domingo, 7 de octubre de 2007

La vida de Naropa. Parte I. La Búsqueda de Tilopa.



La vida de Naropa.
Parte I. La Búsqueda de TilopaPor: Khenpo Chodrak
Naropa fue un erudito del siglo X. Existen diferentes opiniones en cuanto al lugar de su nacimiento, algunos biógrafos dicen que nació en Bangladesh, pero de acuerdo a Marpa, uno de sus principales discípulos, nació en Lahore, India. Su familia fue muy poderosa y rica, en esa época era común que la gente que trabajaba para esas familias, se refirieran al amo como rey, por tal motivo algunos biógrafos sostienen que Naropa fue un príncipe.

La Infancia y el Matrimonio de Naropa
En la primera parte de su vida, el joven Naropa estudiaba de acuerdo a la tradición Brahmín, pero probablemente su padre era Budista, ya que Naropa recibió un entrenamiento Budista en el hogar. Un día Naropa pidió permiso para tomar la ordenación de monje y su padre la Rechazó.
Buscando el permiso de su padre, Naropa dijo: "Si no puedo convertirme en monje, quiero casarme con una muchacha que venga de una familia Brahmín, que sea Hindú, amorosa y compasiva. Debe ser rubia y su nombre: Sangmo." Además, agregó que debía tener 16 años de edad.
Su padre pensó que nunca podría encontrar a una muchacha como la descrita y consultó con un amigo. El amigo le dijo que no se preocupara, que la India era un país grande y que debería ser posible encontrar a la muchacha en alguna parte.
El amigo comenzó la búsqueda en todas partes y un día vio un grupo de muchachas que recogían flores. En esos tiempos, recoger flores significaba que se estaba preparando una ofrenda a los dioses o deidades, lo cual indicaba que eran Hindúes. Comenzó a llover y todas las muchachas se levantaron. Tenían que cruzar un río y para hacerlo levantaban sus faldas, una de ellas no lo hizo y simplemente caminó a través del agua, por este hecho, el amigo se dio cuenta de que ella era diferente a las otras. En el otro lado del río estaba un mendigo sentado en el camino y la muchacha le dio un poco de comida, también vio que era rubia. Fue y le preguntó de cual familia venía y ella dijo que venía de una familia Brahmín, que su nombre era Sangmo y que tenía 16 años.
El amigo, muy feliz, regresó para dar la buena noticia. El padre de Naropa, lleno de gozo, le dijo a Naropa que la muchacha había sido encontrada y que la invitarían a venir. Una delegación fue enviada a los padres de la muchacha para pedir su mano como esposa de Naropa. La delegación llevó cien elefantes cargando toda clase de regalos: plata, oro, cualquier cosa preciosa. En esta forma ella se casó con Naropa.
Naropa fue jefe de familia hasta los 25 años, hasta que él y su esposa estuvieron de acuerdo en que ambos debían ordenarse. Entonces, Naropa se fue a la Universidad de Nalanda.
La Universidad de Nalanda
En Nalanda, Naropa estudió filosofía Budista (Sutra y Tantra), convirtiéndose en un gran erudito. En esos tiempos existía la tradición de que eruditos de otras religiones (ej: la religión Hindú) retaban a los eruditos Budistas a debatir, quien ganara el debate se convertía en el maestro del perdedor y de sus estudiantes. En consecuencia, era esencial que los debatientes conocieran los tópicos muy bien. En toda la India era de ésta manera y si un erudito no estaba calificado, significaba un gran riesgo.
Por esta razón, se seleccionaban los cuatro mejores eruditos de la Universidad de Nalanda para los debates. Cada uno era responsable de una de las cuatro puertas de la universidad ubicadas en las cuatro direcciones. Naropa fue un gran erudito de la puerta norte que ganó muchos debates, enseñó, adquirió discípulos y llegó a convencerse él mismo de su gran erudicción.
Un día cuando estaba sentado leyendo sus textos, una sombra cayó de repente del libro. Naropa volvió el rostro y encontró una mujer extremadamente vieja y fea, que le preguntó: "¿Qué estás estudiando? ¿Qué estás leyendo?". Él respondió: "Estoy estudiando el Guhya-Samaja Tantra,". Ella dijo: "¿Me puedes leer las palabras?". Naropa contesto: "Si", y empezó a recitar el texto.
Al oír el texto, la mujer se puso tan feliz que saltó alrededor y comenzó a bailar. Naropa pensó: "Esta mujer se puso muy feliz cuando le dije que podía leer, también debería decirle que yo entiendo." Y él dijo: "También, entiendo el significado".
En este momento, la mujer se puso muy triste y comenzó a llorar. Naropa dijo: "Estabas muy feliz de que pudiera leer, pero ahora estás muy triste porque dije que entendía el significado, ¿por qué?" Ella contestó: "Estoy triste porque un gran erudito como tu está mintiendo, esto es muy triste. Hoy en día, en todo el mundo, no existe alguien, excepto mi hermano, que entienda el significado de las palabras." Naropa le pregunto quien era su hermano y donde vivía. Ella contestó: "Mi hermano es Tilo Sherab Sangpo, es incierto donde vive, pero si quieres conocerlo, yo te ayudaré."
Al oír el nombre de Tilopa, Naropa sintió una gran devoción que jamás había experimentado. El único pensamiento que tenía en su mente era encontrar a Tilopa, quería ir inmediatamente y verlo.
Después de este suceso, regresó a la universidad y pidió permiso para irse a conocer a Tilopa. Todos los eruditos de la Universidad de Nalanda le suplicaron que no se fuera y por tres meses no pudo marcharse. En sus sueños aparecieron muchos signos que le decían que debería irse y finalmente, dijo que lo sentía pero que se iría sin importar quien le pidiera que se quedara, aceptó terminar las enseñanzas que había comenzado, pero no iniciaría ninguna nueva.
La Búsqueda de Tilopa y las 12 Penalidades Menores
Naropa dejó la Universidad de Nalanda para ir en busca de Tilopa. Recibió una profecía que le indicaba que debería meditar en Chakrasamvara y que al completar esta meditación obtendría indicaciones del lugar donde encontraría a Tilopa.
Fue a un cementerio en el sur de la India donde meditó por seis meses en Chakrasamvara. Finalmente, recibió una profecía por parte de unas dakinis en la que le decían que para conocer a Tilopa debía ir al este. Soportando muchas penalidades viajó al este, pero no encontró a Tilopa. Cuando estaba a punto de renunciar porque todo era muy difícil y ya no tenía más fuerzas, escuchó una voz que le decía que la pereza y la flojera son trabajo de los demonios. Solamente si abandonaba la flojera, conocería a Tilopa y lograría la iluminación.
Desde este momento en adelante, todos los eventos y todo lo dicho en relación con la vida de Naropa son enseñanzas acerca del camino hacia la iluminación. Estas enseñanzas describen exactamente lo que Tilopa enseñó a Naropa y lo que es necesario para que cualquiera alcance la iluminación. El primer paso es dejar la flojera, porque de otra forma uno no tendrá chance de alcanzar la iluminación; no hay iluminación en combinación con la flojera. Naropa abandonó la flojera y fue muy diligente, continuó su camino y oraba a Tilopa día y noche.
No mucho tiempo después de esto, Naropa llegó a un camino muy estrecho con una roca y un río a cada lado. Tendida en el camino, encontró a una mujer enferma que tenía la lepra tan avanzada que sus pies y sus manos estaban a punto de desaparecer, por todas partes tenía heridas infectadas con sangre y pus. Ella estaba bloqueando el camino y al ver a Naropa dijo: "Lo lamento pero no puedo quitarme, tendrás que moverme, caminar sobre mí o tomar otro camino." No había nada que él pudiera hacer, por lo que tapo su nariz, miró hacia otra parte porque le disgustaba verla y la saltó. Inmediatamente, ella desapareció y una voz que provenía del cielo dijo: "Si uno practica el camino Mahayana, uno debe tener amor y compasión. Si no se tiene amor y compasión, no se practica el camino Mahayana, no será posible obtener resultados de ese camino y uno nunca podrá encontrar a su maestro. Todos los seres con conciencia son como nuestros propios padres y por esto para practicar el Mahayana uno no puede excluir a ningún ser con conciencia por simple y pequeño que sea." Naropa, luego de esto, continuó desarrollando su Boddichitta y trató de incrementar su amor y compasión.
Naropa siguió hacia el este, llegó a un río donde se encontró con un furioso perro con heridas llenas de gusanos, era agresivo y ladraba a Naropa con rabia. Naropa trató de enviar al perro lejos pero no se movió. A lo último saltó al perro porque quería continuar buscando a Tilopa. Inmediatamente una voz le dijo: "Si uno no entiende que todos los seres del mundo, de los seis reinos de existencia, han sido nuestros padres en este o en otro momento, entonces uno nunca podrá conocer a un buen maestro, ni siquiera a uno malo." Todos estos eventos eran enseñanzas de Tilopa.
La siguiente persona que encontró Naropa estaba llevando una carga muy pesada. Naropa le preguntó si conocía a Tilopa y su paradero. El hombre le informó que tenía que ir al otro lado de la montaña donde encontraría a alguien que podría responder esa pregunta. Esa persona estaría cortando y aplastando las cabezas de sus padres contra unas rocas. Naropa fue adonde le habían indicado y encontró al hombre ocupado aplastando las cabezas y le preguntó acerca de Tilopa. El hombre dijo que conocía donde estaba Tilopa, pero que sólo podría darle la información si Naropa aplastaba algunas cabezas. Naropa pensó: "Soy un monje, un pandit y provengo de una casta muy alta, ¿cómo podría aplastar la cabeza de alguien?" Al pensar esto, todo desapareció y de nuevo escuchó una voz proveniente del cielo que le decía que para obtener cualquier clase de realización tenía que abandonar el aferramiento a su ego y a su orgullo. Sin el entendimiento de que aquello no era real en sí mismo, de que no hay un individuo real, nunca podría lograr ninguna realización. En este punto Naropa comprendió que todo el tiempo, cuando se había encontrado a alguien, había una lección que aprender, y se prometió a sí mismo que desde ese instante en adelante trataría de aprenderla.
Naropa continuó su camino y se topó con dos personas que habían capturado a una tercera a la que habían atado y cortado su estomago, sus intestinos se estaban derramando y él estaba gritando. Naropa fue hacia ellos y les preguntó si conocían a Tilopa. Uno de los hombres le dijo que sí lo conocían, pero que para darle la información primero tenía que cortar los intestinos del hombre capturado. Naropa no pudo aguantar el dolor de la persona y rechazó cortar los intestinos. Las personas se desvanecieron y una voz le dijo que toda la raíz del Samsara es el apego, los conceptos arraigados y el asirse a la noción de un yo real, lo cual debería dejar ir. Tilopa estaba confrontando a Naropa con algunas situaciones muy extremas para darle enseñanzas muy directas. Abandonar pequeños apegos y pequeñas emociones perturbadoras no es tan difícil, pero en situaciones muy extremas uno debe ser capaz de mantener la mente clara sin caer en ninguna clase de reacciones, y esto es muy difícil.
Naropa llegó a un lugar donde vio una escena muy terrible de una persona derramando agua caliente dentro del estomago abierto de otra persona, la sangre fluía y la víctima estaba gritando. Naropa preguntó si sabían donde estaba Tilopa y para obtener la respuesta primero tenía que derramar más agua en el estomago y nuevamente no lo pudo hacer. Al desvanecerse las personas, le fue dicho por la voz que venía del cielo que las enseñanzas de los lamas son como el fluir del agua y que ellas debían ser usadas para purificar las impurezas de la propia mente, y que esto no puede ser logrado purificando alguna cosa en el exterior. En ese momento la impureza que él tenía que purificar en su mente era el aferramiento al concepto de él mismo como monje.
Naropa prosiguió y llegó a un hermoso pueblo donde un rey, que sabía sobre Tilopa, le pidió que se quedara en el palacio por un tiempo antes de darle alguna respuesta. Naropa aceptó y estuvo allí por un largo tiempo, haciendo oraciones por el bienestar de la familia y viviendo en condiciones muy confortables. Un día, el rey le pidió que se casara con su hija. Como monje, Naropa rechazó. El rey insistió y finalmente se sintió muy trastornado por los rechazos y golpeó a Naropa, éste sintió mucha rabia y odio y empezó a realizar la recitación de Chakrasamvara para hacer magia negra en contra del rey. Justo cuando comenzó la recitación todo el pueblo desapareció y sólo quedó la arena. La enseñanza de esto fue que uno debe abandonar el deseo y la ira, de otra forma no será posible encontrar a un maestro y sin un maestro, la liberación no es posible. Naropa había demostrado su deseo al quedarse en el pueblo por tanto tiempo, y su ira al sentir rabia cuando fue golpeado. Una vez más él no había entendido que aquello no era real y le fue enseñado que debería entender la naturaleza irreal, como sueño, de todo. Cualquier cosa que uno experimenta es creada por nuestras propias emociones de deseo e ira, éstas crean el mundo que nosotros experimentamos, el cual no tiene una esencia verdadera ni real, desde un tiempo sin comienzo nunca ha existido.
A partir de entonces, Naropa estuvo convencido de que era Tilopa a quien había conocido todo el tiempo. Orando a Tilopa, continuó viajando al este hasta que finalmente llegó a un gran bosque donde había una estampida de venados perseguida por perros ladrando y un cazador. Naropa le pregunto al cazador sí conocía a Tilopa y dónde podría encontrarlo. El hombre respondió: "sí lo conozco, pero primero tu tienes que matar uno de estos antílopes." Naropa todavía tenía algunas dudas en su mente porque era un monje y se suponía que no debía matar a ningún ser vivo. En ese momento los antílopes y los perros desaparecieron y el cazador le dijo que tenía que dominar el aferramiento a su sí mismo. Tal como una flecha mata a un venado, su entendimiento debía ponerle fin al aferramiento a la idea de un yo, debía liberarse a sí mismo de cualquier duda; mientras tuviera alguna duda, no le sería posible conocer a su maestro.
Naropa llegó a un lago donde conoció a una pareja de viejos y les preguntó sobre Tilopa y donde podría encontrarlo. Ellos dijeron que lo conocían pero que primero lo invitarían a comer en casa. La esposa estaba preparando la comida, poniendo ranas y peces vivos en agua hirviendo y le ofrecieron esta sopa a Naropa, viendo a los animales ser hervidos, tuvo dudas de si un monje podría comer eso. Además, como monje, él no debía comer en la noche. Entonces el esposo le dijo a su señora: " Este hombre está siguiendo la pequeña escuela del Buddhismo, el Theravada, por lo que no le está permitido comer en la noche." Tomó las ranas y los peces y los tiró al aire donde se disolvieron en arcoiris. El viejo le dijo a Naropa que mientras tuviera el más mínimo concepto del pequeño camino en su mente, no encontraría a su Lama. Antes de desaparecer, le dijo que encontraría a alguien matando a sus propios padres al día siguiente, esta vez él estaba preparado y determinado a hacer cualquier cosa que se le pidiera para así encontrar a Tilopa.
Al día siguiente encontró a una persona matando a su padre con un tridente y cavando un agujero en la tierra para enterrar a su madre viva. Los padres gritaban a Naropa: "Por favor, ayúdanos. Nosotros hemos sido bondadosos con nuestros hijos y ahora él quiere matarnos. Por favor, ¡ayúdanos!" Nuevamente, Naropa preguntó por Tilopa. El hombre sabía sobre él pero quería que Naropa lo ayudara a enterrar a su madre primero. Los gritos y las plegarias de los padres fueron demasiado para Naropa; él todavía tenía algunas pequeñas dudas en su mente. Inmediatamente los padres desaparecieron y el hombre le enseñó que tenía que disolver cualquier clase de concepto dual y cualquier clase de aferramiento a objeto y sujeto. Este hombre le dijo a Naropa que al siguiente día debería ir mendigando limosnas.
Naropa pensó que esto significaba que encontraría a un monje mendigante que podría ayudarlo a encontrar a Tilopa. Por lo tanto fue a un monasterio y cuando llegó encontró a unos pocos monjes. Uno de ellos viviendo en el monasterio conocía a Naropa de antes y los otros habían oído sobre él porque fue un famoso erudito de Nalanda, por lo cual lo invitaron a entrar. Otra vez, preguntó si habían escuchado sobre Tilopa y donde podría encontrarlo. Ellos nunca habían escuchado sobre este gran maestro, pero sabían sobre un pobre pordiosero llamado Tilopa. Naropa estaba seguro que conocería a su maestro. Con algunos monjes del monasterio, fue a un lugar donde un hombre estaba sentado en la tierra, algunas veces tomaba una rana, la tiraba en el fuego y se la comía. Como Naropa estaba convencido que este era Tilopa, su maestro, y comenzó a postrarse enfrente de él y le pregunto si podía ser su discípulo. El hombre acepto, tomo un puñado de piojos de su cuerpo, se lo dio a Naropa, le dijo que tenía que abandonar todo concepto y después le pidió que echara los piojos al fuego. Los monjes del monasterio estaban viéndolo y por eso Naropa dudaba. El pordiosero entonces le dijo que si el no quemaba los 51 eventos mentales que aparecen en la mente funcionando en su nivel ordinario, el no podría encontrar al lama correcto.
Naropa continuó su jornada y al día siguiente llegó a un lugar muy extraño con mucha gente que no parecían personas ordinarias ni normales. Una persona hablaba sin lengua; otra era sorda pero podía oír sonidos; un hombre ciego que estaba observando; alguien caminando sin piernas y algunos cadáveres estaban bailando. Había toda clase de apariciones sobrenaturales que ligeramente lo habían distraído. De pronto, comprendió que estaba distraído y que debería concentrase en encontrar a Tilopa. En el momento que comprendió esto, todo desapareció y le fue dicho que la manera como estaba buscando a su lama no era correcta. "El lama que tu quieres encontrar es un ser realizado, para encontrarlo tienes que concentrar tu mente en él. En cualquier momento que lo hagas, él estará allí. Ahora, estabas viendo éstas extrañas apariciones y te distrajiste." "Estos extraños seres que estabas viendo simbolizan que no existe un objeto o sujeto real. El hombre ciego observando simboliza que si quieres entender la naturaleza de la mente, el Mahamudra, debes comprender que no hay alguien mirando algo, debes ir más allá de la idea de alguien mirando algo. La persona hablando sin lengua y el sordo escuchando sonidos simbolizaban la realización que nunca puede ser expresada con palabras. El hombre caminando sin piernas simbolizaba que la naturaleza de la mente está más allá del ir y venir, que no viene de ninguna parte y tampoco va a ninguna parte. Los cadáveres bailando simbolizaban que debes liberarte a ti mismo de la idea de un objeto percibido y de una mente que percibe."
Naropa comprendió que esto había sido una creación de su lama y que él no había entendido realmente que estaba sucediendo, se sintió triste y lamentando no poder entender esto, decidió que desde es momento en adelante tenía que quedarse en ese lugar y meditar. Así lo hizo, pero como no había conocido todavía a su maestro, perdió todo valor, pensó que no podría conocer a Tilopa en esta vida y planeado suicidarse, decidió hacer muy fuertes deseos de poder conocerlo en su siguiente vida. Tomó un cuchillo y lo puso en su garganta, pero en ese momento, un hombre azulado con ojos rojos apareció enfrente de él. Comprendiendo quien era y lleno de devoción se abrió a Tilopa y le preguntó porque no había aparecido antes y por qué no le había sido posible verlo. Tilopa dijo a Naropa que desde el primer momento cuando comenzó a buscarlo siempre había estado con él. Cualquier persona que había encontrado en el camino era el mismo Tilopa. Solamente los oscurecimientos de la mente de Naropa le habían impedido ver a su maestro. Ahora, libre de oscurecimientos, era capaz de ver a Tilopa.