única fuente de nuestra propia felicidad. Todo lo que hemos conseguido en esta vida y en otras se lo debemos a la amabilidad de los demás. Se trata de que el amor y la compasión reales se pueden adquirir por entrenamiento.
1) Significa que los demás son la fuente de todo lo bueno nuestro en esta y otras vidas. Es para desarrollar la compasión, que es el deseo de liberar a todos los seres del sufrimiento y de sus causas; desarrollar el amor, que es el deseo de que todos los seres tengan la felicidad y sus causas; y desarrollar la ecuanimidad, que es alejarse del vaivén del amor y odio que se da si sólo tenemos intereses personales.
2) Es para eliminar el orgullo y la arrogancia, un gran obstáculo para aprender de los otros. Con ello eliminamos el ansia.
3) El origen del sufrimiento es la idea falsa de algo, para anular las ideas falsas hay que usar la atención a nosotros y a todos los seres.
4) Se trata de que estamos acostumbrados a posicionarnos como superiores y mejores ante los enfermos y feos, que son considerados seres de segundo orden. Hay que usar la técnica de cambiarse por ellos para aprender y usar el tong leng para romper el apego a la idea de nosotros.
5) La envidia es un juicio injusto. Se considera al otro como inmerecedor de su felicidad por ser menos importante que nosotros. Este verso recomienda no meterse en esos juicios.
6) Este verso se refiere a la práctica de la paciencia, ya que los maestros sólo dan enseñanzas teóricas. Los enemigos son una oportunidad para practicar de verdad con las pasiones. No obstante, se recomienda dejar claro, sin malos modos, que es algo malo y no se debe repetir.
7) Este verso enfatiza la utilidad del tong leng y recordar que todos los fenómenos son interdependientes.
8) Si la práctica del Dharma está contaminada por los ocho pensamientos mundanos, entonces no funciona. Los ocho pensamientos mundanos son: placer y dolor, buena y mala reputación, alabanzas y culpas, ganancias y pérdidas...
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