sábado, 4 de agosto de 2007

¿Qué es el Budismo Ch’an?...



¿Qué es el Budismo Ch’an?

El Ch’an es una tradición budista que se originó en China, la cual luego fue transmitida a Japón, donde llegó a ser conocida como Zen, el nombre con el cual estamos mas familiarizados los occidentales. La meta de ambas, el Ch’an y el Zen, es la comprensión de nuestra verdadera naturaleza y la manifestación de ésta en nuestros pensamientos, palabras y acciones cotidianos.
¿Qué es nuestra verdadera naturaleza? No es nada menos que despertar y comprender que somos Buddhas por naturaleza, la personificación de la sabiduría y la gran compasión.
El Maestro fundador de nuestra orden, el Venerable Maestro Hsing Yun, Maestro y cuadragésimo octavo Patriarca del linaje Lin-Chi de Ch’an (la escuela japonesa Rinzai), dice acerca de éste: “Ch’an es la forma abreviada de la transliteración china del término sánscrito dhyana; el cual significa contemplación tranquila. Pero describir el Ch’an no es una tarea fácil, porque el Ch’an no es algo que pueda ser expresado con palabras, tanto escritas como dichas. El lenguaje que utilizamos actualmente no puede relacionarnos con el verdadero espíritu del Ch’an, el cual está más allá de las palabras. Sin embargo, el Ch’an no puede ser dejado sin expresar.
Ch’an es vida. Al ser la vida complementada con el sabor del Ch’an, el significado de ésta podrá ser comprendido más claramente. Como dijo un poeta:
‘La luna fuera de la ventana siempre es la misma, pero luce más brillante cuando florecen los ciruelos’.
Viviendo en nuestra bulliciosa, intensa, turbulenta y caótica sociedad contemporánea, necesitamos encontrar algo que pueda tranquilizar nuestra impetuosa mente. Indudablemente, el Ch’an es tal fuerza; éste puede liberarnos de la ansiedad y de la preocupación, además de ejercer un efecto calmante en nuestras mentes y almas. El Ch’an refleja la sabiduría, el humor y la compasión. Puede prevenir la formación de pensamientos ilusorios e irritantes. Guiado por la soltura, humor, profundidad y la naturaleza liberadora del Ch’an, uno no será fastidiado por palabras poco amables, comportamientos embarazosos o recuerdos dolorosos del pasado. Éstos simplemente se desvanecerán como la bruma y el humo.
El Ch’an eleva la vida al nivel del arte. Éste manifiesta la perfección de la vida revelando la naturaleza original que yace en todo fenómeno. El (Ch’an) pertenece a cada familia y a cada ser humano. Todos necesitamos de su sabiduría, espontaneidad, libertad y ética en nuestra vida cotidiana.”

¿Cuál es el origen del Ch’an?

Se origina en la India. La leyenda dice que durante una asamblea en el Pico del Buitre, el Buddha levantó una flor y la sostuvo frente a la asamblea sin decir ni una sola palabra. Los millones de seres celestiales y humanos que estaban reunidos en ella no comprendieron lo que el Buddha quiso decir, exceptuando a Mahakasyapa, quien sonrió. Entonces, el Ch’an fue transmitido sin utilizar ninguna palabra o lenguaje escrito, fue transmitido directamente de mente a mente.
Más tarde, el Ch’an fue introducido a China. Durante la época del sexto Patriarca Hui Neng. El Ch’an floreció y se desarrolló en cinco escuelas, las cuales llegaron a ser la corriente principal del Budismo chino.

¿Cómo es practicado el Ch’an?

En la escuela Ch’an, lo más importante es la experiencia directa derivada de la práctica real y no depender del lenguaje escrito o hablado.
Uno práctica Ch’an a través de varias formas de meditación. Nuestro maestro, el Venerable Hsing Yun, proviene de la escuela Ch’an Lin-chi, la cual tiene como forma de práctica el uso del koan. Koan es una palabra o frase, la cual es utilizada como una herramienta para cultivar la conciencia y vivir la realización de nuestra naturaleza búdica. Aunque no excluye la práctica tradicional del koan, en la que el practicante tendría que meditar sobre frases como: ¿cuál era nuestro rostro original antes de ser dado a luz por uno de nuestros padres?, o ¿los perros pueden tener naturaleza búdica?, y ¿quién está recitando el nombre de Buddha?, el Venerable maestro Hsing Yun enseña la práctica integrativa y desafiante de “vida diaria”. Por consiguiente, el Ch’an implica.
a) Investigar el Ch’an a través de la duda
“En otras religiones no hay lugar para la duda, uno tiene que creer incondicionalmente. Pero el Ch’an nos incentiva a que comencemos desde la duda. Una pequeña duda lleva a una pequeña realización. Una gran duda lleva a una gran realización. Sin duda no habrá realización.
b) Buscar comprensión a través de la contemplación
”Una vez que las dudas han despertado, uno necesita contemplarlas para alcanzar la realización. La contemplación diligente y la investigación de nuestras dudas conducirán finalmente a la realización.
c) Estudiar el Ch’an preguntando
”Cuando contemplamos nuestras dudas, ya sean pequeñas o grandes, lo más importante es mantener las preguntas hasta que alcancemos la realización. Es como tratar de atrapar a un ladrón, uno tiene que perseguirlo sin tregua. Por ejemplo, al contemplar “Quién está recitando el nombre de Buddha?, uno puede preguntarse: ‘¿Es la mente la que está recitando?’, ‘¿Quién es la mente?’; ‘Si la mente soy yo, es la boca la que está recitando el nombre de Buddha; ¿no soy yo?’; ‘Si la boca soy yo, entonces, es el cuerpo el que hace prosternaciones al Buddha; ¿no soy yo?’; ‘Si el cuerpo soy yo, entonces son los ojos los que rinden respeto a la estatua del Buddha; ¿no soy yo?’. La realización final será alcanzada si uno abriga preguntas como éstas.”
d) Realizar el Ch’an a través de la experiencia personal.
“Para practicar Ch’an uno tiene que comenzar con la duda, la contemplación y el cuestionamiento, pero la etapa final y más importante es la experiencia personal del Ch’an. El Ch’an no es algo que sea dicho con palabras ni contemplado con nuestros corazones y mentes; de hecho, debemos liberarnos de todo esto para experimentar el Ch’an. La realización es un estado de la mente que no puede ser expresado con palabras. El Ch’an sólo puede ser experimentado por aquellos que la han alcanzado.
¿Alguna vez ha escuchado el murmullo de un arroyo? ¡Ése es el sonido del Ch’an!
¿Alguna vez ha observado las hojas verdes de un sauce? ¡Ése es el color del Ch’an!
¿Alguna vez ha visto el corazón de una flor de loto? ¡Ésa es la mente del Ch’an!”

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